Carlos ingresa en el club de 'millonarios'

El torneo volvía a sus orígenes, a la misma bolera que hace 26 años se quedó pequeña para una primera edición que se llevó Tete Rodríguez. Un torneo que por aquel entonces revolucionó el mundo de los bolos y que ahora, acercándose a las tres décadas de vida, mantiene su estatus dentro de la temporada. El ambiente fue muy bueno, el recinto disfrutó de un gran ambiente y acogió una de las mejores entradas del curso 2022.

Una de las novedades del evento fue que las tiradas de cuartos de final fueron cronometradas por los colegiados desde la mesa de anotación en vista de, para la próxima edición, establecer un tiempo máximo de tirada para cada jugador. Desde que el bolista cogía la bola hasta que caía el último bolo, el que más tardó fue Pedro Gutiérrez con 18 minutos y 23 segundos, mientras que Salmón fue el más ligero, con 10 minutos y 38 segundos.

En las tiradas de cuartos, que se ponían en juego a seis manos desde dieciséis, dieciocho y veinte metros, el mejor fue Víctor, que a su buen concurso a bolos añadió un emboque en la última tirada desde la distancia máxima de la bolera, desde la misma distancia en la sufrió una chapa. Fue un golpe de autoridad bien secundado por Óscar, que pese abrir con una bola blanca demostró que el Regional le ha recuperado para la causa. Y, junto a ellos, dos todoterrenos como Carlos García y Pedro Gutiérrez, que igualaron a 93 pese a que el zurdo perdió una bola en el camino. Lo mismo le ocurrió a Jesús Salmón, el quinto en discordia, que no pudo revertir de birle sus problemas de tiro

Las semifinales se disputaban a corro libre, de dieciséis a veinte metros sin repetir tiro y a dos chicos hechos. Abrieron fuego Óscar González y Carlos García en lo que era una reedición de la final del Campeonato Regional del pasado sábado. En la apertura, El Junco colocó un emboque picón con el que su compañero de peña acertó para ponerse por delante en el marcador desde dieciséis metros. La semifinal se resolvió rápido, en el segundo parcial, después de que Carlos colocase el cachi en el mismo sitio, pero con la raya alta, y acertarse con él de postre desde la distancia máxima del corro.

Posteriormente se veían las caras Pedro Gutiérrez y Víctor. El de Peñacastillo no quería sorpresas y colocó la raya de butrón, la que empieza al medio y acaba en máxima, con el cachi en el sitio. El de Peñacastillo ganó fácil en dos tiradas antes de situarse sobre los veinte metros para acertar con el emboque colocado por el de Andros en la diagonal del tercer palo de la fila de la mano. Otra victoria contundente para citarse con Carlos en la final.

Ganase quien ganase, iba a estrenar su palmarés en el torneo. Golpeó primero Carlos, que desde los dieciséis metros y frente al butrón cerró de mano para ponerse por delante. Todavía el de Andros puso tierra de por medio antes de que Víctor equilibrase las cosas. Todo se iba a decidir desde dieciocho metros y con la raya (pensada y repensada por Víctor), al medio al pulgar. Con 9.000 euros en juego, el zurdo cerró con una bola de cuatro al medio desde casi el tablón. Una bola que, a la postre, le valió el torneo.