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La División de Honor se decidirá en la última jornada. Camargo y Peñacastillo no fallaron, ganaron sus partidos y aplazaron la decisión sobre qué ... peña será campeona al próximo sábado. Los de Maliaño doblegaron con comodidad a Casar de Periedo, mientras que los santanderinos, con más apuros que su rival, ganó en Cañas a Ribamontán al Mar. La jornada en sí fue un caos. La lluvia y la falta de previsión (no por parte de los meteorólogos) hizo que se dieran la situación de ver a dos peñas esperar a que acabase otro partido que también se había movido de bolera para reanudar el suyo. Para los espectadores, los que quedan, un lujo.
Como siempre en estos escenarios, la situación estaba muy clara, las peñas con algo en juego tenían que ganar y esperar el fallo rival para cumplir el objetivo. Por arriba, Camargo podía ser incluso campeón, para lo que tenía que ganar sin ceder chicos y que Peñacastillo cediese de manera contundente ante Ribamontán. Por abajo, eran los de Loredo los únicos que podían certificar la permanencia, un reto que tenían a tiro de triunfo y de derrota de Casar en Camargo. El calendario, ese hechizo casi de anjana que en cada gala de Apebol pasa desapercibido, había deparado incluso que Los Remedios y Comillas, las dos partidas que se jugaban la séptima plaza y por ende el pase a la Copa Federación, se viesen las caras en Muslera.
Con todo, la atención estaba en la Ramiro González. Tras perder su margen de error hace una semana y ceder en el desempate de la final de Copa, Camargo se veía las caras con un cuadro local que rinde mejor ante los grandes y que ya había sacado un punto de El Parque en la primera vuelta. El partido se definió según los cánones clásicos del encuentro entre peña grande y partida modesta. De inicio, desde catorce metros, los de Casar se quedaron lejos del cierre, un objetivo que alcanzó el cuadro de Maliaño pese a una terrible subida con bola blanca de Salmón incluida.
Pese a sus problemas de tiro largo en los últimos partidos Camargo se fue a veinte metros, una distancia que Casar afrontó con el cachi al pulgar y en mitad de la carretera. Sin exceso, pero sin defecto, el 0-2 subió al marcador gracias al mayor acierto visitante con el primero. Con las nubes ya amenazantes y una gran tirada el líder se aseguró un punto, que por otro lado de nada le valía en su situación, después de una gran tirada de nuevo de tiro corto y emboque a la mano. Un pequeño parón por el agua dio paso a la resolución de un duelo que sobre la arena tuvo poco color.
Con un ojo en Casar estaban en la Mateo Grijuela, donde Peñacastillo y Ribamontán se veían las caras esperando. El duelo arrancó con susto para los locales y Raúl de Juana mandando sobre el corro. Dieciocho palos para el de Bezana y el primer chico que se iba para Loredo.
Ribamontán empezó valiente, se fue hasta los diecisiete metros, aunque el paso de los chicos le hizo bajarse a catorce. El partido llegó igualado hasta su resolución, cuando los locales, más seguros durante toda la tarde de tiro largo, no dieron opción a los visitantes y mantuvieron sus opciones de ganar la Liga a base de emboques.
Noja y Cerrazo eran las otras boleras en las que el descenso estaba en juego. Tras ganar en Torrelavega J. Cuesta dependía de sí mismo para lograr una sufrida permanencia, aunque enfrente tenía a un Andros cuyo objetivo en su penúltimo baile del año era jugar bien y dejar el pabellón alto. El encuentro empezó en Cerrazo, acabó en Torrelavega y en el mismo los locales llegaron al ecuador del partido con la opción de certificar la permanencia. El encuentro había tenido alternativas en el marcador y los rivales de los presididos por Serafín Bustamante habían perdido, pero en el tramo final las dos partidas se repartieron los chicos para firmar unas tablas que pueden ser oro para Cuesta.
Al otro lado de la región, Mali certificaba su descenso ante Borbolla. Pese a ser capaces de agarrarse a la categoría en las últimas jornadas, los de Arce no han podido revertir una temporada con muchos avatares y un juego demasiado irregular.
El tercer foco de interés de la tarde estaba en Muslera. Dos puntos separaban en la tabla a Comillas de Los Remedios, que tras un mal inicio podía llegar a puestos coperos. Tras empatar en la ida, una victoria les valía a los locales para lograr el objetivo y depender de sí mismos en la última jornada. En otro encuentro que cambió de bolera, los comillanos hicieron valer su mejor temporada global para con los dos puntos sumados, certificar que estarán en la semana bolística.
La tarde se completó con dos encuentros, la victoria de Riotuerto en Los Corrales en un encuentro en el que las dos partidas alternaron altibajos, y el triunfo de Torrelavega ante Casa Sampedro en el tercer duelo que arrancó en una bolera descubierta y tuvo que trasladarse a un recinto bajo techo.
Tras la jornada, la situación queda como estaba, salvo porque Peñacastillo ya no puede remontar los parciales que tenía en contra con Camargo. Los de Cañas tendrán que ganar en La Cavada y esperar que Borbolla empate o gane en Maliaño. Por abajo, Casar se mantiene en descenso y viajará a Comillas con la necesidad de ganar y esperar que no lo haga Ribamontán y que J. Cuesta no empate.
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Ana del Castillo
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