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Marcos Menocal
Santander
Viernes, 19 de marzo 2021, 13:12
Daniel Rasilla (Los Corrales de Buelna, 1956) no pudo esquivar el peor de los golpes. La muerte le cazó con la guardia baja, ... en su gimnasio, donde acudió este viernes como cada mañana a cumplir con su rutina de entrenamientos. Fue un golpe traicionero, sin avisar. Mortal. Sus allegados se encontraron el cuerpo sin vida desplomado y nada se pudo hacer por reanimarle. Este sábado a las 16.00 horas, en la parroquia Santo Cristo de Muriedas se oficiará el funeral de cuerpo presente y a continuación se realizará la incineración en el crematorio de San Juan Bautista (zona de Cros, en Maliaño). El mundo del boxeo de Cantabria llora la marcha del que en las últimas dos décadas se había convertido en el impulsor de este deporte en numerosas facetas, entre ellas la de promotor de eventos pugilísticos. Este viernes mismo se lamentaba, a primera hora de la mañana y mientras desayunaba antes de que ocurriera el fatal desenlace, de la suspensión por parte de las autoridades sanitarias de la región de la velada que él mismo había preparado para el domingo en el pabellón municipal de La Albericia. Un trozo de bizcocho que gentilmente le ofreció el camarero al tiempo que apuraba su café sirvió para arrancarle su última sonrisa.
LEVANTARTE POR LA MAÑANA IR AL CUEVANO SIN MORAL POR ESTOS DE SANIDAD QUE NO NOS, DEJARON HACER LA VELADA Y ENCONTRARTE...
Publicada por Daniel Rasilla en Jueves, 18 de marzo de 2021
Un infarto acabó con su inagotable energía y con ese carisma que le permitía ser capaz de organizar diez u once veladas al año, algo impensable en los tiempos que corren. Su hijo, Dani Rasilla, su sombra en tantas tardes de guantes, llora más que nadie la pérdida del ángel que siempre le acompañó en su rincón. Él mismo confirmaba la causa del fallecimiento. «Llamamos a la ambulancia e intentaron reanimarle, pero no fue posible», confesaba sin poder contener la emoción. El golpe mortal no pudo ser más cruel. «Además el día del Padre». Un directo al corazón de un incombustible generador de ilusiones y del punto de apoyo de muchos jóvenes que sueñan con subirse al ring.
Daniel Rasilla nació en Los Corrales de Buelna, pero su profesión, Policía Local de Santander, pronto le trajo a la capital. Y de ahí a Maliaño, donde se instaló y donde abrió un gimnasio con su nombre, que es una de las referencias del boxeo en Cantabria. A Rasilla siempre le apasionaron los deportes de contacto. Primero fue el kárate y luego el kickboxing y el full contact. Nunca dejó de enseñar y practicar estas modalidades, compaginándolo con su actividad profesional. Desde muy joven entrenaba en el mítico gimnasio Atlantic –en la capital– antes de fundar su legado en Maliaño. El boxeo llamó a su puerta y uno de sus tres hijos, Dani, decidió seguirle. Tras lograr dos títulos de Europa y dos del Mundo de full contact se puso el calzón del noble arte siempre con su padre en la esquina. Juntos disputaron el Europeo. Rasilla 'padre', como siempre era necesario matizar cuando se preguntaba por alguno de ellos, llevó la carrera de su pupilo con la misma dedicación con la que se empeñó hace un par de décadas, cuando recogió el testigo de José Luis Torcida, el mítico boxeador cántabro y promotor, en la organización de veladas. Gracias a él Cantabria pudo acoger combates de primer orden con títulos muy importantes en juego. Su capacidad de trabajo y de tesón consiguieron infundir luz durante una época en la que el boxeo fue dejado a un lado mediáticamente.
Apenas le dio tiempo a disfrutar de su verdadera pasión, pues acababa de jubilarse de la Policía. «Aún estoy en shock», señalaba Gabriel López, presidente de la Federación Cántabra de Boxeo, al que le unía una gran amistad con Rasilla desde hace muchos años. «Es que el jueves hemos estado hablando, unas seis o siete veces, porque se había cancelado una velada que había prevista en La Albericia» recordaba el mandatario. El boxeo cántabro pierde, según su presidente, «a una persona que ha sido un referente. No se puede concebir el boxeo sin él. Porque era el que organizaba las veladas». Además de las grandes peleas o títulos de por medio, Rasilla era el mayor aval de los boxeadores amateurs. Muchos salidos «de su gimnasio», relata López, y a los que «daba veladas» por toda la región. Eran más que usuales los carteles anunciando las veladas por muchos lugares de Cantabria y en los que aparecían mil y un nombres de boxeadores, tanto de su gimnasio como de otros locales de Cantabria y también de fuera de la región. Boxeadores y boxeadoras, ya que Daniel Rasilla también se preocupó de que las mujeres comenzasen a despuntar en este deporte. «En los últimos años, si no es por él el boxeo de Cantabria se hubiese hundido», concluye su hijo. Precisamente el mes que viene acudirá a Murcia un equipo mixto salido de su gimnasio rumbo al Campeonato de España por clubes.
En los últimos años, Rasilla pudo compartir su frenética actividad en aras a la organización de eventos con su pasión por el deporte. Aplacaba sus ganas con rutas por el monte, caminatas por la montaña por las mañanas antes de acudir al gimnasio donde dedicaba las fuerzas que le quedaban a los alumnos. El boxeo de la región despedirá este sábado a una a de las personas más importantes de este deporte. Su legado debe continuar.
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