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Son equipos hermanos. Aunque de sus miembros originales solo queda Mario Borbolla, el origen del actual equipo de Ribamontán está en Noja, donde creció a ... la vera de una peña campeona. Ahora, tres cursos después de su mudanza a Loredo, los jugadores capitaneados por Jonathan García han alcanzado a los grandes y en 2021 ya compartieron la característica más notable de la nueva Hermanos Borbolla: su peligro. Y es que ambas pueden ganar a cualquiera, lo que les valió para meterse en la fase final de la Copa FEB tras un último duelo en el que ambas se enfrentaron obteniendo el empate esperado y necesario para ambos.
Más allá de lo obtenido en la competición de la regularidad, el acontecimiento del curso para ambos conjuntos fue la final de la Copa Federación, en la que Borbolla remontó dos parciales en contra ante Andros para llevar otro título más a sus vitrinas. Y es que pese al relevo en el mando bolístico, los costeros solo han dejado de ganar un trofeo en 2019. Por eso, en 2022, el objetivo no puede ser otro que el de no bajarse del podio. «El equipo es el mismo, el año pasado acabamos ganando la Copa y a ver si puede caer algún título más este año», apunta Pepe Borbolla, vicepresidente de los nojeños y hombre fuerte de ambas entidades. «Con el plantel que tiene y los ánimos cogidos tras la Copa puede quedar entre los cinco primeros». Una plantilla poderosa especialmente de tiro y a la hora de encontrar el emboque que tuvo en el birle su mayor hándicap la pasada campaña.
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Si en Noja Pepe Borbolla repite la partida de 2021, en Loredo son dos los cambios en el plantel. Manuel Domínguez y José Díaz –que hará las funciones de quinto jugador– sustituyen a Javier Cacicedo y Javier del Rivero, una apuesta por la veteranía en la que estarán acompañados por David Cecín, Mario Borbolla y el capitán, Jonathan García. «Como jugador Manolín no tiene mucho que demostrar, ni a nivel de Liga ni a nivel individual. Creo que es un grandísimo jugador».
Tras dos años de pandemia, la de El Cagigal es de las pocas boleras que ha ganado espectadores en época reciente. «En la zona siempre ha habido afición y es un sitio estratégico que cuadra cerca de otros que también la tienen. Ojalá nos deje la pandemia ir a ver bolos con normalidad este año».
Además del enfrentamiento entre Borbolla y Ribamontán, Pepe vivirá otro duelo fratricida este curso, el que mida a sus peñas con la que dirige su hermano Guillermo, Oruña. «Las tres peñas que llevamos han empezado desde la base, desde abajo, no cogiendo un equipo por ahí. Y eso es importante». Ilusiones renovadas en una familia cuyo apellido está asociado a los bolos desde hace años, algo que parece que tiene visos de perdurar en el tiempo. «El acuerdo en Loredo no es por tiempo, mientras que sigan las cosas a bien seguiremos», aclara Pepe.
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