«No voy a por la bolsa, voy a ganar»
Velando armas ·
Sergio el 'Niño' García y su esquina llegan hoy a Los Ángeles, una semana antes de la eliminatoria mundialista que disputará en el Staples Center y que puede cambiarle la vidaSecciones
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Sergio el 'Niño' García y su esquina llegan hoy a Los Ángeles, una semana antes de la eliminatoria mundialista que disputará en el Staples Center y que puede cambiarle la vidaNo voy a por la bolsa, voy a ganar». A Sergio el 'Niño' García apenas se le intuye que está ante la pelea que le puede cambiar la vida. Es el mismo de siempre. «No, no tengo ninguna presión. Para mí, como a veces hablo con Víctor, esto ya es un regalo», señala el púgil antes de completar el último entrenamiento antes de volar a Los Ángeles donde el día 5 de diciembre se subirá al ring de Staples Center para disputar una eliminatoria de mundial del peso superwélter ante Sebastian Fundora. «Tengo ganas, muchas ganas de que llegue ya y de que hagamos todo lo que hemos entrenado», añade mientras se ajusta los guantes enfundado en toda esa ropa que le ayuda a sudar.
Está a poco más de tres kilos para dar el peso en la báscula, los 69,850 kilos. Hoy le toca Santander-Madrid-Nueva York-Los Ángeles, una odisea para cruzar al otro lado del globo, a la Meca del boxeo. «Voy a por la pelea que puede ser el futuro de mi familia y voy a por todas», insiste sin cambiar el rostro de su cara. Se lo ha ganado y por fin le ha llegado la oportunidad que se merece. «Vamos a una eliminatoria que nos hemos ganado, que vamos por ránking y no invitados, somos los aspirantes y allí vamos», explica 'El niño', que sabe lo que le espera, pero no le intimida. «No. Sé que no es una pelea más, pero en realidad cuando suba al ring sí que lo será. Somos dos boxeadores que queremos lo mismo y ya está».
El torrelaveguense llega en su mejor momento, lo dice él y lo firma quien ha sido el ángel de la guarda desde cuando esto no era más que un sueño. «En cada pelea hemos mejorado, en cada combate ha sacado cosas buenas, ha ido ganando lona y ahora mismo Sergio llega en un momento perfecto», indica su preparador, a quien también se le ve con ganas de que llegue ya, pero sin esa presión que pudiera imaginarse. «Nosotros ya hemos ganado. Esto es un regalo a lo que hemos hecho; Sergio ha sido campeón de España, de Europa, ha hecho sus defensas... Se merece lo que va a hacer». Son inseparables. Transmiten un complicidad que invita a creer que son invencibles, pero Sergio García es sensato. «Se puede ganar o se puede perder. Esto es boxeo y él -Sebastian Fundora- también pensará como yo. Pero quiero que llegue cuanto antes».
El Staples Center es un escenario majestuoso. El combate del Niño es el coestelar de una velada en la que Geronta Davis, el alumno y protegido de Floyd Mayweather, pone en juego el título mundial. Será una velada de las de siempre, de las que el glamour compartirá parqué con la emoción del boxeo. Y entre tanta fastuosidad, en el rincón de Sergio los suyos : Víctor Iglesias y su mujer Magdalena, la de Sergio, Ángela, y Óscar Zardain (Maravilla Box). «Una esquina que puede ser modesta con lo que vamos a ver, pero que están los que tienen que estar. Nada más», explica el entrenador del púgil.
«Es atípico», reconoce el Niño cuando le hablan de Sebastian Fundora, el rival en la pelea de su vida. «No es sencillo pelear contra alguien de casi dos metros que va a dar 69 kilos en la báscula, pero sabemos lo que hay que hacer». Su binomio recuerda que «Fundora es como un peso pesado disfrazado de delgado que te puede pegar desde casa. Es raro». Para Iglesias existen dos aspectos fundamentales y sin desvelar la estrategia pactada con su pupilo las enumera: «El primero es bueno, porque pese a su enorme envergadura no la aprovecha del todo. Eso es bueno. La mala es que tiene ventaja porque lo ve todo desde esa atalaya que son casi dos metros». Realmente intimida, pero a quien se tiene que subir al ring con el estadounidense se le ve tranquilo. «Lo que ha pasado hasta ahora ya es eso, pasado. Estoy centrado en la pelea y ya digo que puede salir bien o mal, pero vamos a hacer lo que hemos entrenado. Ya digo que no voy por ir, voy a por todas y a ganar».
Le queda una semana en la que los deberes están hechos. Solo le queda descansar y dar el peso. La promotora le pidió que no viajase a México los últimos días para evitar posibles contagios que pusieran en riesgo la pelea. Cumplió. Ha guanteado en Madrid y por el Gimnasio Kronk se pasaron Orozco (ocho años en la selección española) o Guinea... Alrededor de ochenta asaltos de trabajo a un nivel muy alto lleva en el cuerpo el Niño en su camino a Los Ángeles. «No quiero pensar más allá, ¿para qué? Tenemos esta pelea y no importa nada más. Llego bien, de cabeza y de todo, y esto es lo que sueña cada chaval que empieza en un gimnasio. Lo tengo ahí y hay que disfrutarlo sin ninguna presión».
Una semana. En Torrelavega, en el edificio multiusos que lleva el nombre de Sergio García se instalará una pantalla gigante para seguir en directo la pelea. Desde allí, los suyos lanzarán algún golpe apoyando a su paisano quien tendrá que cumplir entre descanso y descanso con los compromisos publicitarios y de promoción del evento que se prepara en la que llaman «una de las mecas del boxeo». Entre estrellas de cine, cantantes, showman y miles de espectadores... Un cántabro decidido a todo.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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