Secciones
Servicios
Destacamos
Ya queda menos de la mitad. La expedición Cap Optimist, compuesta por seis integrantes, entre ellas la cántabra Itziar Abascal, ya ha superado el ecuador de su reto. Sobre una tabla de paddleboard impulsada nada más que por sus manos, cubrir la distancia que separa ... Lima, la capital de Perú, de Moorea (Tahití). Un trayecto de 8.000 kilómetros del que las integrantes de este reto que jamás se ha intentado ya han cubierto algo más de la mitad.
«Alcanzar los 4.000 kilómetros fue súper emotivo... La mitad del camino hecho», señala la cántabra en un mensaje que pocos días a la semana les permite enviar o recibir un satélite. «Fue duro y puede parecer que, ahora, será más fácil porque se trata de descontar kilómetros. Pero lo cierto es que, por lo menos para mí, se avecinan dos o tres semanas que serán igual o más duras. El paso de los 4.000 a los 6.000 kilómetros supone un trecho importante y decisivo, que viene con una carga de cansancio, emociones, tiempo fuera de casa, de la vida real... Ves cerca la llegada, pero todavía queda camino por hacer. Todo ello se junta con las ganas de encontrar las primeras islas y empezar a ver tierra firme, lo que significa empezar a ver la llegada. Por ello debemos seguir concentradas y luchar contra cualquier pensamiento o sensación que haga que nos vengamos abajo. Seguir mirando y remando hacia delante. Día a día, relevo a relevo».
Noticia Relacionada
MARCO G. VIDART
El reto de Cap Optimist empezó el pasado 4 de enero en Lima. Sus seis integrantes se acercan al mes y medio de expedición. Aunque si en el primer cuarto de travesía el Pacífico no lo puso fácil, en los últimos días ha echado un cable a las seis 'oceanwoman'. «Las condiciones nos están ayudando. La corriente, el viento y las olas, a veces más y otras menos, siguen a nuestro favor y nos van impulsando cada día», añade la cántabra.
Esos mensajes que pocos días a la semana permite la comunicación por satélite ayudan, y de qué manera, a las integrantes de la expedición. Tanto el recibirlos como el mandarlos. Son una vía de escape en medio de la inmensidad del lugar más vasto del planeta. Y aunque para no saturar la comunicación los grupos de whatsapp los tuvieron que desactivar, a la cántabra le llegan ánimos para su reto. «Quiero que sepáis que con vuestras palabras, vuestros mensajes, nos cargáis de animo y energía; nos ayudáis a seguir remando cada día. Para vosotros puede parecer un hecho insignificante pero, para nosotras, es un mundo y significa mucho. En mi caso, cuando tengo un momento o día de bajón o, simplemente, para sentir cerca a mi familia, releo esos mensajes y enseguida se me dibuja una sonrisa en la cara y me hace coger energía para continuar. Sois una parte muy importante de nuestro desafío».
El reto entre Perú y Tahití tiene como objetivo dar visibilidad a la asociación francesa Hope Team East, cuyo objetivo es mejorar, a través del deporte, la salud de personas que pasan o han pasado por una enfermedad, sobre todo el cáncer.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.