Hermanos Borbolla vuelve a ser campeón

Los dos primeros parciales se dirimieron por la vía rápida después de que el equipo que iba de mano pinchara en su tirada. Primero lo hizo Peñacastillo, que perdió dos bolas en la caldera tras caer las mismas encima del primero y no pudo levantar la mano, y posteriormente Borbolla, que desde dieciséis metros y con la raya al medio al pulgar no pasó de 33. Antes los costeros se habían anotado la apertura tras una gran tirada con emboque de Chin Velasco incluido. El de Pedredo, por cierto, volvió a capitanear la partida del cuadro nojeño.

La derrota en el acto inaugural llevó a Jesús Salmón a mandar a los suyos a los dieciséis metros, dos menos de los que se había dirimido el primer turno de Peñacastillo en el tiro. Chin Velasco repitió raya, una alta a la mano en la que un tramo bajaba para que el tercer bolo de la fila de la mano ejerciera de juez. Esta vez los de Cañas si cerraron, gracias a un emboque de Rubén Haya. Acertados de nuevo de birle, y pese a perder una bola por un estacazo contrario de José Manuel, mandaron a 45 a Borbolla. Los nojeños no se dejaron llevar por los nervios, buscaron hacer la jugada a bolos y lo lograron después de un gran birle, rematado con un lanzamiento al panojo de Roberto de Juana.

Espoleados por el birle anterior y por la mejoría en su juego con respecto a las últimas semanas ligueras, la cuadrilla de Borbolla superó en el cuarto su asignatura pendiente hasta ese momento del choque, cerrar con raya al medio al pulgar. Y lo hizo tras otro gran birle, con dos bolas de seis de Óscar y Chin, que obligaba a Peñacastillo a 50 bolos para no quedarse atrás en el marcador. Víctor abrió con seis, la subida fue de dieciséis y las ocho bolas de bajada quedaban francas afuera al pulgar. Empezó mal Salmón y, aunque en las dos siguientes cayeron diez, la obligación era demasiado elevada.

Borbolla tenía el título a un chico, mientras que en los jugadores de Peñacastillo reaparecían los fantasmas de la final de la Copa Presidente perdida ante Roper. Los de Cañas estuvieron a una bola de quedarse con escasas opciones de continuar en el partido, la que partió de la mano de Jesús Salmón y acabó embocando cuando peor lo tenía su equipo. De nuevo el camargués al rescate en un momento clave. El giro del chico fue total y el partido se volvía a apretar.

Los de Noja parecían tocados en el inicio del sexto, en el que Salmón colocó emboque de veinte como posible defensa. Tras subir quince bolos, Borbolla recuperó su mejor versión de birle con Alberto Díaz y Chin estelares y mandó a Peñacastillo a ganar a 46 palos. Segundo momento delicado del partido y segunda vez que los vigentes campeones lo sacaban adelante. Esta vez la clave estuvo en los veinte bolos logrados de subida.

Como ocurriera en las dos semifinales, la gran final se iba a dilucidar en el chico de desempate, un parcial en el que ambos optaban por la misma estrategia de los anteriores, dieciséis metros y la raya alta a la mano. Una queda de Haya complicó la subida de Peñacastillo, una cifra que intentó arreglar de nuevo con la última Salmón. La bola estacó, pego al primero y derribó el emboque, aunque antes había derribado el último bolo de la fila de la mano. El público aplaudió, pero la jugada no era máxima. El birle no fue bueno y los de Cañas no llegaron al cierre, lo que dejaba el partido en manos de Borbolla, que no falló. Todas las bolas de tiro fueron al sitio para asegurarse un título ganado por derecho y con gran juego. Dos años después, Hermanos Borbolla vuelve a ser grande.