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Cuando finalizaron los cuartos de final este viernes en Barcenilla todos los espectadores dictaron sentencia: Víctor González había decidido el concurso. El sistema tradicional, ese en el que la madera se lleva atada hasta la última bola, se volvía a poner en entredicho debido a ... la superioridad del de Guarnizo. Sin embargo, Carlos García decidió que la tarde tenía todavía muchas teclas que tocar y, con un concurso de 156 en semifinales, plantó cara al mejor jugador de 2021. Al final el de Andros aguantó las embestidas del de Peñacastillo para llevarse un torneo de La Portilla que celebraba su vigesimoquinta edición.
La primera ronda en la coqueta bolera de La Portilla, que data de 1928, estuvo marcada por los 81 bolos de tiro largo que derribó Víctor, 27 de ellos en la sexta mano. Un acelerón que no pudo seguir ninguno de sus contrincantes en la tarde. Y eso que Pedro Gutiérrez arrancó con 60 palos en las tres primeras tiradas, un ritmo que no pudo mantener con el paso de los lanzamientos y que derivó en un concurso de 13 rematado con una bola de tres que le permitió, eso sí, superar por escaso margen a Mario Pellón para pasar a semifinales como segundo.
El bolista de Torrelavega, que abrió la sesión, jugó mejor a la mano que al pulgar, dio un paso más en su escalada a la élite al disputar la primera de las semifinales junto a Carlos García, que derribó quince bolos en la última mano para colarse en la penúltima ronda al superar a Iván Gómez. Por detrás quedaron el propio jugador de Riotuerto, Nacho Migoya, Carlos Gandarillas, que perdió dos bolas en la caldera, y su hermano David.
En semifinales el espectáculo emergió de la zurda de Carlos García. El de Andros arrimó la bola al primero, tanto de tiro como de birle, y no cometió fallos para llegar con 80 bolos raya alta y cerrar con 156, lo que iba a obligar a Víctor a no fallar. El de Guarnizo no se encontró cómodo en ningún momento, aunque hasta la sexta mano llevaba un buen concurso. Fue en esa tirada cuando se le cerraron las bolas, no birló y se quedó en cinco bolos. La consecuencia, que Carlos llegaba a la final con diez palos de ventaja.
La final tuvo dos momentos clave. El primero en la cuarta mano, cuando con diecinueve de ventaja el zurdo perdió una bola en la caldera. El segundo en la sexta, cuando Víctor, que también contaba con un lanzamiento menos, apretó a la mano y se encontró con la respuesta de un Carlos García que cuando más fácil lo tenía para venirse abajo tiró de calidad y casta para responder a los registros de su oponente. A la última mano se llegó con siete de ventaja para el de Andros, que vio cómo Víctor tiraba a emboque sin acertar. El Torneo de La Portilla de Barcenilla era suyo.
Lo que debía ser un sábado repleto de partidos se ha convertido, por culpa de los encuentros adelantados, en una jornada con tan solo tres choques. Un galimatías que quita seriedad a la División de Honor y que hace que peñas que se están jugando la vida tanto por arriba como por abajo sean este sábado espectadores de lujo.
El primero de los duelos en comenzar será el del flamante líder, Peñacastillo, que recibe en su casa al colista, Oruña, desde las 17.30 horas. Un partido a priori desequilibrado y con claro pronóstico local en el que los de Cañas quieren mantener una racha de victorias que dura ya siete encuentros y que les ha llevado a mandar en la Liga Rucecan empatados a puntos con Andros y Borbolla. Los nojeños, eso sí, ya han disputado sus dos partidos del fin de semana. Un partido para no confiarse y en el que, bajo la premisa del tiro corto y emboque fácil, los de Piélagos buscarán dar la gran sorpresas de la competición.
Más allá del glamour de la pelea por el título liguero, a las 17.30 horas saltarán también al corro Pontejos y Casar, que pelean por mantener la categoría. Mucho mejor lo tienen para ello los visitantes, que la semana pasada ganaron un partido clave ante la Bolística y hoy pueden prácticamente certificar que el año próximo seguirán en la élite de los bolos. Por el lado local la situación es diferente. Con cuatro puntos menos que su rival, cuando se contabilicen los puntos sumados en la jornada actual por sus rivales quedarán con los mismos que Torrelavega, que ocupa plaza de descenso. Una necesidad de puntuar que juega en contra de una partida que quiere aprovechar el factor bolera y la mayor necesidad para sacar algo tangible.
En medio de Pontejos y Casar se ubica Mali, que desde las 19.00 horas recibe en La Anunciación a Casa Sampedro en un choque en el que una victoria supondría para los locales un paso casi definitivo en la salvación. Enfrente, una peña de Torres cuyo objetivo pasa por finalizar la temporada lo más arriba posible. Lo peor del curso ya ha pasado en Torres, lo que hace que, a partir de ahora, jueguen sin la presión de las partidas que van a tener enfrente. Ahora son más peligrosos.
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