La División de Honor de los infartos

Cuatro peñas en apenas dos puntos, una quinta, Andros, al acecho en busca de fallos de los rivales y una tarde de 'transistores' era el cóctel de un 'superdomingo' en el que todos los focos, o casi todos, porque al coincidir con partidos de todas las categorías la asistencia de público fue menor, estaban puestos en El Parque de Maliaño, donde líder y perseguidor se veían las caras con el recuerdo de lo ocurrido hace un año -cuando ambos también se jugaron la Liga- todavía presente.

El partido de los partidos fue, valga el trabalenguas, un partidazo. No por juego, pero sí por emoción hasta las últimas bolas, y eso que Camargo sólo compareció en tres de los chicos. Con todo, jugando bien medio encuentro los de Maliaño pudieron empatar, mientras que Peñacastillo, que jugó bien los seis parciales, pudo dejarse un punto por el camino. De entrada, en un visto y no visto, los de Cañas pusieron el dos en su marcador parcial gracias a un cierre de postre y a una buena mezcla de madera y emboques.

Hasta ese momento en la bolera sólo había una partida, llegada desde la capital, pero una bola de esas que sólo el que la lanza sabe a dónde iba metió a los de casa en el duelo. Gabi Cagigas, de catorce metros, embocó de veinte, aunque la dinámica de los suyos era tan irregular que totalizaron apenas 53 bolos, lo que sembró la duda en Peñacastillo. '¿A por emboque directamente o lo intentamos a bolos?', se plantearon en varias ocasiones durante una subida que tomó color pronto y que, sobre todo, les permitió afrontar el reto con un gran birle. De hecho, lo tenían en su mano, en concreto en la diestra de Rubén Haya, que tenía la sentencia a tiro de tres palos. La bola, a media bola y al medio al pulgar, pedía cuanto menos un panojazo para igualar, pero el camargués pegó de lleno al primero y el partido volvía a tener vida.

La tuvo, de hecho, hasta un último chico no apto para cardiacos. Con una bola menos Peñacastillo cerró de mano gracias a un último lanzamiento de cinco de José Manuel González y pese a contar con una bola menos. Tras subir catorce, Camargo se entonó de birle y, con la última, Rubén Rodríguez necesitaba tres para empatar y cuatro para ganar. Cayó la fila, lo que devolvió a los bolistas al tiro y lo que derivó en una nueva bola de los de Cañas que, esta vez, no tuvo respuesta.

Peñacastillo manda con un punto sobre Camargo y también con un empate de ventaja sobre la Bolística y sobre Hermanos Borbolla. Los de Torrelavega arrancaron con fuerza su partido en Cerrazo, donde tres grandes tiradas les dieron los tres primeros parciales. A partir de ahí J. Cuesta demostró el porqué de su buena clasificación, se agarró al partido y tuvo opciones de empate hasta la última bola, con la que Isaac López no encontró el golpe necesario para llevarse el chico. En Noja, el cuadro capitaneado por Jonathan García volvió por sus fueros para llevarse a un Comillas que sobrevivió a base de emboques. El quinto en discordia de la clasificación, Andros, no pasó del empate ante Ribamontán al Mar.

Lo mejor de la jornada se dio en Sobarzo, donde Óscar Cianca, que hace apenas un mes sufrió una intervención quirúrgica debido a una dolencia grave, regresó a las boleras para ayudar a los suyos en su victoria ante La Rasilla, lo que asegura la permanencia de los de Penagos una temporada más en la élite.

La sesión matinal había servido para que Riotuerto hundiese un poco más a Casa Sampedro en la clasificación en un duelo en el que los visitantes se llevaron dos puntos que les confirman como el equipo mejor colocado para llevarse una de las últimas plazas de Copa Federación en disputa. A la misma hora en Las Callejas Pontejos, que da sus últimas bocanadas en la categoría, tuvo contra las cuerdas a Los Remedios, aunque un mal tramo final de partido y un último gran birle de los de Muslera dejó el marcador final en empate.