Una campeona mundial para el Club Ajedrez Solvay

Anna y Mariya, por suerte, tienen amigos en muchas partes del mundo. Porque su profesión así se lo ha permitido. Ambas son deportistas de élite. Ajedrecistas, para más señas. Y de las más que buenas. Anna tiene tres títulos mundiales en categoría femenina: en ajedrez rápido (2016) y en ajedrez blitz (2014 y 2016). Mariya fue campeona mundial de ajedrez, también en categoría femenina, en el año 2015. Desde la frontera polaca viajaron a Cracovia y de ahí, a Valencia, donde residen en la casa de un amigo, Enrique Llobel. Y para seguir con sus vidas, nada mejor que el ajedrez. Anna, la mayor ha fichado para esta temporada 2022 por un club al que ya perteneció en el año 2018. El Club Ajedrez Solvay afronta este fin de semana la última jornada de la Liga de Cantabria. Y lo hará con toda una campeona del mundo en sus filas.

«Obviamente, no la fichamos para jugar en la Liga de Cantabria», señala Juan Carlos Fernández, presidente del club torrelaveguense. El principal objetivo para la incorporación de la ajedrecista ucraniana es «el Campeonato de España. Jugamos en la División de Honor, la máxima categoría». La localidad jiennense de Linares, la gran referencia del ajedrez en España por su afamado torneo, verá al Club Ajedrez Solvay pelear con los mejores de España con una gran maestra en sus filas. Antes, Anna Muzychuk moverá sus primeras fichas con el Solvay en esta temporada en la última jornada de la Liga de Cantabria. «Si ganamos al Regatas, campeones», añade Fernández.

La relación de la ucraniana con el club torrelaveguense no es nueva. En el año 2018 también formó en sus filas. «En ajedrez se ficha por un año natural», aclara el presidente del club torrelaveguense. La particularidad de las competiciones en este deporte hace que un jugador profesional pueda jugar en varias Ligas a lo largo de las temporadas. «Es que son cortas, duran varios días», apunta el presidente del Solvay. El resto de este 2022, Anna jugará con el Solvay. Pero su presencia en Torrelavega será muy puntual. «Con el club jugará las competiciones, pero no vivirá en Torrelavega. De momento, residirá en Valencia». La comunicación con la nueva jugadora del club es «principalmente en inglés. Con el castellano, por la última vez que estuve con ella, no iba muy bien», afirma Juan Carlos Fernández.

Las dos campeonas del mundo sí estarán mañana sábado en la capital del Besaya. A las 12.00 horas, en el salón de actos del IES Marqués de Santillana, Anna y Marya Muzychuk impartirán una charla coloquio. Además, aprovechando el acto, tendrá lugar una recogida de material –leche en polvo, productos de higiene, botiquines, medicamentos...– que enviar al país de origen de las campeonas.

La mañana en Torrelavega también tendrá una pequeña demostración. Una de las niñas ucranianas «que ha llegado a San Vicente del Monte», Anna Sinelnichenko, es también una buena ajedrecista. Y la pequeña se medirá a Mariya Muzychuk en «una partida a la ciega. Algo que consiste en que uno de los oponentes puede mirar el tablero, en este caso la pequeña Anna, y el otro no», relata el presidente del Solvay. «A Mariya solo se le dirá la anotación del movimiento que ha realizado Anna y ella, en su cabeza, jugará la partida».

Anna Muzychuk no será una compañera de entrenamientos o hará las veces de entrenadora para los pequeños ajedrecistas del Solvay. Pero la presencia de toda una campeona mundial en su club es de lo más especial para el equipo. «De cara a los encuentros de la Liga Cántabra, los niños están muy ilusionados por jugar con alguien así a su lado. Que una ajedrecista de la talla de Anna venga a su casa, les motiva», concluye Juan Carlos Fernández. Valencia, como lugar de residencia, y Torrelavega, la ciudad en la que enrolarse en un equipo, han acogido a una ajedrecista de primer nivel que junto a su hermana ha tenido que salir de su país por el motivo más cruel que puede existir. Una invasión que, por ahora y por desgracia, no tiene visos de acabar pronto. El ajedrez en partidas con el Solvay será la válvula de escape para que, en la medida de lo posible, Anna Muzychuk no esté pensando a todas horas en el país que tuvo que dejar a causa de una guerra.