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DANI GONZÁLEZ
Lunes, 4 de junio 2018, 07:51
Un importante encargo llegó a la mesa de Narong Wongsoonthon en 1979: expandir el muay thai, el deporte rey de Tailandia, por todo el mundo. Así que el hoy conocido como Maestro Lek hizo las maletas, dejó su amada tierra natal y viajó, ... viajó muy lejos. Tomó un vuelo hasta Madrid, donde el embajador de Tailandia le recibió para esta misión capital. «Fue el 12 de junio de 1979. En España no había nada de muay thai, no se conocía. Y el reto era ese, que se empezara a practicar», recuerda. El hombre llamado a difundir en nuestro país este milenario arte marcial (uno de los deportes de contacto más agresivos porque combina puñetazos, codazos, patadas, rodillazos y agarres) enía con el título de ser 28 veces campeón tailandés de muay thai. En su país es un deporte tan mediático como aquí el fútbol.
Narong, que ahora tiene 68 años, comenzó su periplo llevando esta disciplina a Bilbao, Madrid, Barcelona... hasta fijar su residencia en León, donde vivía una leonesa de la que se había enamorado meses antes en Holanda, en una de sus expediciones para 'sembrar' el muay thai por Europa. La vio, se puso a hablar con ella, que le contó que era de León, y cuando vino a España quiso instalarse en esta ciudad para coincidir con ella. Aquella relación se rompió, pero no su amor por León ni por España, cuya comida, sobre todo la paella, adora.
A finales de 1979, Lek montó su 'base' a orillas del río Bernesga, donde dos años más tarde fundó su gimnasio, el Kick Boxing León, que lleva 39 años enseñando este tipo de boxeo a niños y mayores. Por allí han pasado más de 4.500 alumnos, entre ellos algunos de los mejores del planeta, como la actual campeona mundial, Yohanna Alonso, que aunque nació en Gijón se mudó a León con apenas ocho años. Todos los que han conocido al Maestro Lek dicen que es un hombre que genera confianza y con el que se aprenden tácticas de lucha, pero también extraordinarias lecciones de vida.
Los caminos del maestro y de Yohanna, que lleva 13 de sus 34 años trabajando como guardia civil, se cruzaron cuando ella tenía 16 años y deseaba practicar artes marciales. «Es muy trabajadora, siempre sigue mis consejos y nunca me ha abandonado. Cuando se marchó para completar su formación como guardia civil tuvo que dejarlo pero, al regresar a León, siguió entrenando conmigo», relata el Maestro Lek.
La leonesa, doble campeona del mundo en 2017 y 2018 en categoría neoprofesional, quiere dar un paso más y probarse como profesional. «Para eso necesita entrenar mucho más, pero con las causas solidarias en las que está inmersa, no tiene tiempo. Yo la quiero ayudar para que pueda cumplir su sueño», dice Narong. Alonso se encuentra actualmente en la India y Nepal con una ONG ayudando a niños en situación de exclusión social y en sus escasos ratos libres da clases de defensa personal a mujeres maltratadas.
Yohanna es una de las alumnas aventajadas, una de las 'grandes perlas' que han moldeado las manos del fundador del Kick Boxing León. Pero ha tenido otros pupilos, no tan grandísimos luchadores, pero sí muy conocidos. Los hermanos Manuel, Óscar y Raúl Quijano, componentes del grupo musical Café Quijano, entrenaron en su juventud con él antes de dar el salto a la fama. También Alejandro Sanz exploró los secretos del muay thai con el gran maestro hispano-tailandés. «Seguro que ya no se acuerda», apunta el veterano profesor. «Alejandro apenas tenía quince años y yo conocía a su padre». Por aquella época, los primeros años 80, Lek era el encargado de seguridad de varias salas de conciertos y discotecas en León y el padre de Sanz también trabajaba en el mundo del espectáculo. Años más tarde, Sanz le regaló una copia de su primer disco, que aún conserva.
Solo son dos las condiciones que pone sobre la mesa para aceptar a cualquier aspirante a alumno. «El primero es que confíe en mí. Yo siempre voy a tratar de ayudar a que mis alumnos mejoren y sean buenos luchadores, a que conozcan este arte marcial a fondo». La otra es la honestidad personal. «Si eres un macarra que quiere aprender muay thai para hacer daño a la gente, para ser violento, no te voy a aceptar. El muay thai no es para eso», exclama en un castellano que a la hora de pronunciar las erres delata sus orígenes asiáticos a pesar de sus casi 40 años en tierras ibéricas.
También conocido como boxeo tailandés, el muay thai es un deporte de contacto que es un símbolo nacional en Tailandia. Sus técnicas emplean patadas, golpes con el puño, con las rodillas, los codos... En Europa, son los Países Bajos y España dos de los países donde más crece el número de alumnos de esta disciplina. En todo el mundo tiene más de 400.000 practicantes federados. El número exacto en España se desconoce.
Porque este arte marcial con tanto arraigo en Tailandia se sostiene sobre cuatro patas: técnica, fuerza, cabeza y corazón, o mejor dicho, buen corazón. «Con estos requisitos se puede ser un gran luchador de muay thai», subraya. Son los pilares en los que más incide el maestro, y también los que le animaron a venir a España, instalarse en León e iniciar la expansión de esta disciplina de tal manera que, ahora mismo, sea un arte marcial conocido y reconocido. Este antiguo luchador es el artífice de que en Tailandia se 'hable' español en el cuadrilátero; la última vez, el pasado marzo, cuando su pupila Yohanna se proclamó campeona del mundo con técnica, fuerza, cabeza y mucho, muchísimo corazón. Además, su labor de divulgador de este deporte ha merecido el más alto reconocimiento de su país: tiene la medalla de oro de Tailandia, que sólo concede el rey, y es la única persona relacionada con el muay thai que la ha recibido.
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