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rafa gonzález
Jueves, 3 de marzo 2016, 00:04
El asunto pintaba difícil desde el principio. El Go Fit recibía a un rival muy superior, un Naturhouse La Rioja que tras el todopoderoso Barcelona parece el equipo más fuerte de la Asobal. Los cántabros lucharon, bregaron y pusieron todo lo que tenían para dar la sorpresa. Pero solo con épica no se gana a un equipo como los riojanos. Al final la tozuda lógica se impuso para sentenciar el partido con un elocuente 24-30 que deja ver la diferencia de potencial entre ambos clubes, pero también la entrega de los cántabros, que al menos mantuvieron el tipo.
La derrota inaugura una nueva etapa de apuros para los de Rodrigo Reñones, que tras su sensacional racha han vuelto a caer en la clasificación tras dos derrotas consecutivas. Aun así, los locales conservan cierta renta en una comprimida clasificación y siguen aspirando a una permanencia solvente, gran objetivo en la temporada de su debut en la élite. Desde la modestia, La Albericia alberga de nuevo balonmano de Asobal y a un equipo trabajado que, consciente de su estatus, sigue fuera de los puestos de descenso en una comprimida clasificación.
El partido comenzó con un ritmo muy alto y los visitantes mostrando sus mejores condiciones como equipo. Con un juego basado en el contraataque, los riojanos tenían en esos primeros compases a sus extremos (Rodríguez y el astillerense Fernández, máximo goleado) como sus mejores hombres, pero no conseguían colocarse por delante de un Go Fit muy valiente que llegó a soñar con dar la sorpresa. Pese a saberse inferiores, los de Reñones salieron decididos a vender cara su derrota y aguantaron hasta más allá del ecuador del primer tiempo plantando cara a todo un equipo de Liga de Campeones.
Decisión
Unos y otros habían salido valientes, decididos a jugar de cara a la portería rival mientras las defensas daban demasiadas facilidades, lo que propició que el marcador se moviera con mucha facilidad. Los santanderinos quisieron sorprender a los riojanos poniendo en pista una primera línea formada por Álex, Río y Saúl, a lo que hubo que sumar la presencia de Muñiz en el pivote. Y para defender, un 6-0 con un solo cambio: el de Paredes por Álex.
El técnico visitante también ordenó un 6-0 y una sola sustitución defensa-ataque, dando entrada a Sánchez en labores de contención por el pivote Val, que gracias a su mayor estatura creó muchos problemas a la defensa local. Conscientes de ello, Cacheda, Jiménez y Molina buscaban una y otra vez a su pivote, incrustado siempre entre la defensa local. Así fue como se transcurrieron esos primeros minutos de toma y daca constante con más protagonismo (y acierto) de los ataques sobre las defensas. Sin embargo, tanto Savic como Kapellin se mostraron muy inspirados ante los lanzamientos rivales.
Contra pronóstico, fue el Go Fit el primero que logró abrir una brecha en el marcador tras el empate a cinco. Dos goles consecutivos de Postigo y Río, muy acertado en sus lanzamientos en estos minutos, situaron el 7-5 en el marcador a los trece minutos. Estaba claro que el Naturhause no iba a dar facilidades, como se puso de manifiesto a través de los goles de Fernández, que con su peculiar calidad en el contraataque aprovechó todos los errores locales para lograr la igualada a siete.
El partido entró así en una nueva dimensión en la que los visitantes, al fin con la lección aprendida, optaron por cerrar más la defensa. Kapellin lograba además detener tres lanzamientos cántabros y los logroñeses se colocaron con un 10-12 a favor ya en el minuto 22. Justo en ese momento, la doble exclusión de Muñiz y Canedo dejó a los de Reñones con cuatro jugadores ante un rival que supo aprovechar la situación para incrementar su renta hasta el 10-14. La ventaja llegó a ampliarse a cinco tantos, pero los goles de Álex y Lon propiciaron que se llegara al descanso con 13-17, un parcial con el que los santanderinos veían cómo el partido se les ponía ya muy cuesta arriba.
Mayor superioridad
En la segunda mitad las cosas no cambiaron de signo. Al contrario, y para preocupación local, antes de cumplirse los cinco minutos Muñiz era excluido por segunda vez. Sin duda un handicap más que añadir a la ya superioridad del equipo riojano. Esta difícil situación jugó a favor visitante, y los riojanos volvieron a irse hasta los seis goles de ventaja en el marcado con un parcial 14-20. A los del Go Fit no se le podían negar sus ganas de hacerse con el partido, pero la realidad era que el rival era más contundente en el juego táctico colectivo y también físicamente superior.
Hacía falta un revulsivo para frenar la sangría en el marcador, máxime en un momento en el que cualquier error tanto de pase como técnico lo aprovechaban los riojanos para aumentar su renta. Sin embargo, las prisas nunca han sido buenas consejeras, y pese a los tímidos intentos locales los logroñeses se fueron encontrando cada vez más cómodos sobre la pista de La Albericia al verse superiores a un equipo que se entregaba pero que tampoco tuvo opciones reales de remontar.
El partido quedó definitivamente sentenciado cuando Muñiz vio una tercera e injusta exclusión, víctima de unos colegiados que ayudaron al más fuerte sin necesidad. Los cántabros se quedaron sin su mejor valuarte defensivo y el público respondió a su actuación con gritos de: Fuera, Fuera, aunque consciente de que ya nada había que hacer, con ocho tantos de desventaja en pleno ecuador del segundo tiempo. Los minutos restantes no tuvieron prácticamente historia, con un intercambio constante de golpes entre dos rivales ya conocedores de su papel hasta rubricar el 24-30.
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