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Miriam Velarde (Panes, 7 de junio de 1991) tardará en olvidar el 2021, un curso en el que ha ganado la Liga más disputada de ... los últimos años al frente de la Bolística. Por si eso fuera poco, la asturiana fue la mejor en el primera Botín femenino de la historia y en el Torneo de Maestras jugado en Oruña.
-Después de un 2020 más corto, más apretado, en 2021 ha vuelto la normalidad. ¿Cómo valora la temporada?
-Después de un año atípico este curso hemos tenido más competiciones de las habituales en una temporada normal, con lo cual el verano ha estado plagado de muchos días de competir y de tiradas, ha sido muy diferente. Hemos acabado cansadas por tanto calendario pero contentas por los nuevos torneos y los nuevos alicientes.
-Hubo un momento en el mes de agosto que fue una locura, con finales todos los días solapadas con partidos de Liga.
-Fue la primera quincena, tuvimos competiciones todos los días y hubo un día en el que nuestro partido en Peñacastillo se aplazó después de jugarse un chico. La semana siguiente tenía que jugarse obligatoriamente porque era la última jornada y había finales todos los días. Al final con el esfuerzo de todas y después de jugar el torneo de La Cavada, en el que estábamos clasificadas varias, acabamos de jugar y al día siguiente jugamos el último partido de Liga.
-Es un tipo de cosas que se dan en la Liga Femenina, pero no en División de Honor.
-La Liga Femenina, al igual que el resto de Ligas Regionales, tiene en algunas cosas una reglamentación un poco diferente a la División de Honor, allí no se pueden aplazar partidos y en la nuestra sí. Hubo un momento en que en Santander no se podía jugar en bolera cubierta por las restricciones y por eso pasó todo. El final de Liga fue diferente, pero se pudo solventar.
-Se pudo solventar y acabó con éxito.
-Teníamos mucha ilusión porque salieran las cosas bien y nunca imaginábamos que podían salir tan bien. Queríamos ganar, pero sabíamos que enfrente había peñas muy potentes. Empezamos mal perdiendo en casa pero luego nos supimos conjuntar bien y aprovechamos al máximo nuestras capacidades.
-¿Qué pasaba por su cabeza tras caer ante Campoo en casa en la primera jornada?
-Nos vinimos un poco abajo, era un rival directo y a la Bolística los enfrentamientos con Campoo se nos han dado un poco mal. Los malos sentimientos se paliaron porque esa jornada empató Peñacastillo contra Deva y no sacaron puntos. Además, era el primer partido y había tiempo de solventarlo.
-A partir de ahí empiezan a jugar mejor y, sobre todo, a sobrevivir y a adaptarse al partido que tenían enfrente.
-En los entrenamientos preparábamos el partido según nuestros puntos fuertes y según el rival, que al final los conocemos a todos. Nos salían encuentros parejos y teníamos que adaptarnos para ganar, ha habido varios en los que lo pasábamos mal, como por ejemplo contra Deva, que íbamos perdiendo 0-2 o contra Bielva, que nos pusimos 3-2 con el emboque fácil en el sexto. Hemos sabido confiar en nosotras.
-La competición ha tenido cuatro peñas peleando casi hasta el final. ¿Eso le da un plus de mérito a su victoria?
-Ha habido muchos partidos igualados, equipos muy fuertes y con las ideas muy claras, no solo en la parte alta sino en el resto de la competición, había partidas que ponían las cosas muy complicadas. Ha habido que pelear todos los encuentros.
-Como capitana ¿Le pone algún pero a la temporada de la Bolística?
-No, creo que no. Como capitana estoy muy contenta de mis compañeras, de los socios y aficionados que siempre ayudan y suman, sobre todo en los partidos de casa. Quizá haber podido jugar la final de Copa, igual que hicieron los chicos, pero al final teníamos a Peñacastillo enfrente en semifinales y no pudo ser.
-A nivel individual ha ganado el primer Botín de la historia de la categoría y el Torneo de Maestras. ¿Ha sido una de las mejores temporadas de su carrera?
-Sí, estoy muy contenta. Estos últimos años mis sensaciones eran buenas jugando pero me faltaba rematar con algún título importante como este año. Lo recogido esta temporada es fruto de los entrenamientos de años anteriores y de cosas que he ido cambiando y mejorando.
-Cada año hay que derribar más bolos para ganar. ¿Cuál va a ser el techo de la categoría?
-Las jugadoras nos hacemos mejores unas a otras, cuando ves que tus rivales aprietan más te exiges más a ti misma. El techo lo vamos a poner nosotras según vayamos compitiendo.
-La calidad sube, pero la cantidad se mantiene estancada...
-Esa es una de las circunstancias que no ayuda a vislumbrar un futuro claro, pero es algo que pasa en los bolos en general, no solo en la categoría femenina. Se hace trabajo de escuela, se incorporan niñas, pero a todos nos gustaría que fueran más.
-¿Y cómo se consigue dar ese salto? Porque ya se ha intentado de todo
-No tengo la receta mágica, pero al final parte del trabajo en las escuelas, de la difusión en los colegios y que los propios jugadores seamos cercanos a los niños. Es mucho trabajo también a nivel federativo y del gobierno.
-En Asturias tampoco está la cosa muy boyante...
-Siempre vislumbrábamos un futuro un poco negro, aunque este año ha habido un repunte en licencias y se ha conseguido una Liga con más peñas de las que había en años anteriores. Hay gente que ha vuelto a los bolos, pero el problema principal es que no hay bolos en las categorías inferiores en las que se pueda asentar un relevo generacional.
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