«Menos mal que nos ha cogido esto como campeones y tarde o temprano habrá que pelear»

«A Víctor le digo que por lo menos, esta situación tan excepcional nos pilla de campeones. Tarde o temprano habrá que defender el título», explica Sergio 'El Niño' García (Torrelavega, 1992). Sus palabras expresan la resignación con la que lleva un confinamiento tan inesperado como inoportuno, puesto que le llega en el mejor momento de su carrera deportiva y cuando tan solo quedan doce días para la que iba a ser una nueva defensa -la cuarta- , otra vez en Torrelavega del título de Campeón de Europa del peso superwelter. «Una auténtica pena. No sé si se dejará para finales de año o no sé. Nuestra idea es que se pueda pelear en diciembre. Ojalá que fuera en septiembre o primero», señala mientras su tono no esconde las tremendas dudas que se ciernen sobre todo y, por supuesto, sobre el boxeo. «Ahora mismo no podemos hacer otra cosa que entrenar, mantenernos en peso, en forma y ya veremos», añade.

La defensa de El Niño estaba programada para el próximo 2 de mayo, una semana antes de que finalice el estado de alarma -salvo que se produzca una nueva prórroga- por lo que es imposible que se celebre. «La subasta la ganamos nosotros y la velada la celebraremos, pero cuando podamos. Esto ha venido así», señala. La promotora Maravillabox -a la que pertenece el púgil cántabro desde sus inicios- ya se puso en contacto con el Ayuntamiento de Torrelavega para aplazar la defensa. En un principio se barajó la posibilidad de buscar una fecha en el mes de agosto, pero la evolución de la pandemia y el clima de incertidumbre no admite ser tan optimista. «Es muy complicado hacer previsiones. Hay que esperar a ver cómo son los protocolos que exigen para la celebración de espectáculos, si se pretende que sean a puerta cerrada...», añade Víctor Iglesias, el preparador de El Niño, que sigue velando por los intereses de su pupilo, esta vez desde una esquina muy diferente a la habitual y sin poder ni tan siquiera verle la cara.

El futuro del deporte sigue sin guión. Cada día se escribe un capítulo nuevo y el boxeo, que innegociablemente vive del público, ahora mismo se encuentra a la espera de que suene la campana y comience el siguiente asalto. Mientras tanto, El Niño y su ángel de la guarda -Víctor Iglesias- mantienen la actitud necesaria para mitigar los daños. «Todos los días me manda la rutina de entrenamiento y hacemos lo que se puede. No es lo mismo, porque sin sparring y en solitario... Pero no hay que oxidarse», señala el púgil. Lo que no falta es «la fortaleza mental», asegura Iglesias, un pilar fundamental «que puede marcar la clave cuando todo esto acabe». El responsable de la preparación del campeón reconoce que «Sergio es muy profesional, sabe lo que hace, está bien, pero es evidente que ahora mismo no está si hubiese que defender el título. Pero tarde o temprano tendremos que pelear y sí estará como siempre».

El Niño aprovecha el jardín de su casa y le saca provecho a todo lo que le rodea. «Menos mal que me mudé a la casa quince días antes de que comenzase el encierro. Aquí me quedan muchas cosas por hacer, mucha reforma y me entretengo. Tengo espacio para poder correr, colocar el saco y entrenar», explica el torrelaveguense, que disfruta de su proceso de adaptación junto a su pareja y su hijo de apenas un año y medio. «El chiquillo es el que mejor lo lleva. No se entera y se lo pasa en grande».

Trata de ser pragmático y aunque sabe que es el campeón y «cuando todo acabe el que quiera serlo tendrá que pelear con nosotros», hay momentos en los que lamenta esta triste situación. «No puedo quejarme. Hay gente que lo está pasando muy mal, pero está claro que ha llegado en un momento en el que teníamos la pelea programada, teníamos algún proyecto de Mundial, pero siempre podía ser peor. Si no fuéramos campeones ahora no sé qué pensaríamos».

Y es que el boxeo es uno de los deportes que más depende de las oportunidades. Toda una carrera deportiva puede pender de un día, una decisión... No es sencillo dedicarse a esta profesión en la que el camino hacia la gloria esta lleno de golpes y el coronavirus ha llegado de lleno donde duele. «El otro día hablando con la promotora ya me dijo que la situación es crítica en algunos casos. Hay boxeadores que ya están buscando trabajo ante la imposibilidad de poder pelear. Hay muchos que están en la cuerda floja», indica Iglesias. La pareja trabaja en equipo, como bien dice el preparador. «Hoy yo le ayudo a Sergio y mañana es Sergio el que me ayuda a mí».

El futuro es incierto y nadie se atreve a ponerle nombre. «No sabemos qué va a pasar con los gimnasios. De momento están cerrados y no sabemos si los abrirán, si tendrán que ser grupos reducidos o qué pasará», añade Iglesias. El Niño se niega a ser pesimista. «Estamos viendo que en otros países ya están abriendo un poco el confinamiento y esperemos que ocurra aquí algo parecido pronto».

No quiere marcarse plazos. Vive día a día y sin fechas que cumplir. Alguien tan metódico y puntilloso en su trabajo no puede olvidar sus señas de identidad y por eso busca «mantener una rutina y unos horarios». Se levanta a la misma hora y entrena una hora por las mañanas y otro tanto por las tardes. «Cuando hace bueno aprovecho y tengo espacio para correr. El peso ya subí lo que tenía que subir y ahora a mantenerme», explica el campeón torrelaveguense que cuando al subir la persiana llueve «me pongo en la puerta, suelto al perro para que corra y le silbo».

«Me parece increíble que llevemos tanto tiempo y sin saber cuánto nos queda». De casa sale lo justo. «Alguna vez al supermercado, pero nada más». Iglesias piensa en 2021. «Hemos trabajado muchos años. Sergio ha trabajado duro y ahora que somos los campeones, después de tres defensas es cuando puedes pensar en cosas bonitas y con las que sueñas, pero...».