J. Cuesta será el rival de Andros en la final de la Apebol

Los Remedios nunca había ganado una eliminatoria de la Copa Apebol hasta 2021, cuando se ha plantado en semifinales con una trayectoria inmaculada. Eso se notó en la apertura, en la que desde una distancia cómoda y con una raya sin peligro se quedaron en 25 palos. Un frío comienzo que, además, dio la oportunidad a su rival de tirar sin presión, cómodo y sabedor de su obligación. Pese a no encontrar el primero, J. Cuesta hizo lo que tenía que hacer, subir dieciséis, birlar 24 y, con una última bola de Egusquiza al panojo, ponerse por delante en el marcador.

Si en el acto inicial los de Cerrazo birlaron lo justo y necesario para llegar a los 40, en el segundo cogieron velocidad de crucero en la bajada. Una mala subida parecía condenar la jugada, pero un golpe de seis de Sagredo y otro de cinco de Isaac López dispararon un registro que se plantó en 45 con una última bola de uno de Egusquiza. Los Remedios aguantó la embestida, resistió la carga y con una gran subida logró igualar la contienda gracias a un último lanzamiento forzado afuera de Isaac Navarro que llevó cuatro palos. Tras el esfuerzo, los de Muslera vieron cómo el vendaval siguió en el birle rival con otros 32 bolos, lo que les obligaba de nuevo a 48. Demasiada madera y 0-2 para J. Cuesta.

El partido estaba cuesta arriba, pero los capitaneados por Federico Díaz habían encontrado el camino para combatir el buen hacer del rival. Así lo demostraron en el arranque del tercero, cuando, tras bajarse un metro y lanzar desde los diecisiete, lograron un cierre cimentado en el birle. Parecía que Los Remedios iba a subir su primer chico al marcador, sobre todo cuando con siete bolas lanzadas el tanteador de J. Cuesta apenas superaba la decena. Fue cuando emergió la gigante figura de Isaac López, que pegó de lleno al primero para lograr un emboque salvador y dejar el partido a tiro de un chico.

El buen juego de los este miércoles locales dio sus frutos en los dos parciales siguientes. A su acierto a la hora de derribar bolos los astillerenses tuvieron que añadir sendos emboques para poder recortar distancias y ajustar un marcador final que se acabó de decantar en el sexto. J. Cuesta no quería tirar por la borda su partido, así que Toñín Sagredo acertó con el cachi, sus compañeros le secundaron hacia arriba y hacia abajo y sentenciaron un pase a la final con dedicatoria. En Cerrazo este año tienen muchos motivos por los que ganar.