Las escuelas de surf de Cantabria han decidido unirse. Para promocionar su deporte, pero sobre todo para tener más fuerza a la hora de organizarse ... y negociar. Y para perseguir una vieja reclamación: que las licencias de actividad se concedan a más largo plazo, de modo que se garantice su actividad y se termine con la incertidumbre que consideran tiene su modelo de negocio formativo.
Con motivo del October Surf, este año Líderes Impulsa ha organizado una sesión para que las instituciones escuchen a la comunidad surfera de Cantabria, sus proyectos, sus anhelos, sus inquietudes: escuelas, federación, surfistas... Con el ánimo de construir y el propósito de conocer de primera mano sus ideas una treintena de surfers de la región se reunieron en La Nave Q Late junto a empresarios y políticos.
La Asociación de Escuelas de Surf de Cantabria ya está oficialmente constituida, con Borja Ibarra, de la Escuela de Los Locos, como presidente, pero no será hasta el próximo 14 de noviembre cuando se presente oficialmente en una cita a la que están invitadas no solo las fundadoras, sino todo el sector del surf. Y es que el objetivo es agrupar, si así lo desean, a todas las escuelas de la autonomía y a otras empresas del sector.
Independientemente de que se unan otras sociedades, las escuelas serán mayoría, al centrarse en ellas el modelo de negocio en Cantabria, pero Ibarra es claro: todo el mundo está invitado. De hecho, se ha convocado a todas las escuelas a la primera asamblea que se celebrará el día 14 en la sede de CEOE-Cepyme en Santander en una convocatoria abierta. Cualquier firma o empresa que trabaje en el surf está invitada a asistir y, si lo considera conveniente, unirse a la asociación.
«Llevamos muchos años sin unirnos para hacer un frente común, así que hemos creado la asociación para luchar por los intereses de las escuelas, que son el núcleo fuerte, pero se pueden asociar todas las empresas del sector», explica Ibarra.
Entre las fundadoras están las escuelas más significativas de Cantabria: Los Locos, Totora y Kangaroo (Suances), Escuela Cántabra de Surf y Sunset (Somo), Sardinero (Santander), Oyambre, San Vicente, Costa Norte, Buena Onda y Merón (San Vicente de la Barquera), Berria (Santoña) y Special Surf School (Liencres). No son las únicas, pero entre ellas reúnen buena parte del suf cántabro. «Nos hemos reunido las más representativas de las principales zonas para fundar la asociación, pero la asamblea está abierta a todas las empresas. Como la mayor parte son escuelas, serán las mayoritarias, pero sin cerrar la puerta a nadie».
«Las escuelas de surf tenemos mucha fuerza -continúa Ibarra- pero trabajamos por separado. Si nos unimos podremos tener un interlocutor que nos represente, porque el surf está creciendo, pero sin unirse.
Uno de los aspecto que más preocupa a este núcleo fundador son las licencias: los permisos necesarios para trabajar en cada playa: «Estamos muy preocupados. Las licencias se entregan a muy corto plazo, para cuatro años, y eso nos impide hacer inversiones fuertes, porque no sabemos con certeza si vamos a permanecer allí a largo plazo. Dependemos de Demarcación de Costas y tenemos que pelear con ellos cada licencia para buscar concesiones a largo plazo y tener la posibilidad de invertir sin incertidumbre. Además, Costas delega en los Ayuntamientos, así que tenemos que hablar también con ellos, con la Consejería de Turismo y todas con las administraciones con las que estamos involucrados en la actividad».
La iniciativa llega un año después de que un amplio equipo de profesores de la UC elaborara un diagnóstico del surf en la comunidad autonóma en el que se abordan las diferentes oportunidades y dificultades de un deporte que constituye también un área de negocio y reclamo turístico en Cantabria, y que ya está en manos de la administración pública.
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