La herida deportiva de la pandemia

El Independiente se ha salvado por ahora de la pandemia en lo que a positivos se refiere. En División de Honor se han aplazado, e incluso recuperado ya, partidos de otros equipos que han tenido casos. El voleibol cumple jornada tras jornada con el calendario establecido son que Textil Santanderina ni Voleibol Torrelavega hayan tenido ningún caso. Claro que en ambos casos, y en especial en el de los de Cabezón de la Sal, jugar sin público es un enorme perjuicio.

En cuanto al baloncesto, el Grupo Alega de LEB Plata (tercera categoría del basket español) no ha sufrido ningún positivo, si bien ya ha visto cómo le aplazaban dos partidos por positivos entre sus rivales. Sí que se han producido en el Conspur Bezana de EBA (la cuarta categoría). El club en el que Iván Amo, el expresidente del Estela ahora refundado como Alega, inicia un nuevo proyecto ha tenido especial mala fortuna. Ya en septiembre tuvo que paralizar su actividad durante dos semanas por dos positivos. El viernes por la noche anunció otro, y con el aplazamiento del partido previsto para anteayer, sábado, ante el Real Valladolid Baloncesto.

Pocos han sido también los casos que han trascendido en los bolos, pero en este caso con uno muy sonado: los cuatro positivos de Campoo de Yuso, de la Liga Femenina. Y aquí llegó la polémica. La Federación y obligó a las peñas en liza a presentarse en la bolera y dio por perdidos los partidos a las campurrianas. Posteriormente la propia Federación rectificó y los partidos se disputaron, pero semanas después del final de la competición. La Liga hubiera sido para la Bolística de todos modos, pero el equipo de La Población se sintió agraviado.

Muy diferente fue la actuación cuando una situación similar, de hecho con un solo jugador, se produjo en División de Honor. El positivo de Vicente Diego en Comillas obligó a toda la plantilla comillana a guardar cuarentena y a afrontar un maratón de partidos para recuperar fechas en el calendario, pero en este caso sí se les permitió desde un principio aplazar los partidos.

También el deporte base se ha visto afectado. Aunque en este caso no se han ofrecido datos exactos, Salud Pública prohibió a finales de octubre el deporte base, como había adelantado El Diario, tras detectar, «varios brotes» en este ámbito, siempre de acuerdo con la información facilitada por el Gobierno de Cantabria. En primer lugar se prohibió la competición y más adelante también los entrenamientos. Así permanecerán al menos hasta el 1 de enero de 2021, sin que se pueda descartar en absoluto que este curso no haya temporada de deporte base.

En su momento, Sanidad anunció también que un equipo cántabro, del que no reveló el nombre, había arrojado 14 casos positivos: el entrenador, desde según Salud Pública partió el brote, el presidente y doce jugadores.

El fútbol, con más equipos y licencias, tenía que ser necesariamente el más afectado. El primer caso tras el confinamiento fue el del Cayón, que el 11 de septiembre anunció un primer positivo. Los tres compañeros que se sometieron a pruebas como contactos cercanos -el riesgo estaba en una mañana de ocio; no en un entrenamiento del equipo- dieron negativo.

Posteriormente su entrenador y su presidente, Luis Fernández y Dionisio Humara, también han padecido la enfermedad, aunque se encuentran recuperados. El Cayón ha sido uno de los equipos contrarios a la reanudación de la Tercera División, y así lo manifestó con una pancarta en la jornada de regreso a la actividad en el Fernando Astobiza.

Más se cebó con la Gimnástica: nueve positivos justo antes de comenzar la temporada. De nuevo en este caso comenzando por su entrenador, Mateo García. También Vimenor (un jugador de su filial) y Textil Escudo han detectado casos en una situación que ha afectado al calendario. Claro que más lo hizo el parón de dos jornadas en Tercera División impulsado por la Federación Cántabra y apoyado casi por unanimidad por los clubes. Sin embargo, y pese a no haber mejorado la situación, decidieron retomar la competición una vez ni se produjeron brotes multitudinarios ni llegó la prohibición de competir que la territorial barruntaba.