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La marea, la jueza suprema de la competición porque es quien 'pone' la pista de carreras, ha dictado que el día sea hoy. Al filo del mediodía (11.55 horas) está previsto que comience una nueva edición –la número 65– del Derby de Loredo. Una ... de las estampas clásicas del verano en Cantabria. Purasangres a toda velocidad con miles de personas en la playa y las vistas del mar Cantábrico, Mouro y Santa Marina, el Palacio de La Magdalena, Santander... Aunque sea por pocas horas, hoy será uno de los hipódromos más bonitos del mundo.
Tres carreras componen el programa de la mañana en la playa de Ribamontán al Mar. El premio Junta Vecinal de Loredo, sobre 1.600 metros; el premio Gobierno de Cantabria, sobre 2.300; y el Gran Premio Ayuntamiento de Ribamontán al Mar, trofeo Luis de la Serna, sobre 2.000 metros. El Derby propiamente dicho y la prueba más importante del día.
Esa frase de 'poco, pero bueno' se ajusta a la perfección a las tres carreras, todas ellas para caballos purasangre. Porque apenas once –cuatro en la primera, tres en la segunda y otros cuatro en la tercera– volarán sobre la arena. 'Iron Duke', en la primera carrera, un caballo alemán de la cuadra Mallow Gran Canaria; el francés 'Dann', de la cuadra Seguín, en la segunda; u otro francés, 'Mazeltof', de la cuadra cántabra Río Cubas en la tercera, serán algunas de las estrellas.
'Iron Duke' y Mazeltof', así como 'Monzalvos' en la segunda carrera, tendrán algo en común. A la grupa estará el rey de Loredo. El cántabro Diego Sarabia, vigente campeón de España de gentlemen y el jockey español con más triunfos, que lucha por el liderato nacional con el también cántabro César Alonso –último campeón mundial– y que hoy competirá en la primera carrera y en la última. Los 300 puntos que hay en juego en Loredo pueden no ser definitivos para la clasificación, pero sí apuntan a más que importantes para decidir a final de temporada quién es el campeón de España de gentlemen.
Entre medias de las carreras, las habituales exhibiciones de ponis y otros caballos de pequeños jockeys. La marea, de forma inexorable, subirá para poner fin al Derby. Pero por un rato, ese hipódromo de arena y vistas de postal habrá dejado algunas de las imágenes más clásicas del verano cántabro.
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