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El deporte base de Cantabria se abre paso como puede entre la pandemia. Este pasado fin de semana comenzaron las competiciones en fútbol, baloncesto, balonmano, voley y hockey. Todos ellos han vuelto a la actividad con el freno de mano echado, ya que en la nueva normalidad que impone el covid y la seguridad que conllevan las competiciones se han estructurado en formatos reducidos y sin que en algunos casos puedan mantener el mismo ritmo que antes de que la pandemia lo paralizara.
Las direcciones generales de Deportes y de Salud Pública pactaron un borrador de protocolo para que los menores de 18 años pudieran retomar la actividad deportiva el pasado 11 de enero. La relajación de las medidas de seguridad y las restricciones permitieron que tanto para espacios abiertos como cerrados, el mismo día que los escolares retomaron el curso académico tras las vacaciones navideñas pudieran echar a andar. La evolución de la pandemia hizo que se puidiera levantar el veto que pesaba sobre el deporte de los menores de edad desde el pasado 27 de octubre.
A lo largo de este fin de semana se han desarrollado por toda la región partidos oficiales siguiendo la estructura de competición que previamente han pactado las distintas federaciones. En algunos deportes se ha confeccionado el nuevo formato en función de los clubes que han decidido competir. Así las cosas, en fútbol, la Federación organizó una serie de campeonatos que se extenderán hasta el mes de junio sin que existan ascensos ni descensos en las categorías más pequeñas. Una especie de torneo cerrado en el que la intención es que los chavales puedan competir. Del mismo modo, aquellas entidades que no hayan querido participar continúan con su actividad de entrenamientos. Algo similar ocurre en baloncesto y balonmano.
El protocolo ultimado entre Salud Pública y Deportes ha sido consensuado con las federaciones deportivas y con las empresas que gestionan los principales centros para la práctica del deporte en la comunidad.
No ha sido sencillo, desde luego, el regreso de las competiciones. Sólo la relajación de las resticciones ha permitido que durante este fin de semana se hayan podido ver -aprovechando el buen tiempo- estampas muy parecidas a las de hace más de un año con instalaciones deportivas acogiendo competiciones. Ahora bien, sin público. En algunos lugares resultaba pintoresco comprobar como los padres y simpatizantes de los chavales seguían los partidos agolpados fuera de los recintos, bordenado los muros o desde donde podían intuir a los pequeños.
Ha sido el primer paso, controlado y muy reducido, hacia el regreso de las competiciones. En el caso del balonmano, voley y el baloncesto, la práctica está condicionada al interior de los pabellones, donde las restricciones suelen ser más estrictas. Aún así, por el momento no existe ningún impedimento para que se pueda cumplir el plan elaborado para estas cinco prácticas deportivas. La evolución de la pandemia determinará si se puede ir añadiendo el público y en qué condiciones a los distintos recintos. En cualquier caso no deja de ser una buena noticia que los pequeños puedan continuar con una actividad que a lo largo del último año ha sufrido continuas paradas y ha trastocado el normal funcionamiento de su desarrollo.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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