Mario Pellón lanza un aviso al futuro

Tras las tiradas matinales en El Rivero y en el corro de La Inmobiliaria, realizadas bajo un sol de justicia, el campeonato quedó dividido en tres partes diferencias de cara a la sesión vespertina. Por un lado los dos aspirantes al título, Pellón y Sobejano, que acabaron los octavos con quince palos de diferencia para el primero gracias a sus 143 palos en la segunda vuelta. Todo ello pese a que el de Cabezón apretó en el tramo final de su segunda tirada para sumar '+7' al pulgar. Por detrás, Miguel Ruiz y Javier García tenían ventaja sobre los otros cuatro integrantes de los cuartos de final, que querían apretar para buscar el podio tras la resolución.

Lo consiguió Rubén Odriozola, que con 121 bolos logró colarse en semifinales con dos bolos de diferencia sobre García. El de Orejo perdió una bola en la caldera y no pudo reeditar la plaza obtenida en el Regional. Junto a Odriozola disputó la primera semifinal Miguel Ruiz, jugador de San José, y que en su casa se aseguró plaza en el cajón pese a no poder brillar en cuartos. Si lo hizo Mario Pellón, que sentenció definitivamente la contienda en una bolera de El Rivero a la que se adaptó a la perfección. Las buenas condiciones del albero permitieron al torrelaveguense lucirse para plantarse en 139 palos, una cifra con la que sumaba 414 bolos tras los tres primeros concursos, es decir, ritmo de ganador de torneo de Primera. Poco pudo hacer ante su empuje el campeón de Cantabria. Sobejano, que ya iba en la cuerda floja, no pasó de los 114, lo que le iba a obligar a no descuidar lo que venía por detrás.

Después de que Miguel y Rubén igualaran en su duelo de semifinales, Pellón incrementó todavía más su ventaja en las ocho penúltimas manos del campeonato. Antes de comenzar la final el campeón tenía 46 bolos de ventaja, lo que convertía el epílogo en un trámite en el que le objetivo de ambos bolistas era hacer un buen concurso después de diez horas de juego. Esa fue la diferencia final, después de que ambos bolistas igualaran a 133 en el epílogo del torneo.

Si algo hay rutinario esta temporada son las clasificaciones de los concursos. El primer lugar, para Víctor González. Después, los demás. Ayer fue Salmón su víctima en el Torneo Virgen del Puerto disputado en la bolera de El Parque de Santoña.

Los cuartos de final se disputaron a seis tiradas y, en los mismos, el mejor fue Víctor con 112 bolos. El dominador absoluto del curso iba a estar acompañado en la siguiente ronda por Salmón, con 109, Luis Gerardo Saiz con 100 y Rubén Rodríguez, con 98. Las semifinales se jugaban a concurso completo y ahí fue donde los dos bolistas de Peñacastillo ofrecieron su mejor dimensión para irse hasta los 154 el de Astillero y los 141 el de Camargo.

El epílogo, el momento de la verdad, se iba a dilucidar a corro libre. Dos jugadores que se conocen a la perfección frente a frente con nueve bolos y un emboque de por medio. Salmón es uno de los jugadores que más problemas puede crearle a Víctor, y de hecho el cara a cara se resolvió en un último parcial en el que el campeón de España no perdonó para sumar su vigesimosegunda victoria del curso.

Judit y Naomi en La Cavada

En La Encina se disputó el último concurso de los circuitos femeninos del curso, en este caso correspondiente al de parejas. El Trofeo Ayuntamiento de Medio Cudeyo fue a parar a las manos de Naomi Solórzano y Judit Bueno, que sentenciaron el título en las semifinales al derribar 286 palos. Las jugadoras de Peñacastillo entraron en la gran final con 23 bolos de diferencia sobre Cristina Cabielles y Rebeca Bustara, de Camargo, que se plantaron en la fase decisiva tras dejar fuera a Laura Abascal y Blanca Gandarillas, (sustituta de Andrea Gómez) y Miriam Velarde e Iris Cagigas. En la final las campeonas derribaron 285 bolos.