Buscadoras de oro en el Mundial de Budapest

En lo de colgarse medallas al cuello las cántabras tienen experiencia. Nadia lleva un año envidiable a nivel de resultados. Campeona de España, de liga de kárate, bronce en el Europeo, plata en la Premier League de Fukuoka... Y es que la karateca de La Albericia, que compite en categoría kumite -50 kilos, pelea como piensa, como habla. Analítica, cerebral y dialéctica. Todo a la vez. La pasión, el coco y la visión. «Sí que tengo ganas de estar en el podio. Obviamente aspiro a ir a por el oro, porque siempre se quiere ir a por todo, pero el objetivo es estar allí arriba. Si no se logra, espero por lo menos estar en las medallas», detalla 'El Bitxo'.

Carlota, que hace apenas un año cambió de categoría y pasó a -61 kilos, está igual de decidida. Quizá incluso más, porque le queda la espinita de haberse quedado en los cuartos de final del Europeo y ve ahora una oportunidad de redención. Más asentada en el nuevo peso, ha encontrado ya el acomodo perfecto. El motor de Ferrari que antes se embutía en el chasis de un utilitario. Fuerza pura, porque como ella misma reconoce, llega a este Mundial a un nivel muy bueno. «Lo hemos preparado físicamente con la confianza para salir ahí a comerme a cualquiera. Y el trabajo mental de no sentir nervios ni presión», explica Carlota. Este será su tercer Mundial «que se dice pronto», y si de algo está convencida, además de que a la tercera va la vencida, es de «la contundencia» con la que va a salir a pelear. «Más preparado no lo podemos tener. Todo el trabajo ya está hecho. Ahora simplemente salir a pelearlo y a disfrutarlo», comenta la de Noja.

Y si para ella este es su tercer embate, para Nadia es el segundo. En categoría senior, eso sí, porque la santanderina fue la primera mujer en colgarse un oro en el Mundial sub-21 que se celebró en 2017 en Tenerife. Por eso esta segunda oportunidad con la absoluta representa mucho para ella, y más después de haber afrontado la primera tras regresar de una lesión muy complicada. «En el primero no llegué todo lo preparada que podía porque venía justo de la lesión y ahora me encuentro genial. Creo que 2023 ha sido uno de los mejores años de mi carrera deportiva y me gustaría acabarlo como empezó, lleno de éxitos», afirma convencida esta atleta con un cuerpo menudo y un carácter tan duro como los golpes que asesta. «No siento presión, pienso que tengo todo por ganar y nada por perder», expone con voz firme.

Carlota siente lo mismo. «Mentalmente con la psicóloga nos hemos centrado en sacar ese 'yo' interno. Vamos a dejar que fluya y que sea lo que tenga que ser, pero sobre todo con no quedarme nada dentro. El objetivo es no irme para casa sin sacarlo todo. Y si lo consigo, las cosas van a ir muy bien. Así que confianza plena», sostiene ilusionada. Lo tiene todo bajo control. Para esta ocasión la preparación ha sido de lo más minuciosa. Rendimiento, fuerza pura, velocidad y hasta 'flow'. Porque no es que este vaya a ser su último Mundial, pero sí en el que busca dar su mejor versión. «Ya tengo 28 años y soy la mayor del equipo de kumite. Eso me pesa un poco. Voy a intentar sacar a la Carlota que quiero que se vea y que todavía no se ha visto del todo».

En lo que coinciden las dos es en que por ahora no quieren ni oír hablar de las rivales. Van a verse las caras con las más potentes del Mundo. «He tenido campeonatos en los que he ganado a las mejores. Eso da seguridad», dice rotunda Nadia. «Quiero luchar por una medalla mundial, así que cualquiera de las 'top 10' es a quienes habrá que ganar», afirma. Su compañera Carlota también es contundente. «Estoy tranquila porque no veo a nadie realmente inalcanzable. A este nivel cualquiera te puede ganar». Los emparejamientos se conocerán hoy, aunque las dos karatecas debutarán mañana, que es cuando comienzan los combates de pesos medios y bajos. Una competición más. Y de nuevo juntas. De nuevo «haciendo piña», hace notar Nadia. Porque las dos llevan conviviendo desde los 12 o 13 años en campeonatos de Cantabria, de España... «Quién nos iba a decir con 14 años que íbamos a estar ahora viviendo un Mundial. Si nos lo llegan a contar no nos lo creemos», ríe Carlota.