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Dicen que se practicaba en Persia hace muchos años, aunque como todos los deportes modernos, el hockey surgió en Inglaterra para luego extenderse por todo el mundo. ¿Pero cómo y cuándo llegó a Cantabria? El testimonio de Fermín Sánchez nos guía para descubrir a ... los nombres y apellidos de los pioneros que allá por 1922 consiguieron unos palos y se pusieron a jugar en las playas de El Sardinero.
Cien años se cumplirán pronto de aquella curiosidad deportiva que practicaron Fernando y Ramón Calderón, Carlos Hoppe, Ángel Pérez Herrera, Paco y José Nárdiz, Joaquín Lombera, Paco y Adolfo Chautón, Jesús Gutiérrez Pérez y Fernando Uzcudun. Sólo fueron juegos que se disiparon en el ambiente entretenido de una amistad compartida, pero Gerardo Nárdiz guardó los 'sticks' y dos años después, en 1924, se los dejó a unos amigos interesados en aquella especie de fútbol con palos que manejaban una bola. Eran jóvenes que veraneaban en Santander y que en Madrid practicaban varias modalidades deportivas en la universidad, como los hermanos Rasines, los Agosti, Bolívar y algunos más que querían jugar a hockey en sus vacaciones y que se encontraron con varios muchachos 'desplazados' del fútbol, como Pepe Santiuste, Nárdiz, Pombo o Suárez Inclán.
Los equipos de fútbol no veían con buenos ojos a los nuevos deportistas y en un principio se negaron a dejar que estos trotaran por sus campos, así que tuvieron que practicar en las playas de El Sardinero y de la Magdalena, hasta que los directivos de la Unión Montañesa, propietarios del campo de Miramar, abrieron sus puertas ante la petición insistente. Y en Miramar comenzaron a pelotear con sus sticks Pedro y Cesáreo Trueba, Huidobro, Resines, Quintín S. Conde, Alonso, Merecilla, Odriozola y Bolívar. Sin embargo, el nuevo juego no se arraigaba, hasta que en 1929 el Racing, por presión de sus veteranos, dio hospitalidad a los jugadores permitiendo que formaran un equipo bajo su nombre, un equipo que estaría formado por Blanchard, Alonso, Fernández, Santiuste, Bolívar, Unceda, Quintín, Mediero, Cervera, Pereda e Inclán. Este equipo competiría con otro, el Montaña, compuesto por Cospedal, Pombo, La Riva, Huidobro, Cesáreo, José Mari, Quintana, Lanuza, Badolato, Nárdiz y Gorordo.
El Racing tuvo el mérito de presentar este equipo al Campeonato de España, disputando un partido contra la Real Sociedad de San Sebastián que los cántabros perdieron por 2-0. La alineación racinguista en aquel histórico encuentro estuvo formada por Aldama, Torriente, Resines, R. Aguiar, Santiuste, A. Aguiar, Blanco, Esteban, Trueba, Nárdiz e Inclán.
Aquella derrota no ayudó a que el Racing mantuviera un apoyo decidido al equipo, y de esta forma los jugadores se apartaron del club de los Campos de Sport y formaron el Santander Hockey Club, mientras que Luis María Gorostegui formaría otro equipo, el Cantabria Hockey Club. Como decía Pablo Galán durante el ciclo que sobre cultura y deporte organizó la Sociedad Menéndez Pelayo en el Ateneo de Santander, aquellos equipos se acostumbraron a jugar en los Arenales por 1930. Y en el campo de los Arenales, donde jugaba al fútbol el Eclipse, disputó un partido amistoso el Santander H. C. contra el Athletic Club de Bilbao, y en donde los vascos se impusieron por 6-0.
Había entusiasmo y ganas de jugar, pero faltaba experiencia y organización. Para corregirlo, en los primeros días de 1933, los hombres y mujeres que jugaban al hockey (también las damas lo practican en La Magdalena, compitiendo con las estudiantes de la universidad internacional y lideradas por la poetisa Ana María Cagigal) intentan organizar la Federación Regional, pero se exige contar al menos con tres equipos y sólo hay dos. Sin embargo, en marzo de ese año surgen en Cantabria nuevos clubes y la Federación se crea presidida por Juan José Arnilla, con una junta compuesta por Florencio V. Alonso (secretario); Ana María Cagigal (tesorera) y José Santiuste y Luis Ortiz Villota como vocales. Los clubes inscritos fueron el Santander, el Cantabria y la Federación de Estudiantes Católicos, a los que se añadieron en abril equipos con raíz futbolística, como la Unión Montañesa, el Eclipse y el Racing que invitan a variar la composición federativa, estableciéndose finalmente con Arnilla en la presidencia, Mariano Helguera como secretario y los vocales de los clubes que fueron Santiuste (Racing), Alonso (Cantabria), Ortiz (Unión Montañesa), Meng (Estudiantes) y Hazas (Eclipse).
Aunque aumentan los equipos, el impulso federativo no puede impedir que estos vayan desapareciendo, hasta el extremo de que en 1935 sólo el Racing se mantiene, disputando la Copa Vasca para competir contra el Athletic, el Arenas, el Zutgazarte y el E.I.I.B. Habrá que esperar a después de la guerra del 36 para retomar la actividad que protagonizan clubes como el Deportivo Torrelavega, SEU, Tajahierro, Rayo Cantabria, Educación y Descanso, Miranda, Tanagra, Cabo Mayor, Juventud de Torrelavega, Alcázar, Real Sociedad de Tenis y Sardinero, entre otros varios, con los últimos mencionados que han llevado al hockey hierba cántabro hacia un prestigio nacional e internacional que no merece estancarse.
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