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Más de 200 kilómetros a la carrera por monte, asfalto y lo que toque y todo porque «hay locos que hacen locuras y ya de paso por qué no ayudar a quien se pueda». Desde ayer a las 18.00 horas tres aventureros, Antonio Bores ... Cerezal (979, Castro Urdiales), Ángel González Irusta (1976, Castro Urdiales) y Lionel Nattes (Toulusse, 1974) no han dejado de correr y no lo harán hasta las 18.00 horas de hoy. «Esa es la intención», decía Bores, el ideólogo de esta historia de solidaridad, homenaje y quijotada. Los tres salieron ayer del Monasterio de Santo Toribio de Liébana y después de recorrer el Camino Lebaniego hasta San Vicente de la Barquera tomarán la carretera N-634 hasta Castro Urdiales.
«Esta historia tiene cuatro patas: Recoger alimentos para las familias desfavorecidas, juguetes para los pequeños, colaborar con la labor y recaudar lo que se pueda para ADICAS en Castro Urdiales y recordar a dos personas que nos verán desde otra dimensión: Pachi Torre y Francisco Bores», recuerda Bores, el hijo de uno de ellos y que entendía que «no se había hecho nada simbólico por honrar la labor que hizo Pachi en Castro, con más de setenta años como entrenador de atletismo».
Y así fue como nació una caminata de 200 kilómetros uniendo la Puerta del Perdón con las dos puntas de Cantabria, la occidental y la oriental.
En Santo Toribio hacía frío. La lluvia se presentó antes de tiempo y las previsiones se las oficializó a pie de pista la propia Guardia Civil de Liébana que se personó para despedirles. «Nos une la pasión por correr y si encima podemos ayudar nadie puede decir que no a u proyecto así. Y además entre amigos», explicaba Ángel, un enamorado de las montañas a quien la primera parte le iba a resultar más sencilla que el trazado de asfalto que les espera por toda la carretera nacional. «Sí, la verdad es que eso se me va a hacer más duro».
El primer tirón está compuesto por alrededor de 70 kilómetros de escarpados desniveles, senderos y caminos de todo tipo. «La idea era unir el mar y la montaña y qué mejor que hacerlo con el Camino Lebaniego», explicaba Antonio a quien no le costó nada convencer al otro majadero. «Lo primero por lo que dije que sí fue el favor sentimental. Compartimos locuras, es un reto bonito y con todo eso es muy fácil decir que sí». A este francés reconvertido a castreño también le resultará más cómodo las montañas de Picos de Europa que el duro y eterno asfalto de después. Ninguno ha entrenado esta aventura de manera especial. Antonio acaba de llegar de Brasil, conde los 30 grados de temperatura habrán sido un vago recuerdo anoche. Su profesión sí que está unida a la preparación física -ha pertenecido al staff de clubes en Emiratos Árabes y ahora está en Brasil-, pero este día no se le olvidará. Ángel y Lionel son ultrarunners a tiempo parcial.
La intención de estos tres amigos es la de llegar a San Vicente de la Barquera hoy a las 10.00 horas. «Allí haremos una parada técnica de dos horas para comer algo y cambiarnos. Tenemos que llegar los tres juntos», advierte Lionel. Por la montaña caminarán en régimen de autosuficiencia y a partir de su llegada a la villa marinera tendrá un vehículo de apoyo que les servirá de remolque. «Los 120 kilómetros que hay, aproximadamente, desde San Vicente de la Barquera hasta Castro Urdiales los haremos a relevos de 10 kilómetros más o menos, salvo el último tramo que esperamos hacerle juntos otra vez», contaba Antonio, quien resaltó que esta aventura «ha logrado juntar a los cinco clubes de atletismo de Castro Urdiales: Club Atletismo Castro, Correcastro, Carbonero, Alpino-Sámano y Fisio Castro Sport». Y es que hay veces en que la solidaridad se impone. «Ojalá se pueda recaudar y se haga feliz a mucha gente estas navidades. Una sonrisa es un mundo y cuantas más podamos arrancar con esta historia, mejor mejor». Ángel y Lionel escoltarán a Antonio por las montañas y luego en la carretera «cada uno a su aire». No hay prisa, pero los cálculos son que en la sobremesa de hoy puedan otear desde lo alto del Pontarrón su pueblo. «No tenemos horas concreta, pero creemos que serán 24 horas», matizó Lionel.
El último relevo será de nuevo a la vez. Está previsto que simpatizantes, amigos y algún vecino a quien le haya tocado de cerca el trasfondo de este desafío salga a recibirlos a las puertas de Castro Urdiales. Para entonces, el objetivo es haber recaudado para apoyar a AMICAS en programa de fomento de hábitos saludables para personas con discapacidad intelectual, juguetes para los niños y alimentos para quien los necesite. Las piernas estarán doloridas, pero las satisfacción será plena. «Que ganas de llegar», decía Antonio antes de salir. «¡Vamos, venga chavales», le empujaba Ángel. «Venga que está hecho», remató Lionel con esa dosis de ironía que tienen los locos.
Bienaventurados los locos porque de ellos será el reino de la locura.
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