«Es un combate especial por todo. Tengo ganas de que llegue»

A sus 24 años, Laso afrontará su octavo combate como profesional (6-1) y subirá al cuadrilátero en la cita coestelar de la noche. Su rival es un argentino, Ezequiel Gregores (3-18), afincado en Mallorca y con mucha más lona que el cántabro. Un boxeador aguerrido y con experiencia. «Sé que será difícil porque es un púgil que no se amilana, que va hacia delante y es valiente», explica Laso, que durante estas últimas semanas ha trabajo con precisión algunos de sus puntos débiles. «Hemos entrenado mucho y me ha gustado la preparación. La experiencia te enseña que es muy importante controlar los tiempos, tener paciencia, no ir alocado...», reflexiona. Su estilo vertical, agresivo y contundente «algunas veces te hacer ganar, pero otras veces no», y ese aspecto es, precisamente, lo que más han trabajado en la esquina, donde su padre, Marcos Laso, ha logrado rebajar esa euforia e ímpetu desmedidos que el joven suancino exhibió en sus inicios. «Hay que ir con orden, poco a poco, y saber que la paciencia también es necesaria», indica. Lo tiene claro: «A veces tienes un exceso de ganas de agradar y eso provoca precipitaciones».

«No me va a poder la presión por pelear ante tanta gente; los nervios hay que saber manejarlos. Pero sí; tengo muchas ganas de que llegue», señala el boxeador mientras ultima su puesta a punto y supera sus males con el peso. «Es lo peor del boxeo. Hay que sacrificarse y la última semana más, que es cuando hay que quitar el agua», lamenta, sabedor que es algo consustancial a su deporte. La pelea estará pactada en el superligero, a 64,5 kilos.

El Vicente Trueba apunta a llenarse. Más de 2.500 personas se preparan para darle el ambiente otras tardes en las que se hizo historia entre las doce cuerdas. No será nuevo para Laso; ya le tocó compartir cartel con 'El Niño' en su cuarta pelea de profesional «y fue un placer. Da gusto estar rodeado de tanta gente». En aquella ocasión levantó el brazo. Este año ha tenido que superar la cara gris del deporte, las lesiones. Unas dolencias en las manos y muñecas le obligaron a parar. «Lo pasé mal. Fue demasiado tiempo y siempre es duro estar parado. En julio volví y ahora ya estoy mejor», señala.

No tiene metas más allá del próximo 29 de noviembre. «Primero vamos a ganar este combate y luego al próximo. Claro que me gustaría luchar por títulos importantes, pero creo que ahora lo principal es poder ir poco a poco y no alocarse», asegura con la madurez que da las siete peleas, el boxeo por dentro.

Ya se ha superado la venta de la mitad de las entradas para el día 29. Torrelavega se ha volcado con la despedida de su campeón de Europa y qué mejor manera que disfrutar de ese ambiente para seguir creciendo en al carrera de este joven púgil. La sombra del torrelaveguense es muy alargada, dado que nunca antes en Cantabria había conseguido lo que ha logrado Sergio García. Sin embargo, esto va rápido y siempre hay que estar preparado para todo.