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Jon Míguez tendrá que esperar para su segundo asalto al título europeo del peso welter. Previsto inicialmente para este sábado, finalmente se ha trasladado al 31 de octubre. El castreño, que ya está «entrenando a tope» para el que puede ser el día más importante ... de su carrera, acaba de ser padre y la pelea tendrá lugar finalmente el último día de este recién inaugurado mes de octubre.
Será algo así como un déjà vu para el cántabro, que volverá a enfrentarse al mismo rival y en la misma ciudad en la que sumó el primer nulo de su carrera. Un éxito, en ciento modo, dado que con el público a favor, boxeando en su propia casa, el francés Jordy Weiss partía con mucha ventaja. Míguez corría el riesgo de que si el combate era muy parejo los jueces se decantaran a los puntos por el púgil local. Sin embargo, su rendimiento le permitió arrancar al menos el nulo.
Aquello sucedió el 28 de abril, y este sábado el combate volverá a repetirse. De nuevo el pronóstico es muy igualado, con Weiss (30-0-1, 3KO) quizá ligeramente favorito por el factor local, pero Míguez (17-0-1, 8KO) ya llegó muy bien preparado a la primera cita francesa y ahora lo hará con más experiencia, conociendo de primera mano lo que se va a encontrar.
Se prevé, en definitiva, una pelea muy igualada entre los dos coaspirantes a un título que lleva más de un año vacante, desde que David Avanesyan renunció a él para proseguir su carrera en Estados Unidos. De hecho, el ruso iba ser en principio el rival de Goog Boy cuando, tras ganar el título de la Unión Europea en 2022, fue nominado como aspirante. El cambio de planes retrasó la pelea ante un púgil, en principio, menos complicado que el ruso, pero que también ha demostrado muy buenas credenciales para que el cinturón se quede en Francia.
Otro de los focos será el control antidopaje, después de que el francés no lo pasara tras el combate de abril sin que eso supusiera ningún tipo de sanción de la EBU. Un extremo que el equipo español ha querido tratar de evitar en esta segunda ocasión incluyendo esta obligación por contrario, pero dados los antecedentes deberá permanecer muy atento a lo que ocurra. En realidad, Weiss ni siquiera tuvo que negarse a hacer el control, puesto que no había nadie en la sala de Laval y tampoco la organización ni la EBU indicaron a los boxeadores el camino para cumplir con una exigencia, en teoría obligatoria, pero que en esta ocasión no lo fue. Incluso se había intentado que el cántabro firmara antes de la pelea un documento en el que aceptaba que no hubiera controles, algo a lo que se negó sin que por ello cambiaran las cosas. Será una velada con un gran cartel, porque además del wélter se pondrá en juego otro cinturón europeo: el del peso superwélter, ese que lució Sergio García y que dejó vacante cuando continuaba invicto para emprender su aventura en EE UU.
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