Una mañana de palas por Valencia

El mayor propósito era ese. Además, se querían batir dos récords. Por un lado, el de mayor número de jugadores y, por otro, el de mayor número de partidas disputadas. Eso no fue posible, porque batir esos registros -el de más jugadores a la vez está en 1.503- pintaba complicado un 29 de diciembre. Aún así, se vendieron unos 600 dorsales, a un precio de cinco euros. Y por cada inscrito, las empresas colaboradoras aportaban otros 30.

Desde las once y poco de la mañana, muchos aficionados ya calentaban motores en la segunda playa de El Sardinero. La cita estaba programada para las doce, pero el continuo llegar de gente casi a esa hora, y más tarde, hizo que se pospusiera un poco. A las 12.22 se dio la señal para prolongar lo que casi todo el mundo estaba haciendo ya, que era jugar a las palas. El día, ni hecho de encargo. Unos grados más y hubiese sido un perfecto día de verano. Las indumentarias eran de lo más variadas, pero bastantes se atrevían con el 'uniforme' oficial. Traje de baño y pala. Como si fuese un día de julio.

Cerca de la una se dio la señal de conclusión y todos los participantes se hicieron una foto de familia. Un recuerdo que también sirve para enviar ánimos a los afectados por la DANA. Un ratuco de palas en una playa de Santander sirvió para mandarles un poco de esperanza y para recordarles que mucha gente se sigue acordando de ellos.