El oro y los dos bronces de 'El Niño Pez' en el Europeo

Cuando se acercó a la orilla después de bajar de la tabla, Manuel Hoyuela (Suances, 2003) apenas podía articular palabra. Miraba atónito al hombre que lo esperaba en el margen con un micrófono en la mano y le interpelaba en inglés mientras le apuntaba con la alcachofa directamente. Al cántabro le tomó unos segundos recomponerse para poder contestar, mientras una inevitable sonrisa asomaba a su rostro. Acababa de ganar el Campeonato de Europa de SUP que se celebró en Szeged, en Hungría, y que fue, además, el primer Continental de esta modalidad por la Federación Internacional de Canoa (ICF) de la historia. El cántabro compitió en tres modalidades, larga distancia (9 kilómetros), carrera técnica (1 kilómetro) y sprints (200 metros) y ni corto ni perezoso se llevo tres medallas, pero fue en larga distancia donde se hizo con el oro. «No puedo estar más feliz por lo que ha ocurrido en Hungría. Para mí es un sueño y voy a seguir trabajando para poder seguir viviendo en este sueño», decía el palista.

Medallas tiene unas cuantas, sobre todo en campeonatos de España, pero esta con sabor europeo ha colmado sus expectativas porque no solo se ha coronado como el mejor de Europa, es que además ha vuelto a casa con dos bronces. «El primer día disputamos las rondas eliminatorias de carrera técnica y sprints. En ambas modalidades conseguí colarme en las finales A, lo cual para mí ya era un sueño», cuenta. Al día siguiente, por la tarde, se celebraba la larga distancia. «Fue una batalla muy dura con el alemán Ole Schwartz. Impuso un ritmo altísimo toda la carrera hasta el último kilómetro, donde cogí la delantera y remé por la medalla», recuerda.

El esfuerzo valió la pena. Entró solo en la meta. Ya era campeón de Europa. «Solo recuerdo salir del agua y estar abrazado llorando con mi madre y con mis compañeros Unax y Elene», cuenta emocionado.

Pero su aventura húngara todavía no había terminado. En la final de Sprint 200 metros. Tenía un duro rival. Manuel sabía que iba a ser muy difícil mantener el ritmo del búlgaro Andreii Kraytor y del lituano Vadim Korobov, ambos canoistas profesionales. «Recuerdo oír el pitido de salida, mirar hacia abajo y remar todo lo que pude hasta escuchar el final. Otro sueño se hacía realidad y conseguí un bronce a una sola décima de la plata obtenida por el lituano», dice emocionado.

En la carrera técnica tuvo una muy mala salida. Empujado por un rival danés que le llevó hasta la última posición, tuvo que salir del grupo, encontrar agua limpia y recuperar desde el noveno puesto hasta el tercero. Eso significaba otro bronce europeo. Un paso más en una carrera que comenzó cuando Manuel tenía apenas diez años, desde que se ganó el apodo de 'El Niño Pez'. Entonces, en una tarde de verano, quedó prendado de este deporte. Estaba en la playa con su madre y ese día apenas había olas. El chaval no podía practicar su clase de surf. Mientras miraba el mar, sentado junto a su madre, se fijó en que un grupo de jóvenes practicaban Stand Up Paddle. «Eso me gusta. Tiene buena pinta, yo quiero probar», le dijo Manuel a su madre. Y no paró de «darle la tabarra» hasta que le compró una tabla de Sup hinchable. «Así empece en esta modalidad y hasta hoy», confiesa el suancino, que ya está pensando en cuándo podrá lograr su siguiente título.

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