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¡Están locos estos comillanos! De poder seguir los bolos en la época de las guerras entre romanos y galos, Obélix lo hubiera tenido claro. Y es que, desafiando a Filomena, los cinco jugadores de la plantilla de Comillas desenfundaron ayer las bolas para comenzar ... su puesta a punto de cara al curso bolístico 2021. En uno de los días más fríos de los últimos meses los bolistas tuvieron en Treceño su primera toma de contacto con la madera después de ocho semanas de parón entre temporadas.
«La idea ha sido sobre todo de José Díaz. El presidente quería comenzar a finales de enero y a nosotros nos parecía que si la Liga empieza en marzo esa fecha era un poco tarde. Al final igual hemos empezado un poco pronto», apunta Alfonso González, capitán de la partida.
Para los comillanos el inicio de 2021 supone borrón y cuenta nueva tras un 2020 complicado en el que fueron la única peña de la máxima categoría que sufrió en carne propia un caso de covid, el de Vicente Diego, que afortunadamente solo derivó en síntomas leves para el de Valdáliga y en una cuarentena para sus compañeros. La peor noticia llegó el 18 de diciembre con el fallecimiento de José Manuel Fernández 'El Niño', presidente de la entidad desde 1979. «Le vamos a echar en falta», asegura su hijo Marcos, que ha estado al pie del cañón durante los últimos años en la gestión diaria de la peña, «porque era el alma de este equipo. Va a ser difícil olvidarse de él». La entidad afrontará ahora un proceso electoral, aunque todo apunta a que la saga de los Fernández continuará en la presidencia de Comillas.
Tras acabar penúltimos en la tabla, Comillas solo ha realizado un cambio en su partida. Hasta Los Tilares ha llegado Iñi Pedrosa, veterano con una larga trayectoria, que ha jugado los últimos años en la Bolística. «Afrontamos el año con mucha ilusión, como todos. Ha habido un cambio de jugador, que nos va a dar mucha veteranía y saber estar. Queremos hacer una buena temporada, intentar no pasar problemas y quedar lo más arriba posible», señala Alfonso.
Tras arreglar el corro, los bolistas empiezan de catorce metros, con alguna bola escapada y con la vista puesta en la mesa de control de la bolera. Allí están las viandas, esperando. Y es que tras el esfuerzo, llega la recompensa.
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