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Parte de los integrantes del club, que no para de recibir solicitudes para entrar, posa en una foto de familia.

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Parte de los integrantes del club, que no para de recibir solicitudes para entrar, posa en una foto de familia. Luis Palomeque
Voleibol

Los pasos adelante de un proyecto a largo plazo

El Voley Torrelavega, en la segunda temporada con José Ignacio Marcos como presidente y entrenador, cimenta su futuro en un equipo consolidado en la Superliga Femenina 2 y en más de 200 niñas y niños en sus equipos de base

Marco García Vidart

Torrelavega

Miércoles, 15 de marzo 2023, 07:28

Varias cortinas separan la superficie del pabellón de La Habana Vieja, en Torrelavega, en varias canchas. El sonido de los balones retumba de forma constante y alguno sale volando hacia el pasillo donde se ubican los vestuarios y otras dependencias. Esos balones no son ni de fútbol ni de baloncesto, sino esos más livianos de voleibol. De una forma u otra, con más o menos fuerza, un montón de niñas y niños –más de 200– los golpean a lo largo de la semana en el pabellón. Ellos son la base del proyecto del Voley Torrelavega, que cumple su segunda temporada con la nueva directiva al frente. Ese proyecto es de cocina a fuego lento. Despacio. Sin prisas ni veleidades con las que volverse loco para atacar un ascenso que lo hipoteque todo. En la cúspide, el equipo de Superliga Femenina 2 que ya tiene asegurada la permanencia para el próximo curso.

«Va lento, como me imaginaba. Siempre quieres ir un poco más rápido. Pero el proyecto tiene que asentarse un poco todo». José Ignacio Marcos (Valladolid, 1974) llegó al club a finales de junio de 2021 para hacerse cargo de él. No sólo es el presidente, sino también el entrenador del equipo de la Superliga Femenina 2. En estos primeros pasos, la principal satisfacción ha sido, directamente, «que esto no desapareciese».

Con el club ya estabilizado, el pensamiento es a largo plazo. Marcos ni siquiera se atreve a decir una fecha. «Tiene que pasar tiempo», señala. Pero el planteamiento es trabajar con esa cantera que conforman los equipos de base que entrenan en La Habana Vieja. «Eso nos dará una repercusión mayor y servirá para nutrir a los primeros equipos». En total, el Voley Torrelavega tiene una veintena de conjuntos. «Dos equipos benjamines, cuatro alevines, cinco infantiles, seis cadetes –aunque uno no compite–. El de Segunda División Masculina, el de Segunda Femenina y el equipo de Superliga Femenina 2». La nueva directiva se ha encontrado con un 'problema'. Porque el voleibol, uno de los deportes más arraigados en la capital del Besaya –aquel Sniace femenino de finales de los 70 ganó Liga, Copa y jugó en Europa– sigue manteniendo el tirón. «Ha habido un aumento grande de chavales inscritos. Sobre todo en niñas de categoría cadete». También en chicos, aunque en este caso cuesta un poco más «porque no son conscientes de que en Torrelavega pueden hacer voleibol». Por eso desde el club no están haciendo ninguna campaña de captación, ya que por el momento es suficiente «con el efecto llamada de la gente que está viniendo».

Instalaciones y recursos

La veintena de equipos, cantidad que amenaza con aumentar dado que al club no paran de llegar solicitudes para formar parte de él, hace que Marcos se encuentre en Torrelavega con un inconveniente que ya conoce de su década en Cabezón al frente del Textil Santanderina. «Es complicado cuadrar horarios para repartir el pabellón con todos los equipos». Incluso el equipo masculino ha tenido que entrenar en el Instituto Besaya «para que al entrenamiento, entre las 20.00 y las 22.30 horas, puedan llegar todos». El otro inconveniente que impide que este proyecto del Voley Torrelavega avance más rápido es la dificultad de buscar recursos. «Nos absorbe tanto la parte deportiva que nos cuesta movernos en el tema de búsqueda de patrocinadores. Con una directiva no profesional, cuesta. Esa parte nos está faltando, y entendemos que tiene que haber un retorno para las empresas que nos acompañen». En ambos apartados, económico e instalaciones, el presidente resalta el apoyo del consistorio. «El Ayuntamiento nos está apoyando mucho». Aún así, la falta de dinero se traduce en cosas como que el equipo masculino, que logró el ascenso a Primera, tuvo que renunciar por falta de presupuesto. «Fue una decisión complicada», reconoce el presidente.

La superficie de La Habana Vieja se divide en varias canchas para los diferentes equipos. Luis Palomeque

Más recursos económicos llevarían a plantearse un salto con el primer equipo del club, el que juega en la Superliga Femenina 2. En esta temporada, en la que el equipo ya ha asegurado la permanencia, los únicos refuerzos han sido los de Zorana Cikusa y Anna Gushchina, españolas a todos los efectos pese a sus nombres. Pero el club no puede permitirse fichajes. «No hay dinero para ello», admite el presidente. Pero si se consiguiese, la idea sería «conseguir el ascenso a la Superliga. Aver si lo podemos asumir».

La profesionalización que persigue José Ignacio Marcos como presidente en muchas áreas del club se topa con la realidad a la hora de ponerse el chándal de entrenador de un equipo amateur. Estudios o trabajos condicionan una planificación del trabajo «que a veces no se puede cumplir. Raro es el día en el que he podido hacer lo que había planteado». A la vez, el presidente/entrenador es consciente de que «no puedo echar en cara nada a nadie, ya que las jugadoras se esfuerzan todo lo que pueden».

Una de ellas es la capitana. Noelia Neila entró en el Voley Torrelavega a los 11 años. «Y ya tengo 27», señala entre risas. Noelia apunta que ya no hay «tanta presión por no descender» en el primer equipo y ve cómo poco a poco las pequeñas –«algunas las he entrenado yo»– ya son proyectos más que interesantes de jugadoras «con 13 o 14 años». Incluso ya hay alguna «con 18 años que ya juega conmigo en la Superliga Femenina 2».

A Disbel, Elisa, Henar y Carmen aún les queda tiempo para llegar a jugar con las mayores. Con edades entre los 10 y los 11 años, forman parte del equipo alevín rojo. Ellas animan a otros niños o niñas a los que el voleibol –un deporte que exige de mucha coordinación para controlar con las manos que un balón no caiga al suelo–, les pueda parecer difícil. «No es tan difícil como parece», señalan. El objetivo de las cuatro no es otro «que subir al primer equipo. Nos gustaría».

Las cuatro pequeñas suelen ir a ver los partidos de las mayores. La presencia de aficionados en las gradas de La Habana Vieja es uno de los logros de los que más contenta está la nueva directiva. «Son 300 localidades y ya hemos llenado un día o dos», añade Marcos. «Y estamos en casi todos los partidos entre los 150 y los 200 espectadores». El Voley Torrelavega va, poco a poco, cimentando un proyecto para ser de nuevo importante y hacer un club «que no sea totalmente amateur. Y que si nosotros tenemos que dar un paso a un lado, que el que venga no tenga que pedir caridad», concluye José Ignacio Marcos.

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