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Borja Cavia
SANTANDER.
Lunes, 27 de mayo 2019, 07:35
El concurso de San Isidro tiene un nuevo nombre que añadir a su palmarés, el de Carlos García, que ayer fue el mejor durante la fase final de la competición y logró hacerse con el primer torneo de la temporada. El de Roper entró en la final con ocho bolos de ventaja sobre Óscar González, una renta que amplió en cuatro más, para acabar con doce palos más que el Junco de Liérganes.
La jornada dominical arrancó con las tiradas de los diez últimos jugadores que faltaban por completar sus lanzamientos clasificatorios, entre los que figuraban nombres de la talla de Jesús Salmón y Óscar González. La gran incógnita de la mañana, más allá de comprobar quiénes eran los ocho clasificados para la fase fina, era ver si entre esos bolistas estaba Víctor González, el campeón de las dos últimas ediciones.
El de Peñacastillo llegaba a la jornada séptimo, por lo que con dos jugadores que superasen sus 127 bolos no tendría opción de intentar repetir triunfo. Al final, Óscar González con 134, Óscar Salmón con 130 y Héctor Salmón con 128 lograban su pase a la sesión vespertina. Otro Salmón, Jesús, también derribaba 128 palos, pero la normativa dice que el que primero los haga es el que pasa. Una regla para evitar desempates que, pese a su controversia, sigue reinando durante, al menos, esta temporada.
Ya por la tarde el torneo llegaba a su fase decisiva con los ochos mejores en liza y con la seguridad de que el campeón no iba a repetir triunfo. Se tiraba en orden inverso a las cifras logradas en la clasificatoria y los dos mejores pasarían a jugar la final. Los primeros en saltar al corro de la calle Agastia fueron Héctor Salmón y Fernando Ocejo. El primero se quedó en 101 bolos, mientras que el de Roper, lastrado por una bola queda, no pudo pasar de 110 palos.
El primer golpe en la mesa de la tarde llegó de otro jugador de Roper, Carlos García, que supo mantener su buena línea de las tiradas de clasificación y logró derribar 137 bolos. La bolada no solo resultó la mejor del domingo sino que fue la mayor de todo el concurso y, aunque todavía quedaban varios bolistas por participar le colocaba a un paso de la gran final. Junto a él tiró Óscar Salmón, que no pasó de 85.
El siguiente concurso lo protagonizaron David Cecín y Óscar González. El Junco cuenta en su haber con tres San Isidros y, además posee en su haber el récord de bolos, fijado en 420, en una época en la que todavía se disputaban semifinales. El de Hermanos Borbolla fue fiel a los pronósticos y logró un buen registro de 129 bolos, por debajo de lo que nos tiene acostumbrado el de Liérganes pero que vistas las cifras de sus oponentes le podía dar el pase a la final, como así fue. Cecín por su parte derribó 123 bolos.
El epílogo de los cuartos de final era para los mejores de la fase previa, Javier Cacicedo e Iñi Pedrosa. Aunque el de la Bolística parecía que podía tener opciones de colarse en la gran final, sus 117 palos con una bola queda le dejaron lejos de los necesarios para disputar la victoria. Tampoco Javier Cacicedo tuvo la misma fortuna que en la tarde del viernes y no pasó de los 116.
La gran final estaba servida. El margen de ocho bolos a favor de Carlos le hacía partir como favorito, aunque mientras un jugador de la clase del Junco esté en la bolera las espadas se mantendrán en todo lo alto.
El paso de las tiradas no acabó de despejar la incógnita, aunque la ventaja de Carlos no fue mermando. Al final, la ventaja acumulada por el de Roper obligó a Óscar González a lanzar sus tres bolas a emboque. Aunque no logró su objetivo, el jugador hizo las delicias del numeroso público congregado en la sede de la PB Madrileña.
Al final, victoria y primer lugar en el cajón para Carlos. Entregaron los premios el presidente de la Federación Española de Bolos, José Luis Díaz de Rojas; Alfonso Azpiazu, presidente de la Peña Bolística Madrileña; Marta González, directiva de la misma entidad, y José Luis Juárez, directivo de la Federación Española y presidente del Comite Nacional de Árbitros.
Primer golpe en la mesa de esta temporada de Carlos García. El santanderino siempre es un hombre a tener en cuenta en todas las competiciones y este curso ha comenzado con buen pie. Un año más, la organización de la PB Madrileña rayó la perfección, dando muestras de que los bolos están vivos en Madrid.
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