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Los bolos recuperan el pulso tras dos años de pandemia que, como en todos los deportes, hicieron mella en su actividad. Pero, a la espera de que se supere definitivamente la crisis sanitaria, recobran poco a poco la normalidad y reciben buenas noticias, como el aumento de número de peñas en competición que se vivirá este año. Las ligas autonómicas de las cuatro modalidades de bolos contarán con nueve formaciones más que el pasado año; quizá no demasiadas, pero en cualquier caso un dato importante en cuanto a que marca tendencia.
Tras el frenazo de 2020 y la recuperación del pasado año, la competición regresa poco a poco a la normalidad y en 2022 contará con más equipos y más jugadores sobre el terreno. El bolo palma, con 153 conjuntos, tira de un carro al que se han incorporado tres plantillas en pasabolo tablón, dos al bolo pasiego y en el que el pasabolo losa se mantiene con las mismas veinte peñas de la campaña pasada, con dos desapariciones y dos novedades.
En las categorías más altas de la modalidad más jugada hay pocos cambios y es a partir de Segunda cuando los grupos han variado más su composición en cuanto a nombres. Con catorce peñas en División de Honor y Primera, la Segunda Especial contará con 25, divididas en dos grupos de trece y doce partidas respectivamente. Tres liguillas de doce compondrán la Segunda, mientras que en Tercera finalmente se dividirán en otros tres grupos de once, once y doce clubes. La de veteranos será la competición más numerosa, con diecinueve equipos, a la vez que en la categoría femenina no hay cambios y serán once las entidades en liza.
Entre las peñas que se han retirado de la Liga abundan las plantillas filiales, como el tercer equipo de Sobarzo o los segundos de J. Cuesta, la Borsal Textil o Covadal. Otros, como el histórico equipo de Elechino de Hoznayo cambia la Tercera categoría por los veteranos, lo mismo que Los Pinares de Santander. Cubas, Sancibrián (que se traslada a Soto de la Marina), y los veteranos de La Carmencita completan la nómina de conjuntos retirados.
La otra cara de la moneda son las partidas que se inscriben como nuevas en la competición, una lista en la que también abundan filiales. Casar de Periedo, La Rasilla, Monte Corona o Marcos Maza han dado el paso de sacar un nuevo equipo en Tercera, mientras que también destacan retornos a la competición como los de Casa Cholo y Solórzano, donde un grupo de aficionados jugará en la bolera de La Puente, o el de los veteranos de J. Cuesta, que tras el parón por la muerte de su alma máter, Luis Bustamante, regresan en 2022 a las boleras cántabras.
También han llegado buenas noticias en forma de inscripciones en dos modalidades castigadas por la falta de practicantes como son el pasabolo tablón y el bolo pasiego. Especialmente significativo es el caso de la última, que con la vuelta de Cocejón y la inscripción de La Llama recupera una segunda categoría con ocho peñas.
En tablón son tres los nuevos equipos sobre las boleras, dos filiales, de Las Cárcobas y Valle de Villaverde, y una nueva plantilla en La Gándara de Soba. En total 21 peñas, contando las cinco que representarán a Cantabria en la Liga Nacional.
Finalmente, el pasabolo losa se mantiene igual que en 2021, con 20 peñas en liza en sus dos categorías. No saltarán a las boleras este año dos entidades, Trasmiera de Primera y Ajo Promesas de Segunda, y se incorporan El Quejigal y Cubas Patrocinio.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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