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En el frontón del Complejo Municipal de La Albericia se celebran veladas de boxeo, torneos de ajedrez, competiciones de patinaje, fiestas y actuaciones. Y ya si eso... partidos de pelota. «Lo malo no es que se hagan otras cosas, sino que no nos avisen y ... que en muchas ocasiones nos anulen la hora que tenemos para jugar sin avisar». Las palabras son de Carlos Martín Rodríguez (Palencia, 1946) fundador del Club Pelotaris de Cantabria y usuario de las instalaciones del Instituto Municipal de Deportes «desde hace cuarenta años».
Martín actúa de portavoz de los aficionados a la pelota de Santander -en sus diferentes modalidades- que se ven sorprendidos en numerosas ocasiones «por los cambios de horarios y por las anulaciones de nuestra hora sin previo aviso». El histórico jugador además denuncia «el estado de dejadez en el que se encuentra el frontón; con goteras, con grietas y con muchos problemas». Esta semana sin ir más lejos, con la abundante lluvia caída, ha sido necesario «como suele ser habitual» coger toallas y una mopa para secar el suelo «y señalar donde hay agua, para no abrirse la cabeza».
Martín explica que desde hace tiempo la instalación, la única pública con medidas reglamentarias y cubierta de la región, «está abandonada a su suerte, sin arreglar los desperfectos y sin cuidarla como se debe». Por otro lado, Martín señala que «al final lo que ocurre es que en el frontón se hace de todo menos jugar a pelota; se utiliza para organizar veladas de boxeo, para competiciones de ajedrez o patinaje o para la celebración de fiestas». Sus quejas no están focalizadas en que «se puedan alternar otros deportes, ni mucho menos», sin embargo sí insiste en que los jugadores de pelota se ven sumamente agraviados por las consecuencias. «Hay veces en que llegamos a jugar y están todas las mesas del torneo de ajedrez que se jugó el día antes y tenemos que quitarlo nosotros si queremos jugar».
Martín y su grupo de entusiastas juegan todos los domingos, de 10.00 a 12.00 horas, «y cuando podemos entre semana», una tradición que mantienen desde hace décadas. Él fue -al menos uno de los protagonistas-, precisamente, el impulsor de la construcción del frontón «en el año 1986, con Hormaechea de alcalde» y su posterior cubierta en 1988, recuerda. Martín fue uno de los pioneros que en 1976 fundó el Club Pelotaris de Cantabria, con el que empezó a jugar «sin que hubiera frontón en la región», y con el que terminó ascendiendo a la División de Honor. «No se lo podían creer. Nos preguntaban, pero ¿cómo habéis llegado hasta aquí?». De ello hace mucho tiempo y ahora tan solo se conformarían con poder jugar sin peligro y sin tener que renunciar a su mañana de pelota porque les anulan la hora de camino al frontón.
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