Óscar continúa su idilio con La Robleda

El de Astillero demostró que es humano. Y es que por extraño que parezca hay concursos que se le resisten, citas clave de la temporada que todavía faltan en sus vitrinas. Una de ellas es el Botín, en el que en la tarde de este lunes no estuvo cómodo, especialmente de tiro, perdió una bola en la caldera y pese al esfuerzo extra que realizó en la sexta tirada con 24 y en la octava con 22 se quedó fuera de las semifinales.

Y eso que el corte no estaba demasiado caro. La obligación la marcaba Lolo Lavid con 127 palos, una cifra que, dados los registros que manejan los bolistas a estas alturas de temporada, es asequible para la mayoría. El de Las Fraguas también perdió una bola por culpa de la raya, aunque se sobrepuso para, al menos, imponer una obligación a sus rivales. Antes, Carlos García y Manuel Domínguez habían sido los únicos por encima de 130, lo que les garantizaba el pase a la siguiente ronda. Junto a ellos, además de Lolo, un Óscar González muy seguro de birle que solo marró en la última mano cuando tenía el objetivo cumplido.

Los bolos no se arrastraban, es decir, comenzaba un concurso nuevo para los cuatro protagonistas. Los primeros en saltar al corro fueron Lolo y Óscar, que buscaron evitar problemas desde el tiro corto y hacer jugada con raya al medio. Lavid superó sus problemas a la mano, templó al pulgar y con 138 puso, esta vez sí, las cosas caras. El Junco siguió demostrando que La Robleda es una de las boleras que mejor se le dan (tiene muchas) y con 140 puso pie y medio en la final a la espera de la segunda semifinal.

Con la obligación de no perder mano para aspirar a llevarse el torneo, Domínguez y Carlos se vieron con la situación en contra desde el arranque. Tras descolgarse muy pronto se jugaron entre ellos la tercera plaza que, finalmente y pese a un caballo, fue para 'Manolín'.

La final iba a ser un cara a cara entre dos jugadores que se conocen muy bien, que son los vigentes campeones de España de parejas y que ya sabían lo que era ganar el concurso. La cita parecía decantarse para Lavid en la cuarta mano, cuando Óscar perdió una bola en la caldera por escasos centímetros y el de Las Fraguas llegó a raya alta con diez palos de ventaja. Sin embargo, Lolo pinchó en quinta, el Junco apretó y con veinte bolos se volvió a poner por delante. Quedaban las dos últimas manos, el pulgar, el fuerte del de Andros, que con diecinueve y dieciocho obligó a Óscar a dieciséis en la última. Tras subir seis, un primer birle con el mismo número de bolos sentenció un nuevo Botín para el de Liérganes. Y ya van nueve ediciones.