Katie Allen, una pionera de lujo para el Tenis

Allen es la entrenadora del equipo de hockey hierba masculino y su sencillez y modestia abruman. «Estoy muy a gusto aquí. Me gusta todo; el club, la ciudad y tengo muchas ganas de que el equipo mejore y de que todo vaya bien». La 'aussie' es de entrada la única entrenadora de un equipo masculino de la máxima categoría. No solo de hockey, sino del deporte que se precie. Inédito. Pero no solo este hecho la convierte en un lujo para Cantabria, sino también su palmarés como jugadora. Allen fue campeona olímpica en Sidney 2000 y campeona del mundo en 1994 y 1998, con su selección, Australia, donde comenzó su periplo personal de superación.

«Practiqué todo tipo de deportes y al final el hockey se me daba bien», explica. Jugó al tenis, baloncesto, sóftbol y criquet. Allen llegó a España el año pasado para dirigir al Club de Polo, uno de los históricos del hockey nacional. A los chicos, porque como ella dice: «El género no importa; comencé con chicos en Australia y hemos seguido. No tengo ninguna preferencia». El pasado verano acabó su contrato con el mítico club de Barcelona y surgió la posibilidad. Los responsables santanderinos estuvieron atentos. «Me llamaron del Tenis, me gustó la idea y me vine», recuerda Allen que acabó la campaña clasificando al Club de Polo para la IHC, algo que no había ocurrido en las últimas cinco temporadas, y el equipo salió subcampeón de Liga en su primera tentativa española. Durante su trayectoria ya en España y después de haber colgado el stick -como jugadora- colaboró con el actual seleccionador español, Max Caldes, donde su segundo entrenador era el cántabro Borja Movellán. Unos por otros, todos contribuyeron a que el Club de Tenis tenga el lujo de contar con alguien del nivel más alto del hockey mundial en sus filas. «Me animaron y decidí emprender esta aventura y parece que está saliendo bien», admite con una tímida sonrisa.

Para los integrantes del equipo masculino del Tenis es toda una oportunidad contar con los conocimientos de una campeona olímpica y mundial en el banquillo. Actualmente el equipo es quinto, a dos puntos del play off por el título, que de lograr clasificarse para esa fase final sería inédito en el club santanderino. «No nos ponemos retos ni objetivos. Queremos ganar, seguir aprendiendo y jugar bien. Y aspirar a todo, pero con paciencia», añade la australiana. De 1994 a 2003 lo ganó todo como jugadora. Jugó 187 partidos con su selección y lo curioso es que «no había ninguna tradición de hockey en la familia». Fue pionera entre los suyos ya desde el principio. Incluso en su ciudad, Adelaide, tampoco el hockey era el deporte más popular, pero ella siguió rompiendo el guión. Quizás por esa perseverancia y, por supuesto, su talento, a los 21 años Allen ya fue concentrada con el equipo nacional en un Centro de Alto Rendimiento en Pearth. Allí comenzó su despegue.

Después de lograr todos los éxitos como jugadora apostó por los banquillos. Comenzó como profesora, 'coach' y en 2017 se hizo cargo del Camberwell de la Victoria Premier League masculina con el que ganó el campeonato. «He entrenado doce años en mi país y luego decidí vivir la experiencia de salir fuera», señala.

No tiene ninguna presión, pero su espíritu es competitivo. «Al tenis lo conocía de jugar en contra con el Club de Polo. Tenemos una buena plantilla, podemos luchar por la 'Final Four, la Copa... Nada concreto. El deseo es mejorar lo que se hizo el año pasado y seguir», explica medio en castellano medio en ingles esta campeona, que ya está integrada en su nueva ciudad.