El coronavirus también amenaza la pelea del Niño

Porque, si cualquier otro deporte tiene poco sentido sin público, el boxeo, mucho menos. Básicamente porque la promotora responsable del evento debe recuperar lo invertido en adjudicarse la subasta a través de los ingresos de las entradas. Nadie se plantea un combate a puerta cerrada. O normalidad, o suspensión.

Mientras tanto, el Niño sigue a la espera de confirmación de quién será su rival, si finalmente se celebra su defensa del título. Aunque las dudas se ciernen sobre el aspirante oficial nombrado por la Unión Europea de Boxeo (EBU), Dylan Charrat, hasta el Gimnasio Kronk de la capital del Besaya ha llegado la presunta intención del francés de pelear por el cinturón. De todas formas, hasta que no lo vean firmado negro sobre blanco, algo que debería producirse hoy, no se lo creerán. Y aún así, vistos los antecedentes, tampoco podrán tenerlas todas consigo.

Las dudas sobre Charrat comenzaron el mismo día de la subasta, en Roma. El entorno del galo no se presentó a la misma y Maravillabox pudo llevarse la puja por un montante bastante asequible: 32.115 euros. Teniendo en cuenta que estaban dispuestos a subir hasta los 100.000 euros, la adquisición fue una ganga. Una cifra baja y que quizá no motive a alguien que parte como víctima frente al vigente campeón. Además, Sergio García y su entrenador, Víctor Iglesias, ya están curandos de espanto después de la huída del también francés Zakaria Attou, entonces poseedor del cinturón continental, que a pesar de estar confirmado, posteriormente se negó a pelear y fue desposeído del título. El cinturón se puso en juego en Torrelavega entre el Niño y el también galo Beaussire. Posteriormente fue Cedric Vitu el que rechazó ejercer como aspirante, una vez que el cántabro ya se había convertido en el rival a batir.

Esta cuarta defensa del cinturón de campeón europeo es una parada intermedia en el camino de Sergio García. La intención del torrelaveguense es dejar un continente que ya se le ha quedado pequeño para buscar cotas mayores, como la disputa de una eliminatoria mundialista. Sergio García está ya en condiciones de pensar en el Campeonato de Mundo. Ya ha sido elegido para medirse al estadounidense Erickson Lubin en un combate cuyo ganador se convertirá en aspirante al título mundial.

De momento, el púgil cántabro sigue entrenando a ciegas. Sin poder preparar la táctica del combate, a la espera de que le confirmen quién se sube al ring del pabellón Vicente Trueba, su fortín, para darse de mamporros con él por la posesión de la evilla continental.