

Secciones
Servicios
Destacamos
Está más contento que cansado. Jon Míguez (Castro Urdiales, 27 de noviembre de 1996) retuvo el cinturón nacional del peso wélter en Santander ya en la madrugada del domingo ante el aragonés Jonathan Valero ... . En apenas cinco minutos, pelea finiquitada por KO. Y por el momento, el castreño no quiere pensar más allá de descansar unos días y seguir entrenando. Otra defensa, apuntar hacia Europa... Lo que le marque su promotora, MGZ Promotions, será bien recibido por un castreño que por el momento luce una trayectoria inmaculada en el boxeo profesional. 15 peleas, 15 victorias.
-¿Qué tal está tras el combate en Santander?
-Muy bien. Contento. Salió todo a pedir de boca. Te quedas con más ganas, porque fue muy rápido. Fue una mano en frío...
-Explique cómo fue ese golpe en el segundo asalto, esa mano en frío...
-Si el combate se va a más asaltos, es más difícil. Pero en el segundo, aún no estás tan metido en el combate y una mano fuerte la sientes más. El último golpe fue en la mandíbula. Fue una combinación de izquierda-derecha- izquierda.
-Entonces, ¿se quedó con ganas de más? Eso implica la posibilidad de llevarse usted algún que otro sopapo...
-(risas) En el boxeo, cuanto antes termines, mejor. Eso implica que puedas acabar más fresco. Pero llevas tiempo entrenando y quieres dar un poco más de ti. Pero al final, el boxeo es esto. Te entra una mano como la que coloqué y se puede terminar todo.
-¿Cómo fue la sensación de boxear con público y en el Palacio de los Deportes de Santander?
-Ya había boxeado este año con público en Castro, en Riomar, en el mes de julio. Pero pelear en el Palacio de los Deportes de Santander... Estoy súper contento. Y agradecido al Ayuntamiento y el Gobierno regional. Es un honor y un orgullo boxear allí. Además, creo que hacía muchos años que no se hacía una velada como la del sábado en Santander. Fue un privilegio revalidar el título allí, y que la pelea estelar haya sido la mía. Por eso, aún estoy más orgulloso.
-Empezó practicando artes marciales. ¿Cuándo se cambió al boxeo?
-Empecé a practicar kick boxing y ya a los 16 o los 17 años, comencé a alternarlo con el boxeo, para así competir un poco más. Hasta que llegué a un punto en el que me centré en el boxeo con el objetivo de destacar un poco más. Con 18 años, ya hacía solo boxeo. Y a los 20 debuté en competición. Hice 35 peleas amateur y quedé campeón de Cantabria, campeón de Vizcaya y subcampeón de España. Debuté como profesional el 15 de julio de 2017.
-¿Y cómo se toman en casa que un chaval quiere hacer kick boxing y luego, boxeo?
-Al principio, cuando dije que quería hacer kick boxing, lo vieron como un deporte más. Pero cuando dices que ya quieres competir, lo ven un poco mal. Aunque luego, cuando ven que vas en serio, te apoyan. Toda mi familia, siempre que puede, va a ver los combates. Aunque les cueste. Pero sí, conozco a gente cuyos familiares no quieren verlo (risas). En mi caso, me apoyan mucho.
-Además del boxeo, ¿a qué se dedica Jon Míguez?
-Hace unos meses trabajaba en un almacén de reparto para supermercados. Ahora trabajo en dos gimnasios de Castro Urdiales. Uno es el Okinawa, el mío de toda la vida y donde empecé con el kick boxing. El otro, el Gym Tonic. Tengo horarios de mañana y de tarde, pero puedo entrenar antes de las diez de la mañana. Y además, son trabajos más relacionados con el deporte, como dar clases a niños.
EL COMBATE ANTE VALERO
APOYO DE LOS SUYOS
-Y tras la defensa de su título, ¿cuáles son sus planes?
-Me encuentro muy bien. Para esta pelea me había preparado muy bien. Así que ahora descansaré unos días, o quizá una semana, y luego volveré a entrenar para seguir aprovechando la forma. Y luego, lo que diga mi promotora, MGZ Promotions. Si es otra defensa, pues otra defensa. Y si es otra cosa interesante, pues a por ello.
-¿No le tienta el mirar más allá de España, a Europa?
-Claro que hace ilusión. Es una meta más. Pero yo quiero ir poco a poco, sin correr. Me ciño a lo que diga la promotora. Para eso entreno.
-Sergio García tiene en Víctor Iglesias a esa figura que cuida de él. En su caso, ¿quién es?
-Iván Rojo. Es el que lleva conmigo toda la vida. Pero también está Unai, el dueño de mi gimnasio; Chuchi, el de la promotora MGZ... Son personas con las que se llega a entablar una gran relación de amistad. Pasamos muchas horas juntos. Es como si fuese una relación de familia.
-Tiene 24 años. ¿Ya se ha planteado hasta cuándo seguirá en el boxeo?
-El próximo día 27 cumplo los 25. Y no me he planteado ninguna fecha, no me suelo poner objetivos. Soy de disfrutar el momento y de competir cuando toca, de disfrutar de mi familia cuando me ve competir...
-Lo de competir en profesionales le va de perlas, con esas 15 victorias en otros tantos combates. ¿Está preparado para cuando toque perder?
-Me dará rabia (risas). Pero sé que llegará ese momento. Aunque si puedo retrasarlo, mejor. Esto es boxeo. Una mejor noche de tu rival, una mano como la mía ante Jonathan...
-¿Qué le gusta a Jon Míguez, aparte del boxeo?
-Estoy muy volcado en el boxeo. Tendría que despejarme más, algún pequeño viaje con la novia (más risas). Me gusta mucho comer, con mi familia, amigos... Y aunque no los siga mucho, puedo ver cualquier deporte por la tele.
-Sergio García, usted, una buena base de púgiles... ¿El boxeo está cogiendo auge en Cantabria?
-Cada vez ves a más niños con ilusión, a padres que les dejan ir a ver un combate o a un gimnasio... Y veladas por la tele. Hay cosas que hacen crecer esto. Es un deporte que ahora tiene una mejor imagen. Yo doy clases a niños y niñas. Es un deporte que quita mucho estrés, que enseña disciplina, respeto y que ayuda a mejorar la coordinación. Te pone en una gran forma física. Y si tú quieres, no hay contacto. No es necesario pegarse con nadie. Las tortas se las lleva el saco, o las manoplas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.