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José Antonio Abascal estaba el viernes por la noche tocado. Alberto Díaz acababa de decir que sí a la oferta de Hermanos Borbolla y veía cómo se desmadejaba un poco más una cuadrilla que ha hecho historia en la bolera de La Encina. Siempre en línea ascendente y sumando titulo tras título para hacer historia a orillas del Miera. A la inversa de Santander con el Racing, La Cavada está orgullosa de su equipo. Y a diferencia del Racing, sus jugadores son piezas codiciadas y rinden como de ellos se espera. Mejor, incluso, en los buenos días.
El caso es que Abascal andaba tocado. Suyo es buena parte del mérito de haber convertido una peña histórica y de raigambre, pero modesta, en una de las grandes. Suyo es el proyecto, como suele ocurrir en el mundo de los bolos, y más en un pueblo volcado con su peña pero que necesita un motor para movilizar el proyecto. Por eso ver cómo dos de sus bolistas se iban a Hermanos Borbolla le dejó tocado. Sobre todo Alberto Díaz.
Lo de Chin Velasco ya lo sabía hace semanas y ya barrunta quién puede ser su relevo. Pero lo de Alberto es diferente. Es un tirador que ha crecido con la peña y al que era consciente de que le llegarían ofertas. Pero el día que cristalizan siempre afecta. Y eso le pasó ayer a José Antonio Abascal, que el viernes por la noche, pese a que todavía está en condiciones de armar una cuadrilla de garantías para el año que viene, andaba tocado.
Los bolos le ofrecían a cambio una pequeña venganza: la posibilidad de colocarse colíder junto a Los Remedios Vitálitas. Riotuerto Hotel Villa Pasiega visitaba una bolera, la de La Tapia, en la que le esperaba un adversario en crisis. Un corro que tampoco es el favorito de los cañoneros y en el que Sobarzo, un equipo que pese a sus dificultades sabe jugar, y muy bien, a los bolos, podía ponerle en muchos aprietos. Pero a la vez la visita a Penagos constituía una oportunidad perfecta para colocarse como líder.
Pero esa pequeña venganza que le concedieron los bolos se la birló el mal tiempo. La lluvia impidió jugar en Sobarzo, y como la reglamentación de la División de Honor permite que durante la primera vuelta los partidos no se tengan que trasladar necesariamente a la bolera auxiliar, sino que se pueden aplazar para otra fecha, las peñas decidieron trasladarlo para mañana, martes, a partir de las 19.30 horas.
En medio del diluvio y con más de media jornada adelantada, la competición de élite se quedó este domingo en un solitario partido: el de J. Cuesta, que ya ha comenzado a renovar bolistas para blindarse ante el efecto dominó provocado por la irrupción de Peñacastillo Anievas Mayba en el mercado, frente a Comillas.
En Cerrazo también llovió, como en toda Cantabria, pero en este caso las dos peñas sí que optaron por trasladar el partido a un corro cubierto. Para más señas, a la bolerona Severino Prieto de Torrelavega, donde los de Isaac López firmaron tablas con Alfonso González y compañía.
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