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El título sigue vacante. El combate por el cetro continental se quedó en nulo, por lo que la corona del peso de la EBU continúa desierta. En una igualada y vibrante pelea, Jon Míguez y Jordy Weiss se batieron en un duelo sin ganador claro ... y tendrán que citarse para la revancha; para que el cinturón tenga al fin un dueño. O al menos ese es su objetivo. El del francés y el del cántabro, que se sobrepuso a un ambiente adverso y en cierto sentido salió como ganador, al menos moral, de la velada. Porque sabía que si no llegaba al KO o se mostraba extremadamente superior corría el riesgo de que los jueces se decantaran por el púgil local y le dieran la victoria a los puntos.
No fue así. Ahora resta por ver si habrá segundo combate y dónde se celebra. De ser así, el antecedente indica que se resolverá por pequeños detalles y que pese a la solvencia demostrada por el francés, Míguez puede ser favorito si pelea en casa.
«Estámos en su casa y ha sido un combate muy igualado, así que el nulo es justo. Quiero la revancha y espero que me den la oportunidad de tenerla, si puede ser en casa», decía el castreño apenas concluida la velada.
El resultado no se puede considerar en absoluto como malo. Weiss era el favorito en las apuestas, aunque Míguez llegara convencido de sus posibilidades y de su excelente preparación. Y además boxeaba en casa, con lo que eso supone. ya en la previa, tras el pesaje, se encontró con diferentes trabas como, según Espabox, la protesta por sus guantes -tuvo que utilizar otros- y la propuesta de que no hubiera control antidopaje, ante lo que el equipo español se plantó.
Ya sobre el ring, un muy dinámico Míguez puso en apuros a Weiss, muy acertado sin embargo en sus golpes. A la salida en tromba del cántabro, buscando el centro del cuadrilátero, respondió el de Laval con buenos movimiento y estrategia, demostrando que también sabe encajar, para pasar después a la contra. Todo en un combate de mucha exigencia física y en ocasiones trabado que legó dos púgiles muy cansados sobre el final. Y para terminar sin ganador, como se comprobó cuando, con la decisión de los jueces, el árbitro levantó ambos brazos.
Queda la duda de lo que hubiera ocurrido en otras circunstancias, si la pelea se hubiera disputado en España. Es un camino que Good Boy debe aún recorrer, y confía en tener la oportunidad para ello.
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