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Apagón. Humo. Juego de luces. Flashes. La gente en pie. El primero en aparecer fue el colombiano, Diego Jair Ramírez. Envuelto en una bandera de Colombia. 79,2 kilos. Después... Música. Campanadas. Escondido tras una capucha. Cabeza gacha. Sin enseñar el rostro. Se paró delante ... de su esquina. Y rezó. Eduard 'El killler' Ionut. Serio. Su mirada traspasaba el plomo. Los aplausos hicieron el resto. Así arrancó el debut en profesionales del joven talento Eduard Ionut Curmei con quien más de 1.500 aficionados vibraron ayer en el Pabellón de La Cantábrica. El chaval ha vuelto a darle un empujón a la afición y sus vecinos le acompañaron.
Y arrancó la pelea. Eduard cogió los mandos y tanteó al colombiano, 21 años mayor que él y con 60 pelas más que el joven de El Astillero en el profesionalismo. Dos cuentas en el primer asalto para el visitante. Ramírez aguantó como pudo las acometidas del pupilo de Daniel Rasilla que le llegó muy claro al rostro y más aún con el gancho abajo. Iount quería acabar la pelea rápido, como hizo en 21 de las 27 victorias que tiene en amateur.
El colombiano clavó la rodilla. Se recuperó y en pie trató de defenderse como pudo. Se fue al suelo otra vez en el primer asalto. El árbitro tuvo que contar de nuevo, esta vez hasta siete. Bravo por Ramírez que de nuevo se puso en pie. Eduard siguió inmutable. Ganó el centro del ring sin aparente esfuerzo y lo arrinconó de nuevo. La campana le salvó antes del primer descanso. En el segundo se acabó la historia. De nuevo le cazó abajo y se chao. Sin posibilidad.
Más de 1.000 aficionados dotaron de esa atmósfera mística tan propia del mundo del boxeo al Pabellón de La Cantábrica. Luces sobre el cuadrilátero y penumbra en las gradas. Gritos, ánimos y alguna pancarta de apoyo. El 'San José Boxing Day' fue especial. No solo porque esta vez la velada fue de tarde, y de domingo, sino porque recuperó la verdadera esencia de este noble arte que últimamente está destapándose de nuevo. Esa música entre asalto y asalto, esa coreografía de los púgiles al salir camino del ring... Ese no se sabe qué, pero que cuando se ve no hay duda de que engancha.
Sin una silla de ring vacía y con ganas de aplaudir en las gradas arrancó la fiesta. Primero fue el turno de los combates amateur, siete, antes de que hiciera su debut en el profesionalismo el ídolo local, Eduard Ionut, el 'Killer', el chico de 19 años que busca el camino tras una laureada y meteórica trayectoria en el campo amateur.
Hubo mucha magia en la tarde del domingo. Fuera de las 16 cuerdas y sobre la lona. Tanta como que el mago Raúl Alegría, un enamorado del boxeo, anunció al tiempo que fue el encargado de entregar uno de los premios, un evento para el mes de agosto en el que se aunará el boxeo y la magia. Será bajo la carpa del Circo Alegría. Se guardó los detalles, pero promete ser un espectáculo.
Y llegaron los combates de Marian Herrería 'La Vikinga' y Mariluz Peral 'La Joyita'. A La Vikinga le tocó lidiar con Katherine Quintana, una púgil experimentada y con lona. La cántabra reaparecía después de un periodo largo alejada de la competición por una lesión.El Pabellón se vino arriba con su vecina. El primer asalto fue de tanteo, pero pronto comenzó el intercambio de golpes. La Vikinga cogió el centro del cuadrilátero y se hizo dueña del combate. Pero Quintana sabía lo que hacía. Buscó el cuerpo a cuerpo intentando llegar con una mano perdida que hiciera daño a su rival. No la encontró y La Vikinga fue puntuando y llegando. El ritmo de pelea lo puso Marian Herrería. Golpeaba y se movía. Por contra su rival la buscaba en la distancia corta, pero sin encontrarla. Los cuatro asaltos llevaron su nombre y, por tanto, la victoria se quedo en casa. Los jueces dieron el triunfo a La Vikinga de manera unánime entre aplausos y ánimos de la sus aficionados.
Y llegó el turno de La Joyita. De nuevo el Pabellón se quedó a oscuras. Una música clásica rompió el silencio. Acompañada de una enorme bandera de Cantabria, Mariluz Peral salió del vestuario camino del ring. Para ella era su cuarta pelea. Su rival, la serbia Gordana Morgadovic, sumaba antes del duelo con la cántabra diez combates.
Comenzó la pelea con una rápida combinación de la serbia, que manejaba bien las dos manos y buscó la media distancia para mantener a raya a Mariluz.Pero la cántabra no se amilanó y fue a buscarla sin reparos. Con el jab de izquierda marcó la distancia esperando el momento de lanzar su derecha. El primer asalto fue para ella y después uno tras otro. A Gordana le salvó la campana dos veces. La Joyita se armó y fue a buscar a su rival. La serbia, por su parte, no ensució la pelea y dio la cara pero nada pudo hacer. Cayó por decisión unánime y mantuvo su impasibilidad.
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