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Es el rey, y ha llegado para quedarse. Llega al trono joven, con muchos años por delante para hacer historia y unas facultades innatas para ... conquistar al pueblo. Víctor González ya es historia de los bolos y van a pasar muchos años hasta que alguien logre derrocarlo. Este sábado se hizo de nuevo en La Cavada con el título de Campeón Regional, el tercero consecutivo, pese a que Jesús Salmón hizo un torneo casi perfecto y llegó a las dos últimas manos con cinco palos de ventaja. Ahí emergió la gigante figura de un astillerense tímido que, esta vez, tuvo que sufrir ante el maestro. Solo una mano de once, la séptima de la final, acabó con la resistencia del camargués. El único 'pero', que una de las mejores finales de la historia solo pudo ser presenciada por 300 afortunados espectadores debido a las restricciones por culpa del covid y al amparo de la magnífica organización de Riotuerto Sobaos los Pasiegos.
Si nadie se interponía, el duelo entre Víctor y Salmón se iba a prorrogar tres concursos más, después de que ambos compartieran corro en las tiradas previas. Otras 24 manos, 144 bolas y un campeonato de por medio. El único que parecía poder hacer sombra a ambos era Lolo Lavid, que en cuartos volvió a tirar de regularidad, especialmente de birle, para sumar 137 palos. Pese a perder una bola en la caldera, el de Las Fraguas hizo 75 de atrás para certificar su pase a la siguiente ronda.
Para despejar dudas, Salmón comenzó con veinte y Víctor respondió con dieciocho. Si para los buenos jugadores una tirada mala es de doce o trece, para ellos el pinchazo era de quince. Un concurso en el que el camargués solo perdió palos en la séptima y en el que, jugando de frente al primer bolo, subió veinte en las dos manos de dieciséis metros al pulgar. Víctor no quiso arriesgar a raya alta, no encontró el sitio de la bola a raya al medio y, pese a ello, se fue hasta los 144 con un último birle de quince bolos.
Hasta entonces, en cuartos los resultados habían sido discretos. Y es que tener hueco en las primeras tiradas de cuartos de final es sinónimo de desventaja con la cabeza de la tabla. Un hándicap que cuenta con la ventaja de no hacer pensar demasiado al jugador. Nada de estrategias, nada de guardarse nada para los dieciocho metros. Una batalla a tumba abierta en la que cada bola se expone a quedarse en la caldera. Le pasó a Alberto Díaz en su primera mano, lo que evitó que el de Quijas diera vueltas a la única duda que podía surgir a esas alturas del campeonato: en qué mano tirar a emboque. Tanto él como su compañero de concurso, Iván Gómez, buscaron el primero en varias ocasiones sin fortuna. La historia se repitió con Manuel Domínguez, con Carlos García y con Óscar González, que perdió una bola en la segunda de sus tiradas.
Después de posar, repartir codazos y sonrisas, Víctor reconocía que no había sido hasta las dos últimas manos cuando había encontrado su juego. «Ha sido un campeonato muy disputado desde el primer concurso y al final en las últimas tiradas he conseguido coger el primero de tiro, que ha sido clave, y he conseguido la victoria». Con la final igualada, el de Astillero se agigantó en la última mano de tiro. «Por mi mente pasaba tirar la siguiente bola bien y a por la siguiente y si no salía bien a pensar en la siguiente». Pese a la victoria, el de Peñacastillo reconoce que aunque tiene cosas que mejorar «el registro final es un gran registro».
El Junco empezó bien, con veinte palos, arrimando más sus lanzamientos a la caja después de que el viernes muchas bolas se marcharan solo con el primero. Uno de ellos pegó encima, cogió el culo del bolo y se frenó en seco. Bola queda y las posibilidades del de Borbolla de poner en apuros a los líderes que se esfumaban. Pese a ello sumaba otros 135 bolos, una cifra que hace tiempo que no vale para ganar pero que le ponía en semifinales.
La ventaja de Víctor y Salmón al comenzar la penúltima ronda del evento era amplia, pero no lo suficiente para relajarse. Sobre todo porque Lolo estaba jugando bien, especialmente de birle, y no quería despedirse sin dar guerra. El de Andros La Serna comenzó mal, con once y dieciséis, pero cuando llegó su pulgar se entonó y a base de regularidad logró 144 bolos. Óscar, en su línea de todo el torneo, jugó bien pero sin rematar y certificó su cuarta plaza.
Saltaban al corro los líderes, que tenían la obligación de no fallar si no querían un invitado extra en su fiesta. 130 necesitaba Salmón, 123 Víctor. Desde el comienzo ambos dejaron claro que Lolo era bien recibido, pero que los reyes del guateque eran ellos y se iban a quedar con los mejores bailes y con los licores de importación. Desde los dieciséis metros el camargués fue machacando los bolos de tiro y de birle para ir mordiendo la ventaja que tenía Víctor. Bola a bola, tirada a tirada, hasta llegar a ponerse por delante a raya alta con tres palos de ventaja. Aguantó el vigente campeón, que pese a volver a estar incómodo de tiro largo, logró 142 con un birle de uno en la última. Jesús se plantaba en la final con tres palos de ventaja.
Con el cambio de liderazgo le tocaba a Víctor marcar el ritmo. Diecisiete, dieciséis y diecinueve para abrir boca. Salmón respondió en las dos primeras y sufrió en la tercera, en la que coló dos bolas de tiro, birló once y dejó el global a cero. Cuatro concursos y tres tiradas para estar como al comienzo. Apretó el de Astillero en la cuarta con 22, respondió el de Camargo con 21. 74 uno a raya alta, 70 el otro. Un marcaje que después de 216 lanzamientos se iba a decidir en medio concurso.
El tira y afloja volvió a girar 180 grados en la sexta, cuando Víctor 'pinchó' con dieciséis y Salmón cogió cinco bolos de ventaja. La bolera contuvo la respiración cuando el torneo llegó a la última mano con tres de ventaja para Víctor después de una mano de Jesús de once. El mayor de los González abrió con cuatro, repitió en la segunda y cerró el tiro con tres. En el momento de la verdad, aparecen los campeones. Total 22 y una obligación de 26. Estacó Salmón con la primera en busca del emboque, pegó en el primero con la segunda y la tercera se quedó corta. El Regional, como la canción, sigue teniendo el mismo rey. Larga vida al rey González.
El partido que este domingo a las 12.00 horas debían disputar Torrelavega Siec y Peñacastillo Anievas Mayba quedó aplazado a última hora de la tarde del sábado a la espera de que uno de los jugadores de la peña del Besaya pase el test PCR para saber si es positivo por covid o no. Una compañera de trabajo de la pareja del bolista dio positivo en una prueba realizada recientemente, lo que va a obligar a ambos a mantenerse en su domicilio hasta conocer el resultado del test. Los jugadores de la Bolística entrenaron juntos el jueves, lo que ha llevado a la entidad que preside Luis Ángel Mosquera a pedir el aplazamiento del partido, algo que ha sido concedido por Peñacastillo.
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