Secciones
Servicios
Destacamos
Sergio García es un tipo sencillo. Celebró su primer cinturón europeo comiendo un helado con su mujer y su hijo en Torrelavega. Después, aunque aún dolorido, desayunó con su entrenador pese a las pocas horas de sueño. Y es que dicen que en el primer ... momento, hasta que baja la adrenalina, cuesta conciliar el sueño. Es un tipo sencillo que nunca se ha olvidado de su profesión de feriante, no responde al arquetipo de boxeador conflictivo y que ni siquiera se preocupa por otro clásico del cuadrilátero como es buscarse un apodo, mote o hipocorístico.
Cuentan, o al menos eso ha contado su entrenador, Víctor Iglesias, que en uno de sus primeros combates el presentador le preguntó cuál era su apelativo. No tenía ninguno, así que Iglesias tuvo que improvisar: «Dí 'el Niño'», sugirió sobre la marcha. Y hasta hoy. Aquel niño de Barreda con cara de niño, edad de niño y voz de niño que llegó hace ya unos cuantos años al Gimnasio Kronk es ahora el vigente campeón de Europa de la EBU en el peso superwélter. Y está inmerso en la carrera por el Mundial. Y todo desde, por y para Torrelavega. Con esa bandera verde y roja en la que se envuelve con orgullo cada vez que sale al ring. La que lleva para defender su entorchado continental y con la que asaltará el planetario en dos combates muy diferentes.
Hoy es el favorito ante Fouad el Massoudi. Lo sabe y lo siente, aunque son bravuconadas. No van con él. A cambio sentirá el aliento de Torrelavega y de Cantabria en el Vicente Trueba, que espera acoger a dos millares de aficionados en otra gran velada boxística. Diferente será lo de marzo frente al pujante estadounidense Erickson Lubin (21-1, 16 KO), un adversario que ya luchó por el cinturón de su peso y ahora disputará a García la oportunidad de volver a ser aspirante. Un combate, a priori, mucho más complicado ante el que tal vez sea el adversario más duro en la carrera del torrelaveguense y que aún no tiene sede, pendiente como está de la subasta. Pero antes toca defender el cinturón europeo. Sin distracciones.
Torrelavega vivirá así otra noche con sabor a viejos tiempos. A las veladas de la plaza de toros de Cuatro Caminos y al Ferial de Ganados, allí donde Uco Lastra entró en el olimpo para convertirse en el único cántabro y uno de los pocos españoles que se han proclamado campeones del mundo. Aquella de 1977 fue la gesta de un cuetano en Torrelavega, que se volcó con él. Ahora la capital del Besaya disfruta de un boxeador más de la casa todavía. Y que aspira cada vez con más solidez a suceder a Lastra; por convertirse en el segundo en abrocharse el cinturón planetario.
«La preparación ha ido perfecta. Hemos guanteado con todo el panorama nacional. Fuimos a Valencia, Bilbao, Asturias y han venido aquí. No ha habido contratiempos... No me puedo quejar. Todo bien», explicaba el torrelaveguense pocos días antes del combate. Sabe que es el favorito, pero también es conciente de que su rival irá a muerte: «No tiene nada que perder y sí mucho que ganar», añadía. Ayer todo era más lacónico. El pesaje no solo es un reuisito; tiene algo de ritual. Y en la víspera Sergio el 'Niño' García trata de aislarse de todo lo que no sea su círculo más próximo e íuntimo. La familia. Víctor. Un puñado de amigos. Poco más. Después, de nuevo a Polanco, donde su casa se convierte por unos días en centro de concentración. Alejado del ruido y del murmullo. Ce ntrado en lo suyo. En un combate en el que es indiscutible y abrumador favorito. De ahí la preocupación porque no se convierta en un combate trampa.
Los dos han dado el peso y los dos han podido ya comer para llegar en un estado óptimo al combate. Sin excesos, pero sin el hambre de los días previos a la cita con la báscula. Mientras, los más rezagados aún pueden comprar entradas en las taquillas del Vicente Trueba a 23 y 33 euros. Las más caras, las de asientos numerados a pie de pista, ya se agotaron hace varios días.
Decía Ving Rhames (AKA Marsellus Wallace) a Bruce Willis (AKA Butch Coolidge) en Pulp Fiction que nunca hay una segunda oportunidad para los boxeadores veteranos. Esta es la sospecha que tal vez rumie El Massoudi. Y lo que tal vez le haga, además, más peligroso. Sabe que se lo tiene que jugar todo a una carta. A una jugada. A una mano.
El Niño sabe que tiene enfrente un boxeador experto y curtido, pero teóricamente inferior. Su propio récord dice mucho. Y es que el francés llega con un historial de 28 combates, 17 victorias (dos de ellas al KO) y once derrotas. Sergio García, por su parte, sigue invicto: 30 combates y otros tantos triunfos, trece de ellos sin llegar al límite. Es un púgil técnico, rápido y buen encajador, pero la pegada no es el gran fuerte del cántabro. De hecho, la ha estado trabajando junto a su entrenador, pero también tiene claro cuál es su estrategia. La misma que se le dictará desde la esquina. Pese a haber dedicado tiempo a preparar una diestra que pueda cerrar combates, tampoco se volverá loco. Si la pelea está encarrilada a los puntos no se la jugará a un golpe feliz de su rival. Que esa es precisamente una de las mayores bazas con las que podrá jugar el campeón francés.
«No es muy limpio. Cuando entra al choque, suele meter la cabeza de manera inconsciente. No digo que lo haga queriendo. Eso es lo que hemos visto de él y esto es boxeo y te puede llegar una mano». De momento nunca le ha ocurrido, pero sabe que la amenaza está siempre latente. Aunque todo indica que, de llegar, es más probable que ocurra en primavera y en la carrera por el título mundial.
Por el momento el Niño tiene una cota en Torrelavega. Una cita inexcusable. Antes de que sea un veterano -tiene claro que no quiere pasarse la vida en los cuadriláteros, sino retirarse con su carrera aún en lo alto- quiere seguir acumulando méritos para luchar por el título mundial. Tal vez para abrocharse este cinturón. Porque todavía es un boxeador joven y con muchos objetivos. Con tiempo de sobra para seguir haciendo historia. Y para ello debe escribir hoy un nuevo capítulo. Mañana, si todo va bien, podrá comer un helado con su mujer y su hijo en Torrelavega. Quizá el tiempo no invite, pero cuando uno es campeón de Europa tampoco necesita estar demasiado pendiente de la meteorología.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.