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Ingelmo, junto a su mural en la bolera Carmelo Sierra. Sane
Ingelmo, la huella del compromiso
Historias de los bolos

Ingelmo, la huella del compromiso

Domingo, 24 de enero 2021, 10:15

El 15 de diciembre de 1945, cuando la polémica en torno a la jugada del estacazo estaba en su punto de mayor encono, nacía en Torrelavega Juan José Ingelmo Cangas. Un niño alumbrado con una etiqueta que ya avisaba de que venía predestinado a ser ... uno de los más grandes referentes de la historia de los bolos, por el talento que a lo largo de todo su devenir deportivo iba a esparcir por las boleras, y por el carisma que en toda su trayectoria vital habría de derrochar en sus manejos sociales. Sus primeros pasos bolísticos los caminó envuelto en la aureola del templo de La Llama, el aula magna para la iniciación al juego de la generación que vivió sus primeros bolos con la dependencia de los momentos que los mayores les dejaban libre el corro. Esa circunstancia evidenció los precoces rasgos de la personalidad del chaval, que mostraba su identidad emprendedora cuando se juntaba con Lilís Mallavia, su alma gemela de toda su vida, y apostaban por construirse su propia bolera para que nadie pudiera interferir el ejercicio de sus ilusiones.

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