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Sergio García sigue esperando. Una lenta, tensa y en ocasiones frustrante espera. La que debe afrontar aún para poder viajar a Estados Unidos y disputar el primer combate de su lucha por el campeonato mundial del peso superwélter. Una pelea que se debía haber disputado ... ya, pero que la pandemia ha retrasado. De hecho, para mantener la actividad, el Niño debió hacer una nueva defensa de su cinturón continental y otro combate de exhibición en el que incluso cambió de peso, en ambas ocasiones en Torrelavega. Por el camino ha pasado a tener un nuevo promotor, abandonando la compañía de Sergio 'Maravilla Martínez, pero no a su mentor y amigo más fiel, que ejerce mucho más que como entrenador -que también-: Víctor Iglesias.
El caso es que los sucesivos aplazamientos no solo frenan la progresión profesional del cántabro y afectan, como les ha ocurrido a todos los deportistas y a toda la sociedad con la pandemia, económicamente. Además se ha generado una situación muy injusta.
Para comenzar su carrera mundialista, Sergio García tuvo que renunciar al cinturón de campeón de Europa del peso superwélter en versión de la EBU. Lo hizo invicto, como lo está en toda su carrera. Sin perder ni un solo combate, Nadie se lo arrebató; solo quedó vacante, y para cuando tuviera nuevo dueño él ya debía haber comenzado su asalto mundial.
Pero no ha sido así. Otro de los grandes boxeadores españoles del momento, Kerman Lejarraga, es ya el nuevo campeón europeo del peso superwélter. Pero nunca se ha enfrentado al Niño, que sencillamente dejó el título en manos del mejor de los dos aspirantes nombrados por la EBU. Nunca perdió una defensa. En consecuencia, se ha quedado sin un cinturón para buscar otro por el que por el momento no le permiten luchar.
El Revólver de Morga es así el nuevo campeón de Europa del peso superwélter. Kerman Lejarraga levantó los brazos tras vencer a los puntos en Barcelona al francés Dylan Charrat, que ya había sido aspirante precisamente frente a Sergio García. Sin embargo, en aquella ocasión el francés, cuya promotora ganó la subasta de un combate que se debía haber celebrado en París, renunció finalmente a la pelea alegrando diversos problemas hasta que la EBU le descartó. Ahora, sin el Niño delante, aspiraba de nuevo al cinturón y esta vez sí peleó, pero sin éxito.
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