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Algunos participantes, los de la ultramaratón y los de esa prueba casi inconcebible que es el Soplaoman, tendrán por la mañana un pequeño privilegio. Algo con lo que olvidar el dolor de las agujetas. Para ellos será el amanecer por unos montes que, tras ... ese invierno de agua y nieve sin fin, la primavera está ya convirtiendo en espectaculares. Lo larguísimo de sus pruebas –la ultramaratón consta de 113 kilómetros– hace que la salida se dé esta noche a las once. Pero el día grande de Los 10.000 del Soplao es mañana. El de la maratón, el de la ruta a pie, el de la combinada... Y también el de la ruta adaptada, una de las pruebas que se quiere mimar en esta edición para que El Soplao sea lo más inclusivo posible. Pero sobre todo, y como siempre, es el día de los 'bikers'. De la carrera de bici de montaña. La prueba con la que un puñado de locos, en el año 2007, se internó en el corazón verde de la región. Aquel Infierno Cántabro no ha parado de ganar fieles a la causa hasta convertirse, once años y doce ediciones –con la de mañana– después, en el evento más multitudinario de los que ocurren en Cantabria en todo el año.
La evolución del Soplao se encamina ya, poco a poco, a la que han seguido las pruebas más míticas de cualquier deporte. Tras unos años de nuevas modalidades y vueltas de tuerca, parece que Los 10.000 del Soplao se han estabilizado. Porque ya no hace falta más reclamo que la propia prueba. Desprenden ya de por sí el aura de lo imposible. Del gran reto. De eso para lo que se ha estado entrenando un año. Desde ya hace varias ediciones, no cabe un alma más. La cifra sobrepasa por un poco ese límite que da el nombre, 'los 10.000'. La razón para no crecer más tiene que ver con la infraestructura hotelera no ya de la zona, sino casi de media Cantabria. No hay casa rural u hotel en unos cuantos kilómetros a la redonda que no esté completo en estos días. Si hubiese espacio para acogerlos, los 10.000 del Soplao serían 20.000, 30.000 o 50.000. Peticiones no faltarían.
Modalidades: Son diez. Casi todas, entre hoy y mañana. La prueba de ciclismo de carretera será el 2 de junio.
Inscritos: 10.500. La carrera estrella es la de BTT, con 4.400.
Inicio: Algunas pruebas comienzan hoy. La mayoría, mañana a las ocho de la mañana.
La liturgia, cuando el sol apenas haya salido sobre Cabezón, será la misma de estos últimos años. Nervios, preparativos de última hora. Que nada se olvide en el equipo. Y una fila interminable de bicicletas de montaña que se extiende desde el principio de la Avenida Cantabria, el lugar de la salida, hasta bien pasadas las vías en dirección ya a Ontoria. A las ocho de la mañana, la canción que ya se ha vinculado a la prueba. El 'Thunderstruck' de AC/DC es el himno que pone los pelos de punta al público, pero sobre todo a los participantes. Como en Nueva York, al inicio de la carrera más mítica del mundo, suena el 'New York, New York' de Sinatra y se abre un mundo de 42 kilómetros y 195 metros. Muchos meses de esfuerzo y sacrificio comenzarán en ese momento a cobrar sentido.
Los 4.400 'bikers' son, por derecho propio, las grandes estrellas del día. Son la prueba más veterana y también la participación más numerosa. Desde el primer acorde de la banda australiana, les esperan 163 kilómetros con 4.680 metros de desnivel positivo con nombres míticos. Tras pasar por los aledaños de la cueva que da nombre a todo, vendrán la campa de Ucieda, El Moral, Bárcena Mayor, el alto de Cruz de Fuentes... Todo el recorrido por las correspondientes pistas. Algunas rampas tienen la maldita costumbre de sólo mirar al cielo.
Una maratón de 48 kilómetros, la combinada (69 kilómetros en bici y los 48 de la maratón corriendo), la ruta a pie y sus casi 50 kilómetros... Opciones no faltan en una edición con dos objetivos. Que los valientes de la ruta adaptada se sientan, ni más ni menos, como unos participantes más. Y que estos sean Los 10.000 del Soplao más limpios de siempre. Al que enmarrane el monte con residuos deportivos de cualquier tipo y se le sorprenda en ello, será expulsado de la carrera. Por esos montes, el sol que se espera como invitado de lujo habrá saludado un poco antes de las siete a los primeros peregrinos que anteceden los sueños de la gran mayoría. A todos, feliz viaje al Infierno Cántabro.
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