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La primera aventura de San Jorge en División de Honor en 2018 se quedó en eso, en una aventura. Pese a la veteranía de ... su plantilla la peña sufrió los avatares de la máxima categoría y tuvo un paso efímero por la élite. La directiva que dirige Luis Rodríguez se puso manos a la obra y, con el patrocinio de Ganados Tierra Cántabra, se propuso volver a competir con los grandes en el menor tiempo posible. Un año después conseguían un ascenso que les permitió en 2020 disputar una Liga que no sirve como vara de medir acerca de las posibilidades de la entidad en 2021.
«El año pasado estuvimos bastante mal de juego. Quitando cuatro o cinco partidos, en los demás estuvimos regular tirando a mal», apunta Fran Rucandio. El santanderino, que aterrizó en Santillana procedente de Ribamontán, es, junto a David Cianca, el único superviviente de la plantilla de 2020 y además este año asumirá la capitanía de la entidad. «Voy a ejercer yo, aunque las rayas y tiros van a ponerse por consenso entre todos, no es lo que yo diga. A la hora de dirigir el birle lo haremos entre Jaime Ríos y yo, así estamos haciendo en los entrenamientos de pretemporada».
Ríos, Marcos Saro y Óscar Salmón han sido los fichajes del equipo para 2021. El primero llega tras su fallida aventura en Andros y no poder brillar en Renedo; Saro cambia Sobarzo por Santillana y Salmón, que partirá de quinto, desembarca en San Jorge tras lograr el ascenso con Casar en un año en el que completó una gran Liga. Los tres bolistas llegan para sustituir a Víctor de la Torre, que jugará en la Bolística, y a Adrián Díaz, que se ha enrolado en el proyecto de José Antonio Abascal en Riotuerto. Una partida de garantías que forma parte de ese pelotón de peñas que, en función de las sensaciones de inicio de curso y de la confianza acumulada, puede pelear con los de arriba o conformarse con no descender.
Para Rucandio, la meta indudable pasa por mantener la categoría. «El objetivo principal, como el de siete u ocho equipos, es la permanencia. Sabiendo que bajan cuatro, de momento es ese. Luego si podemos quedar más arriba, genial, pero de entrada asegurar la categoría». Para ello, para poder mirar hacia arriba, será clave el inicio de la competición y el calendario de las primeras semanas. «Tienes que enfrentarte con todos, aunque preferíamos que no nos tocasen los más duros al principio». Tras el sorteo su estreno será contra Mali, Camargo y Hermanos Borbolla, una peña de la parte baja y dos de los favoritos para estar arriba.
Más allá de su rendimiento en la competición, sobre San Jorge cae la responsabilidad de disputar sus partidos como local en una de las zonas más turísticas de Cantabria. Y es que por el Parque Revolgo de Santillana del Mar pasan cada año miles de turistas que se asoman a la vereda del corro para ver las evoluciones de los bolistas y empaparse de las vicisitudes del juego. La peña ha comenzado sus sesiones preparatorias en la cubierta de Oreña, su corro auxiliar, todavía sin tener clara la táctica a seguir durante el curso, como la mayoría de las peñas. En caso de retraso de la competición podría ser una de las peñas beneficiadas al disputarse más jornadas en fechas en las que el buen tiempo, a priori, es más probable, lo que les garantizaría poder jugar al aire libre. Pese a ello, Rucandio es partidario de comenzar el día previsto. «Ya te haces a la idea de empezar en marzo, luego empezamos más tarde y se hace la temporada larga».
Sea cuando sea, San Jorge dará guerra. Con una partida ya curtida en la categoría, con jugadores que saben lo que es pelear por arriba y con brazo para lanzar de tiro largo, en Santillana buscan un proyecto que asiente la peña en la máxima categoría, entre los grandes. Y, si puede ser, sin sufrir apuros.
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