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Hace tres meses, entrenaba en su gimnasio habitual. Ya tenía el Campeonato de España en el horizonte; iba con ambición, pero ni se imaginaba dónde iba a estar a mediados de diciembre. De Requejada a Boston, Massachussets. De amateur a campeón del Mundo de culturismo ... natural en apenas un rato. Años de preparación y unas semanas de vértigo. Aunque lo cuenta con tal naturalidad que la gesta de Ander Basurto (Requejada, 7 de julio de 1995) parecen verduritas al vapor comidas. «Todavía no lo asimilo. Voy a necesitar tiempo. Competí por primera vez el 22 de septiembre; me hice profesional y competí en Boston. Ha sido todo muy rápido. Demasiadas emociones...», trata de digerir el cántabro.
Empezó en esto «de rebote». Dejó el fútbol a los 16 años y se apuntó al gimnasio del pabellón de Polanco con un colega. El sacrificio y una genética agradecida fueron alimentando a la bestia. «Ves cambios importantes; te vas motivando; te va gustando; la gente te va diciendo... Pesaba 64 kilos cuando empecé a entrenar; ahora, unos 86...». 22 kilos de puro músculo. Como el jamón, para ver su verdadera valía en este deporte, el cuerpo hay que secarlo. Definición, lo llaman. «En la última que hice por mi cuenta vi que podía sacar un físico competitivo para el culturismo natural», afirma. Pero antes de meterse de lleno, «primero quise ordenar una serie de prioridades en mi vida: estabilidad económica, sentimental, laboral... Esto requiere mucho sacrificio, mucho tiempo y mucha dedicación y tienes que dedicar prácticamente todo el día a competir». Colocado todo en su sitio, se puso a ello.
El culturismo natural es una disciplina en la que los deportistas tienen que someterse a estrictas «pruebas antidopaje tanto antes de los shows como aleatorias –de orina o de sangre– en cualquier momento del año». Hay otras modalidades de culturismo que no realizan estas pruebas, «se asume que se usan sustancias químicas y no se hacen pruebas antes». Además, entra en juego también el polígrafo. La máquina de la verdad. «Te preguntan por todas las sustancias dopantes recogidas en la WADA –Agencia Mundial Anti Dopaje– y si las has consumido en los últimos diez años», explica.
«Siempre hay dos etapas diferenciadas en cuanto a la preparación de un culturista: la de volumen y la de definición. La primera consiste en tener un superávit calórico para ir ganando masa muscular y grasa corporal. Y en la de definición, intentas mantener esa masa muscular que has construido, reducir al mínimo la grasa corporal y salir con con la mejor condición posible», explica el campeón del Mundo. Ojo, que lo de la definición no es una broma: «De cara al Mundial, me hice una prueba de Jackson y de siete pliegues y dio 1,980». El porcentaje óptimo de grasa en un hombre oscila entre 8,1 y 15,9 por ciento.
Pese a su poca experiencia en competición, en Boston estuvo esperando a los nervios, que no llegaron nunca. «Simplemente ganas de hacer lo que me gusta, de hacer lo que mejor se me da. De salir y disfrutar». Se mordía las uñas, pero porque no llegaba la hora de entrar en acción en un evento con 300 atletas y 65 países representados.
Para hacer crecer el cuerpo hay que entrenar –pasa una hora y media o dos horas de gimnasio al día– pero lo más importante es la alimentación. El control es tal que Ander ya es un nutricionista en potencia. Cena de trabajo, vacaciones con la familia... Ahí va él con su 'tupper'. Ahora, tras el pico mundialista, anda «regulando todo el sistema, porque aunque sea culturismo natural, cuando llevas tu cuerpo al límite entras en un modo de supervivencia en el que el cuerpo te manda señales para que dejes de hacer lo que estás haciendo». Hambre, cansancio, mal humor...
