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El año se presentaba especialmente ilusionante para Antonio Saiz, que además de ver de nuevo a su peña en División de Honor lo iba a ... hacer con sus dos hijos en la partida. Sin embargo, la crisis de la Covid-19 y los problemas estructurales de la bolera del barrio de Velo han ensombrecido el 2020 para Mali, que ahora aspira a dar la sorpresa y colarse en la Copa FEB.
-Al final la Liga parece que sale adelante. ¿En cuántos momentos estos meses ha pensado que no iba a ser así?
-Hasta hace quince días lo pensaba cuando ha habido la reunión de peñas. Siempre he pensado que la cosa estaba muy mal.
-Fue en esa reunión donde se acordó que no hubiera descensos. ¿Fue clave para que Mali optara por inscribirse en la competición?
-No sé hasta qué punto. Las cosas tienen que surgir para saberlo exactamente, pero no creo que fuera clave. Lo que sí está claro es que no puede haber castigos para una peña si no quiere o no puede inscribirse. Aparte nosotros podemos tener problemas porque a partir de septiembre podemos tener un jugador menos ya que Luis Gerardo no sabe si se va a tener que ir a estudiar fuera, y tenemos otro que trabaja a relevos que todos los fines de semana lo va a tener difícil para cambiar. Son nuevas normas.
-Sin descensos ¿cree que se debería disputar la Liga completa con 26 jornadas?
-Creo que con la llegada de la pandemia y las circunstancias que la han rodeado a mí me parece que la competición va a ser muy larga. Yo hubiera optado por hacer una Liga más corta, en la reunión al final no pudimos hacerlo, pero íbamos a exponer una propuesta para hacer el torneo a una vuelta y en boleras neutrales, las más adecuadas para el problema que tenemos.
-Desde el principio la mayoría de los presidentes rechazaba acortar la competición.
-Al principio muchos pensaban que no íbamos a empezar en marzo, pero sí en abril o mayo. Al final es en julio, que es un poco tarde para jugar una Liga adecuadamente. Todos los presidentes estamos en contra de las jornadas dobles, nadie puede decir que está de acuerdo con la Liga así. Cada año estamos luchando para que no haya jornadas dobles, no es normal que te la juegues semana sí y semana no con dos partidos y en la que no haya ese fin de semana un campeonato o un concurso.
-Es evidente que sin descensos la Liga pierde algo de emoción. ¿Puede ser que sin presión algunas peñas mejoren su juego?
-Algo puede haber, pero en líneas generales los jugadores cuando saltan a la bolera van a lo que van. Algún chico puede haber, de esos en el que el equipo grande te manda a ganar a 45 de atrás y los puedes hacer o matar alguno importante.
-¿Qué objetivo se marca la peña con la nueva situación?
-Los entrenamientos los estamos llevando bastante regular, no podemos entrenar como nos gustaría. Ahora mismo el objetivo es jugar, pasarlo bien y a ver si podemos dar la sorpresa y acabamos entre los siete primeros la primera vuelta para jugar la Copa.
-¿A nivel económico estar dos años seguidos en Apebol es un respiro para una peña modesta como Mali?
-Con las circunstancias que se nos han dado el tema económico está complicado. Nos debemos a mucho comercio pequeño, todo compromisos de amistad a los que no nos vamos a atrever a pedir dinero para el cartel este año porque han estado tres meses cerrados.
-¿Cómo va a quedar la situación económica de la peña de aquí a final de año?
-He hablado con los jugadores y tienen buena disponibilidad. Espero cubrir el presupuesto dentro del año y no tener problemas.
-La asamblea de Apebol rechazó que los ingresos se repartan por igual entre todos. ¿Qué le parece?
-Era una propuesta que, aunque la hiciera La Rasilla, está en boca del 90% de las peñas. Son comentarios que se estaban haciendo. Creo que era algo lógico y normal, pero...
-Desde hace unos meses no se pueden usar su bolera por problemas estructurales. ¿Dónde están entrenando ahora y cuál va a ser la auxiliar para la Liga?
-Estamos entrenando en Oruña y la idea es jugar la Liga allí y tener como auxiliar la de Renedo. Ahora todas las boleras municipales de Piélagos están cerradas y la nuestra sigue clausurada. Estamos pendientes de ver si el Ayuntamiento accede a abrir la bolera y podemos utilizarla. Si no, Gerardo Castanedo y Nel González nos han ofrecido las de Maliaño y Peñacastillo, es algo que tenemos que agradecer.
-¿Cuál es la situación de la bolera del barrio de Velo?
-La bolera tiene el techo deteriorado y había alguna viga con problemas que llego a partirse. Se clausuró en noviembre. Después el viento abrió más agujeros en el techo y partió trozos que incluso acabaron en la carretera. Yo he hablado tanto con el alcalde pedáneo como con la alcaldesa de Piélagos, pero no se ponen de acuerdo, hay por medio un contrato de cesión. Hicimos una propuesta para quitar la techumbre y tener bolera descubierta, la llevó al consistorio el pedáneo, pero antes de la pandemia el Ayuntamiento lo denegó.
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