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Nacho desafía los estereotipos

Nacho desafía los estereotipos

Gimnasia Rítmica ·

El torrelaveguense escribe su nombre en la historia del deporte cántabro tras ganar dos medallas de bronce en el Campeonato de España alevín

Adela Sanz

Torrelavega

Jueves, 19 de noviembre 2020, 07:08

Con solo diez años, Nacho González (Torrelavega, 2010) ha dinamitado el techo de cristal de la gimnasia rítmica regional al convertirse en el primer niño que representó a Cantabria en un Campeonato de España y que en su debut a nivel nacional se colgó dos medallas de bronce, una con su ejercicio de pelota y la otra en la general de la categoría alevín.

Nacho desafió los estereotipos que conciben la gimnasia rítmica como un deporte exclusivamente femenino –tan solo hay otro niño que lo practica en la región, José Antonio Barberarena, un año mayor que Nacho y que milita en el Santogym de Santoña– cuando a los seis años se apuntó a la Escuela Municipal de Cartes, siguiendo los pasos de su hermana mayor, Sofía. Ambos practicaban ya patinaje artístico y transicionaron a la gimnasia, ya que ella se apuntó con una amiga. Después de dos años allí, cambiaron de aires y se fueron a la EDMde Torrelavega, mientras repartían el tiempo entre los patines y el tapiz en las respectivas escuelas de la capital del Besaya.

El mediano de los González Álvarez –a Sofía y Nacho se suma Pedro, que juega al fútbol en el Amistad Sniace– «siempre ha tenido en su hermana un referente, un ejemplo al que imitar desde que era muy pequeño. Se ha fijado mucho en ella y, a nivel deportivo, siguió sus pasos tanto en el patinaje como en la gimnasia», explica su madre Elsa.

Después de dos años compitiendo con féminas en la Liga Cántabra –la pasada temporada quedó campeón regional en la Liga B y este año lideraba la clasificación en la fase uno antes de que la pandemia suspendiese la competición–, a Nacho González le llegó el momento de estrenarse a nivel nacional. El Campeonato de España individual que se disputó en la localidad valenciana de Alfafar el pasado fin de semana fue la cita elegida para que Nacho saltase al tapiz con sus tres ejercicios. De su paso por allí, el gimnasta regresó con el bronce en pelota, un cuarto puesto en cuerda y el quinto en el de manos libres. Estos resultados lo auparon a la tercera posición en la general, lo que añadió un segundo metal a su palmarés.

Lo del Nacional «fue una locura», explica Nacho tras su regreso a Torrelavega. El gimnasta no puede ocultar la ilusión que le hicieron las medallas, que «tengo guardadas en el cajón hasta que las colguemos», reconoce emocionado. Tras dormir con ellas, «las guardó y no ha querido llevarlas ni al colegio por si acaso las perdía», cuenta Elsa, mientras el niño apostilla que «no me atreví por si acaso, pero mis compañeros me han felicitado y dado la enhorabuena». Nacho iba al campeonato «para estar allí y pasármelo bien» y, aunque en el primer pase «estaba muy nervioso, luego ya sabía lo que me esperaba y fue mejor».

La hoja de ruta del torrelaveguense era que «saliesen bien todos los ejercicios y que así ganase seguridad y experiencia. Era importante que no se le fuese la pelota o se saliese del tapiz», explica Vanesa Ruiz, una de las entrenadoras de la EDMTorrelavega que estuvo en Alfafar con los deportistas. En la misma línea se explica la progenitora: «No queríamos que recordase la experiencia con la desilusión de algún error que le generase desconfianza posteriormente».

La progresión del gimnasta es cuanto menos prometedora en una comunidad como Cantabria, que carece de referentes masculinos en este deporte. «Nacho es pasión, es un competidor nato y cuando llega el momento se crece. Disfruta mucho y te lo transmite tanto en los entrenamientos como en las competiciones», cuenta su entrenadora.

En casa no le falta tampoco el apoyo. «Tanto su padre como yo siempre hemos intentado que hagan el deporte que les apetezca y ellos han probado hasta quedarse en el que más les ha gustado», añade Elsa. La gimnasia rítmica se respira en el hogar de los González Álvarez desde que Nacho entra por la puerta de casa. Antes de comer coge su aparato, el que le toque, y practica hasta que se sienta a comer. Hace sus coreografías, se diseña sus maillots o elige la música y está de arriba a abajo», concluye la madre. Mientras, Nacho reconoce que su momento favorito es «cuando hay que empezar a montar el baile», asegura. «Eso es lo más chulo».

En casa todos contentos, y en el Vicente Trueba, también. El lunes, el torrelaveguense se acercó al pabellón para celebrar, en la medida que se puede en mitad de una pandemia, junto a sus compañeras y entrenadoras un éxito histórico para el deporte no solo de la capital del Besaya, sino de toda Cantabria. «Aquí no hay ningún gimnasta masculino que le pueda servir de guía o que le abra camino, pero a Nacho le gusta mucho y, además, lo tiene muy claro, así que estas medallas son una motivación extra», cierra su entrenadora, Vanesa Ruiz, orgullosa de lo logrado por su pupilo.

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