Y después de entrenar como un animal y ser un espartano de la alimentación, todavía queda la puesta en escena el día de la competición. Hay que impresionar a los seis miembros del jurado. «Yo contraté a un chico muy bueno en YouTube. La puesta en escena es muy importante. Saber mostrarte bien y, sobre todo, saber ocultar tus defectos es lo principal. Si por ejemplo eres una persona con la cadera ancha, pues tiende a lateralizar un poquitín la cadera. Abrir hombros lo máximo posible para tener una visión en V lo más pronunciada posible...», reconoce.
«Al final es un deporte totalmente subjetivo. Se valora la masa muscular, la condición, un índice de grasa bajo, una piel fina, también la simetría». Hay que estar en todo. «Y no gana el que más masa tenga. Generalmente se premia más la condición y la estética que la masa como tal», explica Basurto.
Para destacar cada recoveco del cuerpo, los participantes lo tintan. Como la carrocería de un coche. Se meten en una cabina y a pistola. «Para realzar los músculos, las sombras... y demás. Para que los jueces tengan una opinión más objetiva a la hora de valorar. Se busca que todos tengamos una tonalidad similar bajo la misma luz y con el mismo brillo». Hay que tener un máster.
Hasta el viaje en avión de España a Estados Unidos tiene su ciencia. «Hay que gestionarlo. Para ir a Boston lo hice bastante bien. Llevaba mi comida, mi agua y cada cierto tiempo me levantaba paseítos por el avión, porque si no, retienes muchos líquidos. No tuve ningún problema, pero tras la competición, volé a Las Vegas de vacaciones, no hice dieta ya como un premio y cuando llegué tenía los tobillos como un octogenario...», cuenta.
Su objetivo era «hacer top tres en el Campeonato de España». La ambición se le quedó corta. Tras ganar el Nacional, se hizo profesional una mañana y, por la tarde, en un evento internacional de profesionales volvió a ganar. Con billete ya para Boston. Aunque lo de 'profesional' casi es una forma de hablar, porque «nadie vive del culturismo». Puedes vivir de tu repercusión en redes si te lo montas bien y demás, porque al final tienes cierta visibilidad. O si te dedicas al tema de asesorías, patrocinios, coaching...». Ander, a día de hoy, trabaja en una fábrica, a turnos. Y no se plantea, de momento, otras rutas laborales, porque en su empresa está «contento y acomodado».
Dieta, entrenamiento, trabajo... Durante la charla pronuncia varias veces el término 'espartano'. No es para menos. Lo suyo y a veces también para los de su entorno más cercano. Ander lo reconoce. «Cuando estás en modo supervivencia para preparar la definición, tu irascibilidad aumenta muchísimo, estás cansado, constantemente tienes sueño, estás perezoso y claro, lleva a ciertos conflictos con tu pareja, que es la que pasa más tiempo contigo. Se ha preparado igual que yo para competir, porque me tiene que aguantar», afirma, casi en modo de agradecimiento.
Reconoce la parte más superficial de su deporte, pese a que él no siempre se siente cómodo al mostrar su cuerpo en público más allá de la tarima. Quizá por aquello de llamar la atención más de la cuenta. Pero el culturismo natural, además, le ha dado «un estilo de vida saludable» cuando el rigor competitivo no lo lleva al límite. «De forma natural, sin usar ningún tipo de sustancia, puedes alcanzar un gran físico», dice. Es más, lamenta que «últimamente se está normalizando demasiado el uso de sustancias». Otro 'logro' más de las redes sociales.
Y, en plena cresta de la ola, qué depara el futuro. Entre ceja, el Mundial de Los Ángeles, en 2025. No hay tiempo que perder. «Ya hemos empezado la etapa de volumen hasta junio o así, cuando empezaremos con la definición. No me lo puedo perder», porque la ciudad californiana «es Santa Mónica. Es Muscles Beach. Es Gold's Gym. Es la cuna de culturismo. Es Schwarzenegger...». «Hay que salir con todo e intentar llevárselo», ambiciona. Porque ya tiene pensado también lo siguiente:«Al siguiente, a lo mejor sí que descanso un año entero de volumen, porque es mucho estrés mental. Pero ahora que estoy con la motivación por las nubes, tengo que aprovechar».
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