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Como en otros muchos pueblos de la región, en Hinojedo la juventud de la posguerra encontró en los bolos la mejor manera de matar sus ratos de ocio. De esa manera, la boleras de La Cárcaba, la de Nardo, y sobremanera la de Coterillo, contribuyeron ... a que algunos de aquellos jóvenes luego fueran jugadores muy reconocidos cuando destacaron en el concierto bolístico con el inicio de las Ligas federadas. Fueron los casos de Manolo Argumosa, que llegó a jugar la Liga de Primera Categoría con las peñas de Hinojedo y Solvay, y de Leonardo Ahijado, que en 1958 estrenaría la Liga jugando con el segundo equipo de la Bolística de Torrelavega, cuando su fama ya le precedía como buen jugador y gran impulsor de los bolos locales desde que consiguiera convencer a Pedro Derremaux, el ingeniero belga que dirigía la R.C.A. de Minas de Hinojedo, para construir junto a las viviendas de los obreros la vanguardista bolera que desde su inauguración en 1952 fue el escenario de grandes concursos donde participaron todos los mejores ases de la época. Precisamente aquella actividad que tuvo su epicentro en la bolera de la fábrica de Hinojedo fue el germen que promovió la fundación de la peña local en 1959 y su estreno el año siguiente en la Liga de Segunda Categoría, con Luis Rincón como presidente, Ángel 'Titi' Coterillo encargándose de la promoción de las categorías menores y Ahijado como el alma máter que también se implicaba como jugador.
En 1961, jugando una épica promoción en Soto de la Marina frente a la Peña de Las Higueras, un oportuno emboque en el chico de desempate propiciaba el ascenso de aquella modesta peña que en su tercer año de trayectoria debutaba en la gran Liga dejando las buenas sensaciones que al final le valdrían el quinto puesto en la clasificación. Antonio Sánchez 'Ñetes', Manolo Argumosa, Pepe San Emeterio y Leonardo Ahijado protagonizaron la gesta que abriría un momento de gran auge bolístico, donde figuras como Quintana, Hidalgo y Julián Marcos jugaron en la partida de Hinojedo en aquellos tiempos preciosos, en los que Coterillo organizaba torneos para chavales con copas de madera como premios y de los que salieron jugadores que luego fueron baluartes de la peña, llegando algunos a jugar en Primera.
Resultado de la brillante ejecutoria que mantuvo a la peña cuatro años consecutivos en la máxima categoría, todo el pueblo se implicó hasta significarse como el vivero de bolos del que saldrían grandes personajes bolísticos como Francisco Saiz del Campo, Benjamín Aguilera, Andrés Saiz, Federico García, Luis Missiego, Joaquín Somacarrera, José María Herrera, José Manuel Sáez y otros muchos que destacaron en la labor de potenciar el juego en todos sus ámbitos, como el actual presidente de la Casa de los Bolos, Manolo Coterillo, durante años directivo de las federaciones Cántabra y Española, y en su día presidente y fundador de la de petanca.
Pero lo que no admite ningún debate cuando se habla de los bolos de Hinojedo es el poso histórico con que el apellido 'Ahijado' se presenta a la hora de identificar lo mejor que ha dado ese pueblo. Si en la segunda mitad del siglo pasado fue Leonardo Ahijado quien se significó como la indiscutible figura que nunca se mantuvo ajena a nada de lo que a nivel local pretendiera proteger y promocionar el juego, sus sobrinos Leonardo y José María Álvarez Ahijado llegaron más tarde para recoger su testigo y demostrar ser los dignos herederos que hicieron bueno su trabajo, a través de la trayectoria que en las boleras dejó el rastro inconfundible que identifica a los que son gentes de bolos. Dos clásicos de los concursos de Primera en los años ochenta y noventa, donde alcanzaron notables resultados en la competición individual y el merecido prestigio que les hizo muy requeridos para el juego de partidas.
Antes de acabar sus días de jugador en la Liga de aficionados en Cortiguera, el recorrido de Leonardo le muestra en las peñas de Hinojedo, Cartes, San José, Santillana, Racing, Liérganes, Barreda, Monte y Sidney. Un total de 33 Ligas disputadas, la mayoría en la máxima categoría, donde ascendió a las de Cartes, San José, Liérganes y Monte, peña esta última donde Leonardo, Braun, Domínguez, Secundino y Onésimo subieron a la Liga Nacional con el récord de ganar 29 chicos seguidos, en una época en que las rayas y los emboques no tenían las limitaciones de hoy.
Trayectoria paralela en el tiempo es la de su hermano José María Alvarez Ahijado, aunque la de éste aparece laureada por los dos títulos oficiales que consiguió en la categoría juvenil, el Campeonato de España en 1973 y el Provincial en 1974, que ponen en valor el talento precoz del jugador de Hinojedo que militó en las peñas de Cortiguera, Berberana, Santa María del Sel, Construcciones Rotella, Racing y Casa Sampedro. Después de jugar durante más de veinte años los concursos de Primera, también cerró su trayectoria jugando en la Liga de aficionados de Cortiguera. Sin duda que fue otra figura muy importante en los bolos de la era moderna, en su momento muy reconocible por los aficionados en su faceta de jugador de nivel notable y por sus aportaciones como asambleísta de las federaciones. Y hoy por su labor como responsable de las retransmisiones bolísticas en Popular TV.
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