«El Mundial llegará, tarde o temprano»

-El resultado en su debut en el boxeo estadounidense ante Sebastian Fundora dicen fue injusto, al menos por esa diferencia ¿No le da rabia?

-No; no tengo ninguna rabia. No siento ningún resquemor ni nada de eso. Es así. El boxeo es lo que es y pensar ahora en ello no sirve de nada. Ya da igual lo que puedas pensar. Lo importante es que hemos gustado y que me quieren allí, y eso es lo que íbamos buscando. Es con lo que me quedo.

-¿Se siente satisfecho con lo que hizo y lo que ocurrió?

-El resultado es el que es. Sabíamos que podía pasar. Peleando allí todo era posible y nosotros teníamos que preocuparnos de hacerlo bien, de hacer lo que habíamos planeado y eso hicimos. Al acabar la pelea, incluso sin que dieran el resultado final, el promotor de la velada ya me dio la mano y me dijo: 'Tu aquí vuelves'. Y hay que ver también al público que silbó y protestó por el resultado y eso quiere decir que le gustamos y que lo hicimos bien. Disfrutaron con lo que hice y eso, ya digo, es lo más importante.

-¿Cómo se sube uno al ring en un lugar como el Staples Center?

-Muy tranquilo. Más tranquilo que en Cantabria. Allí no conozco a nadie y, como digo yo, al final el ring es el mismo. Puedo decir que estuve supertranquilo.

-Más de 20.000 personas en uno de los templos mundiales del deporte ¿No le intimidó nada?

-Aquello es muy grande. Es algo que has podido ver en la televisión, pero realmente yo estaba a lo mío. Es todo espectáculo, pasión, pero al final de todo lo que quieres es ganar y te preocupas de lo que vas a hacer y de ganar. No he visto la pelea, ya la veré, pero al parecer ha sido muy emocionante para los que la han visto. Eso es lo que realmente gusta y engancha a la gente. Estoy seguro que a mi mujer, a los amigos que nos acompañaron les ha podido alucinar más todo lo que han visto. Es evidente que lo que he vivido ha sido una experiencia tremenda; y cuando nos han llevado aquí o allí por Los Ángeles no quita que todos te digan: 'Has estado allí, qué flipante'. Pero al final estás tan centrado en la pelea que solo piensas en ella.

-Se subió al cuadrilátero decidido a ir a por Fundora. Se le vio en el centro del ring y llevando la iniciativa. Se metió a la gente en el bolsillo...

-Hablando mal: Le hemos echado huevos. Hemos ido allí con coraje, atrevimiento y ya está. Puedo decir que en ningún momento vi peligrar la pelea. Estaba cómodo, haciendo lo que habíamos entrenado. Y sí es cierto que los dos últimos asaltos decidimos ir a buscarle un poco más. Mi sensación al acabar fue que lo había dado todo y cuando haces eso no puedes sentirte mal.

-¿Cómo es todo lo que rodea al boxeo en EE UU?

-Se enfoca todo de otra manera. El boxeo allí no tiene nada que ver con lo que se ve en Europa. Allí hay promociones, apuestas enormes, espectáculos, muchísima gente alrededor de las veladas, antes y después... Allí todo es posible. Es normal que se pague tanto dinero por una entrada o una silla de ring porque todo es posible.

-Se le ve tan satisfecho consigo mismo que da gusto escucharle. No obstante, ¿no cree que vaya mala suerte que tuvo que en su debut le tocara un extraterrestre de 1,97 metros y 69 kilos?

-Es raro. No nos vamos a engañar. Es extraño, pero hay que mirarlo por el lado positivo: Más he dado que hablar. Mejor una pelea así, como ha sido, con la igualdad y el debate que ha suscitado que una victoria justita. Esto hace hablar a la gente, preguntan, se interesan, buscan quién eres y qué has hecho... Mejor.

-¿Cuál es la sensación ahora que todo ha pasado?

-Dos chavales de Torrelavega... Hemos empezado juntos y seguiremos juntos. Allí estábamos y claro que ha habido alguna vez que lo hemos soñado. Estar allí, disfrutar y entrar entre los grandes y cuando lo consigues es normal que te entre un cosquilleo, pero esto no ha sido más que la primera. Hemos ido para quedarnos.

-Todo lo que supone el boxeo estadounidense y su actuación en el debut hace pensar en qué ocurrirá con el Mundial ¿Sigue siendo una de sus opciones?

-El Mundial llegará, tarde o temprano. Ahora es probable que queden algunos cinturones vacantes, que se pueda celebrar una pelea con el título en juego y nosotros vamos a estar allí. Quizás otra eliminatoria o lo que nos ofrezcan. Con lo que ha pasado, creo que he entrado con buen pie y eso es algo que allí, en ese boxeo estadounidense, es fundamental.

-Hay que ir muy preparado a un lugar como Los Ángeles, no se regala nada. Se ve que tiene claro usted y su rincón que allí está el futuro de Sergio García.

-Claro que la pasión y lo que es para mí el boxeo me motiva, pero en definitiva peleas por buenos contratos, por dinero, porque no le falte nada a tu familia y todo eso está en EE UU. Ojalá algún día pueda pelear por la gloria y sólo por la gloria, porque eso querrá decir que hemos hecho suficiente para estar tranquilos y que no sea necesario preocuparse más que por pelear.

-¿Es tanta la diferencia de boxear al otro lado del charco que hacerlo en Europa?

-En EE UU los contratos y las bolsas cuatriplican lo que se puede obtener en Europa y eso es así. Allí es puro negocio, todo está montado para que alrededor funcione todo y si te pueden pagar por cinco peleas lo que aquí te dan por doce o trece pues qué mejor. Ganas más y encima te pegan menos.

-¿ Y ahora... qué?

-Ahora de vacaciones hasta que pasen las fiestas y luego otra vez a comenzar la rutina. Lo de siempre. Nos ha ido bien y no vamos a cambiar nada. No tenemos ninguna fecha, cuando nos llamen y nos digan cuando es la pelea pues adelante. Intentaremos que nos lo digan con algo más de tiempo para poder hacer la preparación allí, con sparrings, en gimnasios. Así es como te van conociendo, como te dejas ver y eso es lo que te hace estar dentro de esa Liga.

-¿Sabe la que se ha montado por aquí mientras estuvo fuera?

-Es de agradecer lo que he visto. A la agente apoyando como ha podido, los vecinos de madrugada viendo la pelea, los mensajes, las llamadas... Me he dado cuenta de que la gente se ha divertido y se ha emocionado con la pelea y eso es con lo que me quedo. Si todos han sido un poco más felices, pues a por otra.

-Una pregunta, por curiosidad. ¿Después de todo lo que se dieron usted y Fundora, no le duele nada?

-Pues no, no me duele nada. No sé si a él (Fundora) le dolerá algo, pero yo estoy perfectamente. Ahora a descansar de coco, y vuelta a la rutina al pasar las fiestas.